HASTA EL DOMINGO EN SALA FREY

| 04/12/2019

Las mujeres trans de Daniela Liska, dignas y normales

Adrián Moyano / Fotos: Tonny Romano
Las mujeres trans de Daniela Liska, dignas y normales
La expositora.
La expositora.

Las 19 fotos que integran la serie llevan como título “Somos” y se exhiben en coincidencia con la Semana del Orgullo LGBTIQ+ Bariloche. Afán por visibilizar y afianzar derechos.

Más allá del evidente hilo conductor con que la autora cosió cada una de las 19 fotos que conforman la muestra, las imágenes tienen sus particularidades, sus mensajes y medioambientes. Pero hay una que resulta del todo contundente por la cantidad de estereotipos que derrumba de sólo un vistazo: dos mujeres trans evidentemente hermanas, aparecen de pie junto a su madre, que está sentada en un espacio similar al que impera en cualquier hogar relativamente austero. Una mesa, muebles y detrás, sobre una de las pulcras paredes, un crucifijo. Más allá de la opción por su identidad sexual, nada delata cualquier otra ruptura ni extravagancia. He aquí una familia, una casa, cariño y orgullo. Las tres protagonistas sonríen para la foto, como haría cualquiera.

Hasta el próximo domingo (8 de diciembre) se podrá visitar “Somos”, la exposición que Daniela Liska instaló en la sala “Frey” de la Municipalidad, en coincidencia con la Semana del Orgullo LGBTIQ+ Bariloche, cuyo cronograma de actividades fue anunciado el lunes último. La superposición no es casual: como dirá en su charla con El Cordillerano, la fotógrafa buscó ex profeso enmarcar su tarea en las propuestas reivindicativas.

La expositora no es amiga de expresarse a través de la palabra hablada pero después de algunos momentos inaugurales de nerviosismo, alcanzó a redondear sus ideas y perspectivas. “Empecé a sacar estas fotos el año pasado, un poquito antes del 8 M y el paro nacional de mujeres. Había hecho un trabajo sobre la Marcha del Orgullo y los derechos de las personas trans, niñes y adolescentes pero era otra cosa y alguien me propuso que pusiera a las mujeres que había retratado. Ese recorte no me parecía bueno, entonces pensé en hacer nuevos retratos y empecé con cuatro mujeres trans de acá”.

Fue tan sólo el comienzo. “Como me gustó lo que había hecho quise darle continuidad y pensé en seguir retratando mujeres de acá pero en una oportunidad viajé a Neuquén, conocí a varias de las chicas y me copó la idea de retratarlas también”. El concepto adoptó cierta territorialidad. “La idea está plantada en lo que es la dignidad de las personas. En un principio, la muestra se llamó Mujer trans orgullo de serlo, pero después del Encuentro Nacional de Mujeres, decidí cambiarle el nombre y que quedara Somos”.

Inter-seccional

Desde una perspectiva geográfica, “algunas son de Neuquén, Fiske Menuko (General Roca), Allen, Villa Regina, Buenos Aires, provincia de Buenos Aires y otras de aquí. Mi idea es seguir retratando en más lugares y que sea un trabajo que atraviese todas las identidades, que sea inter-seccional”, definió Liska. Para lograr su cometido en relación a las protagonistas de las imágenes, “establecí un contacto. A las de acá, a algunas las conocí en la Marcha del Orgullo o a través de conocidos pero también por la redes”, señaló.

En un punto, es definitorio en su trabajo el activismo de la fotógrafa. “Con la idea de darle más amplitud, en el Encuentro Nacional de Mujeres del año pasado, que se hizo en Trelew, participé de los talleres de Mujeres trans, travestis y travas. Retraté a todas las chicas cuando hicieron sus exposiciones y después les mandé las fotos. Ahí dije: si son de todas partes del territorio, ¿por qué no lo extiendo?”. En eso está.

Vecina de Villa Los Coihues, Liska se define como “mujer, madre, fotógrafa y artivista (sic)”. Su vocación por fotografiar mujeres trans se explica por “el interés de abarcar los derechos de las personas. Siempre que falten derechos, ahí me interesa estar... De un tiempo a esta parte, primero traté de retratar el parto respetado, también en una búsqueda personal que culminó cuando me pude apropiar de mi cuerpo y parir a mi hijo en casa. Por los derechos de las mujeres a no sufrir violencia obstétrica y a decidir sus cuerpos… Posteriormente, vi que hay leyes que hoy en día están presentes pero solas no sirven, nos tenemos que apropiar, tenemos seguir visibilizando, yo como parte de una sociedad que transito y que me interpela. Desde el arte, la fotografía o la imagen, uno puede tratar de decir las cosas, tratar de mostrar e interpelar a quienes después, visitan la muestra”, proclamó.

Como decíamos, no es mera coincidencia que “Somos” inaugurara el lunes último y que se vaya a descolgar el próximo domingo. “Cuando pedí la sala, la pedí justamente en esta fecha para poder interactuar, generar lazos y redes que se potencien, porque desde el arte se pueden decir un montón de cosas. Todo arte es político y la idea fue aportar desde mi lugar un granito de arena a la lucha que llevan les compañeres adelante”, insistió Liska. Convicción y talento.

En construcción

Quedó claro que “Somos” está en plena construcción. “Sí, es un proyecto en curso. Si bien es un trabajo que ya tiene un cuerpo, no está cerrado”, avisó Daniela Liska. “Para el año que viene, tengo una fecha en noviembre, en el Museo de la Mujer (Córdoba). Ahí, la idea es poder llevar más material. Hoy en día también estoy incorporando relatos de mujeres que también estuve investigando en las redes: sus pensamientos y sus sentires sobre una sociedad que no siempre las recibe del todo bien. Así que ahora estoy incorporando audios y relatos, incluso relatadas por ellas o compañeras”. Son los testimonios que pueden escucharse mientras se contemplan las fotografías, en el ambiente cómplice de la sala “Frey”.

Mientras recorría con su mirada las fotografías, el que firma recordó con ambigüedad unas palabas del poeta “nacional” palestino Mahmud Darwish, que no pudo reencontrar al momento de redactar estas líneas. Pero decían algo así: “los palestinos somos gente normal. Incluso, algunos morimos de viejos”. Las mujeres trans que aparecen en los trabajos de Liska están con mates, cerca de cocinas económicas, con gatos o perros, en oficinas o jardines, con vestidos muy elegantes o ropa de todos los días, en sus trabajos o en sus domicilios. Si existe anormalidad, ésta reside en que como sector, su esperanza de vida se reduce a 35 años. Darwish también decía y en este caso, la cita es textual: “nuestra tarea (…) como seres humanos, es humanizar la historia de la que SOMOS víctimas y al mismo tiempo el producto”. Cuestiones de derechos. Y de humanidad.

Adrián Moyano / Fotos: Tonny Romano

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