Agradecimiento de la escuela de boxeo del barrio Alborada

El trabajo nos brinda a las personas: seguridad, autoestima, valor y dignidad. Cuando uno es capaz de poner en práctica su conocimiento y su creatividad da orgullo. El saber que somos capaces de crear desde nuestra imaginación y capacidades es muy valioso. Por ello considero que el trabajo propicia la participación y sociabilidad, a la vez que brinda un sentimiento de inclusión e integración con respecto a la comunidad.

Desde hace un tiempo se han podido ver expuestos los trabajos en carpintería que realizan los muchachos del penal número III, más de una vez la gente se detiene a mirar los muebles y piensa cómo se verán en sus casas, es ahí donde se observa el valor del trabajo realizado con las propias manos.

La sociedad, acompañada de los ámbitos de regulación del Estado deben dar herramientas para devolver a estos hombres y mujeres que han cometido un error la facultad de volverse empoderados y autosuficientes a través de su trabajo, es la manera en la que un lugar de reclusión puede dar la oportunidad de resarcir los daños que se puedan haber cometido en el pasado.

No es bueno juzgar el pasado o la vida de otra persona, nadie camina con zapatos ajenos para saber el por qué de las malas decisiones.

Es importante que la sociedad visibilice el esfuerzo y la actitud de querer remediar lo que en algún momento se hizo de forma equivocada, para devolver en buenas acciones a la comunidad la leal actitud de donar y ser útil a las instituciones que trabajan para brindar una vida mejor a los ciudadanos.

Todo lo antes mencionado surge como una reflexión a partir del agradecimiento que queremos hacer público desde la Escuela Infanto Juvenil de las Águilas Box, ubicado en el Barrio Alborada, hacia los muchachos del penal III por haber hecho entrega de las bibliotecas que van a ser destinadas a colaborar con la educación de niños y niñas de nuestro barrio y aledaños.

Pensamos a esta acción como algo de profundo valor que nos enseña a todos que la bondad en las personas no muere. Los integrantes del proyecto de carpintería dieron no solo muebles sino un aporte al desarrollo de la cultura.

Queremos compartir que han donado sus producciones a nuestro barrio como así también a escuelas y comedores, para brindar a los niños y niñas juegos didácticos, mesas, sillas, etc. Esto también es un ejemplo de brindar amor desde el humilde lugar donde toca estar.

Muchas gracias de todo corazón: Cristián Alberto Ballejo, Mario Alejandro Sepúlveda, Jonathan Parra, Cristián Hidalgo, Martín Chamorro, Lucas Bamonde, Alan Sepúlveda, Brian Torre, Alejandro Luengo, Jonathan Ferreira y Jonathan Garrido.

Mariana Valenzuela