08/10/2019

Viviana busca a su madre, sabe que es de Bariloche y que la dio a luz en 1966 en Buenos Aires

Susana Alegría
Viviana busca a su madre, sabe que es de Bariloche y que la dio a luz en 1966 en Buenos Aires
Viviana busca a su madre, que tiene 72 o 73 años.
Viviana busca a su madre, que tiene 72 o 73 años.

Viviana Andreatta sintió toda su vida, que era adoptada, aunque sus padres nunca se lo admitieron. Lo poco que sabe es que su mamá es de nuestra ciudad, que a los 19 años se fue a estudiar a Buenos Aires y allí nació ella.

“Siempre tuve ese presentimiento, pero cada vez que les preguntaba me lo negaban hasta hace 12 años en que mi mamá me lo confirmó y dijo que lo único que sabía fue que mi mamá biológica era una estudiante de Bariloche que se había venido a Buenos Aires pero que su familia nunca supo de ese embarazo”.

Viviana fue inscripta en el Registro Civil con fecha 9 de marzo de 1966, “nací en el Hospital de Quilmes, el médico con el que mi mamá estaba haciendo tratamiento de fertilización, al no dar resultados le ofreció muy amablemente entregarme”.

Ella comenzó a buscar información en el hospital, pero le comentaron que los archivos de esa época habían sido enviados a La Plata, “otra vez que fui me dijeron que se habían incendiado y que no tenían registros y el año pasado fui a la parte de Maternidad, le conté mi historia y me dijo que hay papeles solo de la parte pública, lo que se había quemado era la información privada”.

Hasta el año 76 el centro de salud fue tanto privado como público, “accedí a los libros de ingreso y al registro de las parteras, pero no tengo el nombre, lo que me llamó la atención fue que el 7 de marzo de ese año, ingresaron dos pacientes, una sí figura y la otra no, aunque tienen las dos el mismo número de historia clínica”.

Habló entonces con el director y le dijo que “esos archivos están en sótanos que se han inundado, que hay muchas ratas y que habría que entrar con un equipo especial”. Eso quedó en nada por la cantidad de trabas que le fueron poniendo en el camino.

“No cuento con más datos que esos, pero cuando ingreso a la página de búsqueda, todas tienen el mismo argumento, chicas muy jóvenes casi todas con sus estudios secundarios completos y del interior”. Por lo que supone que era de clase social media o alta puesto que la habían enviado a Buenos Aires a continuar sus estudios, “por eso creo que ella debe haber sido una profesional”.

“De esas dos mujeres que ingresaron a maternidad el 7 de marzo del 66 una tenía latidos fetales negativos por lo que llamaron al doctor Garay, el que certificó mi nacimiento y que no trabajaba en ese hospital, sino que atendía de manera privada”. Es decir que atendía allí a sus pacientes particulares, “se entiende que él entonces no tendría que figurar en la parte de asistencia pública en esos registros” dijo. Esa fue la única anomalía que encontró analizando los papeles. “Esta mujer no aparece ingresada ni dada de alta, rarísimo, la otra sí”, detalló.

El nombre de su mamá adoptiva era Renee Audelina Ferreyra y de su papá Mario Luis Andreatta. “Mi mamá era oriunda del interior de la provincia de Buenos Aires, de la zona de Olavarría, una vez que falleció hablé con una tía y le dije que todo bien con el pacto de silencio, pero yo necesitaba que me contara lo que había sucedido”.

Viviana tiene dos hijos, uno de 29 y el otro de 16 años, “me preocupa también el tema hereditario, yo la pasé muy mal con mis embarazos, mis hijos en algún momento van a ser padres, son cosas que te van movilizando mucho”, reconoció.

Ese sentimiento de no ser hija de sangre lo tuvo siempre, “de hecho nunca me gustó que me festejaran mis cumpleaños, no me gustaba cuando llegaba ese día, ahora de grande sigo tratando de evitarlo, buscando excusas”.

Siente que le falta cerrar una parte importante de su vida, “cuando cumplí 15 fue la primera vez que le pregunté a mi mamá si era adoptada, me dijo que era una locura y se molestó mucho”. Cuando tuvo su primer embarazo repitió la inquietud y obtuvo la misma respuesta, al fallecer su papá siguió insistiendo hasta que finalmente, le dijo que sí pero solo le dio el par de datos mencionados. Viviana tenía ya 38 años cuando confirmó lo que siempre supo.

Sabe que con la poca información que tiene es muy difícil lograr encontrar a su mamá biológica, “es una aguja en un pajar pero voy a seguir buscándola, cuando uno nace, el médico te extiende un certificado que presentás en el Registro Civil, ese papel tiene que estar en algún lado” aseguró.

El Cordillerano le consultó acerca de cuáles son sus expectativas y pensamientos con respecto a un posible reencuentro “no solo se trata de encontrarla, sino que ella quiera conocerme y contarme parte de mi historia, pero si yo quiero saber quizás sea más fácil para ella buscarme y hablar”.

Sabe que para su madre habría sido mucho más fácil encontrarla, pero hasta el momento, no lo hizo. “Lo ideal sería llegar a conocerla y saber de dónde vengo, quienes son mi familia, quizás tenga hermanos y no lo sé”.

Tampoco pretende que sea su madre quien la contacte, “si alguien conoce la historia y me puede contar algo más, me haría muy bien” explicó.

Viviana está abierta a toda clase de información que se le pueda hacer llegar, aunque no sean datos concretos pero que quizás sirvan como punta del ovillo; su teléfono de contacto es +54 9 11 5664-4507.

Susana Alegría

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