Ojos de Cielo agasajó a sus amigos en la inauguración del contenedor

La Asociación Ojos de Cielo dejó inaugurado oficialmente el contenedor ubicado en el predio del Club Independiente del barrio Don Orione en el kilómetro 15 de avenida Bustillo.

Nada ha sido fácil durante estos años, inicialmente funcionaban en una pequeña vivienda alquilada de Villa Llanquihue, luego no pudieron solventar más tanto gasto, entonces lo que hasta ese momento era un sueño, se convirtió en pesadilla.

Nancy Bustos, la presidenta de la Asociación Ojos de Cielo, quedó a la deriva con sus más de 60 chicos de diferentes edades. Aunque el clima no era propicio, igualmente continuaron con los entrenamientos al aire libre, en la costa de algún lago o en la montaña.

A pesar de no contar con un espacio físico, de alguna manera se las arreglaban para seguir juntos como la gran familia que son. Durante un buen tiempo esos entrenamientos los realizaban subiendo al Campanario, porque Emilio y su compañera cedían las instalaciones de la confitería para tomar la merienda y luego, bajaban caminando.

Mucho esfuerzo, lágrimas y enormes tristezas, pero nada frena los gestos de amor y solidaridad. Gracias al destino, los amigos del Club Independiente les prestaron un sector del predio de Don Orione para que instalen el contenedor que también costó largas noches de desvelo.

Lo montaron y había mucho por hacer, reacondicionarlo, pintarlo, ponerle estantes, convertirlo en lo que es hoy, un lugar lleno de hermosa energía y amor en cada una de sus paredes.

Falta mucho por hacer pero siguen soñando y no van a parar hasta conseguir ubicarlo en un lote propio porque en el Oeste siempre van a haber chicos y chicas que necesiten un segundo hogar y Ojos de Cielo es mucho más que eso.

El encuentro

Nancy no quiso dejar pasar la oportunidad de reunirse con amigos que la han acompañado durante estos años, entonces los agasajó inaugurando oficialmente el contenedor, hogar de Ojos de Cielo.

Desde afuera uno no llega a tomar conciencia de lo que adentro alberga, una mesa muy larga donde se sientan a tomar la merienda los nenes o a recibir ayuda escolar. Algunas tardes se convierte en taller de oficios, centro de reuniones para acompañamiento de las madres y muchas otras cosas. Un espacio lleno de amor que Nancy quiso compartir con los amigos.

“Para nosotros es un día muy importante, encontrarme en este lugar con amigos que me han acompañado durante estos siete años es muy lindo, soñábamos con esto porque nos merecíamos un lugar distinto.”

“Nada de todo esto lo podríamos haber logrado sin la ayuda de personas que día a día aportaron algo, los comerciantes que pasaron a ser amigos que uno aprecia o Natalia y Enrique que siempre han abrazado este trabajo y han ayudado en la construcción de este lugar y con la donación de algunos materiales.”

Continuó agradeciendo: “Un gracias inmenso para Ana de la Red Solidaria, a Marcelo Bearzi de los Viajes Solidarios Bariloche, La Copa de Leche de INVAP, amigos de Suecia, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos que se han unido para cubrir los gastos de mano de obra, a Palm por un descuento y a la Peña de Independiente”. También agradeció a Agua y Gas, Pizzutti, padres e integrantes de la Asociación Ojos de Cielo, y al diario El Cordillerano.

La inauguración en realidad fue un agasajo para todos los que han colaborado, incluso recibieron como presente una bolsa de bombones de chocolate junto a una foto de la familia de Ojos de Cielo posando afuera del contenedor.

“Se puede construir una sociedad distinta con el apoyo de diferentes lugares, estoy muy agradecida porque el sueño es que en el Oeste quede un centro así para los chicos, aunque yo ya no esté”, dijo muy emocionada. Nora regaló unos tangos con su guitarra, un broche de arte que no pasó desapercibido.

Ahora apuestan a un lote propio y a la compra de otro contenedor, porque tantos proyectos no entran en uno solo. Seguramente que lo conseguirán, porque la unión hace a la fuerza y el amor es el motor principal de cualquier sueño.

Textos: Susana Alegría/ Fotos: Fabio Hernández