10/06/2019

Marcial cumplió 105 años y lo festejó con sus amigos del Centro de Abuelos Amanecer

Susana Alegría
Marcial cumplió 105 años y lo festejó con sus amigos del Centro de Abuelos Amanecer
Posando para El Cordillerano.
Posando para El Cordillerano.

Marcial Acuipil, aunque mucha gente no le cree, cumplió 105 años y en el Centro de Abuelos Amanecer lo esperaban con una hermosa torta para que sople la velita.

Nació en Cushamen, provincia del Chubut, y desde muy chico comenzó a trabajar en las tareas de campo, considerándose un muy buen domador.

Marcial quedó huérfano cuando tenía ocho años, él y su hermano quedaron al cuidado de sus abuelos, los que poco tiempo después también fallecieron. “A los seis empecé a cuidar ovejas y ya me pagaban un sueldito, ahora si tenés más de 50 ya no te contratan y si tenés diez o doce tampoco”, afirmó. 

Siempre que habla de su edad se divierte contando que en realidad, tiene dos cumpleaños, “yo nací un 10 de junio pero me anotaron un 7 de abril, antes te anotaban recién cuando alguien iba hasta el Registro Civil o cuando se acordaban, tenía doce años cuando me inscribieron”, dijo.

Ya de jovencito viajaba a señaladas y domas porque su afinidad con los caballos salvajes era una de sus grandes pasiones. “Me había ido lejos y cuando volví a Cushamen, volví a ver a una chica que me gustaba mucho y nos entreveramos” recordó. Tuvo diez hijos pero no le fue bien en el amor, “en esta vida me castigó la mala, enviudé tres veces y ahora estoy solo”.

Al llegar a Bariloche vino con un puesto de casero en la zona del lago Gutiérrez, “mi patrón solo quería que estuviera ahí y no hiciera nada más, pero cada vez que él salía, yo agarraba las herramientas y me ponía a arreglar alguna cosa”, contó.

Fue un solo año a la escuela primaria, prefirió trabajar y ganar su propio dinero, aprendió a leer y escribir solo, buscaba revistas o se llevaba hojas de diario para estudiar. “Mi firma la tuve que practicar por mucho tiempo porque me habían dicho que tenía que ser siempre igual y al final, me quedó bonita”, comentó orgulloso.

Con sus flamantes 105 años anda muy bien de salud, solo le preocupa que ve muy poco, “vivo en el barrio Argentino, pero ya conozco el camino de memoria hasta el Centro de Abuelos así que voy y vengo solo todos los días a ver a las chicas”, contó. “Me jode un poco la gripe y otro poco la edad, pero ando bastante bien, solo me faltaría una buena ranchera o una cueca para entrar en calor”, bromeó.

Allí lo reciben a media mañana con una taza de té y alguna repostería casera, lo miman y atienden porque es uno de los pocos varones que está en el grupo, además se lleva un táper con la cena lista, algo de pan y una fruta.

Cada vez que alguien lo va a buscar en auto a su casa, aprovecha para cargar la verdulera y les regala canciones a sus amigas, le gusta que bailen y la pasen bien. Regaló a El Cordillerano durante un encuentro, una relación, “Triste sale el sol triste sale la luna, más triste está mi rancho porque no tengo a ninguna”.

“Las chicas a veces me tratan bien y a veces un poco mal también” dijo, a lo que todas comenzaron a gritar y reírse, él se hace el pícaro y ellas, no se quedan atrás en las respuestas.

Todas lo felicitaron por su cumpleaños “estos son besos curativos, por esto quiero cumplir muchos más, aunque no me da el cuero pa’ tanta soga” agregó.

Al hablar de sus vicios dijo “recién a los 41 años probé el vino tinto y me gustó, pero mi único vicio siempre ha sido el trabajo”.

Anécdotas con sus compañeras del centro de abuelos tiene muchas, Blanca comenzó a contar algunas de cuando han ido de vacaciones a la costa “una vez nos paramos al lado del mar para que nos sacaran una foto, vino una ola grande y nos tiró a los dos”. En otra oportunidad salieron a caminar al amanecer por la arena, “como a la hora lo miro y me doy cuenta que tenía mucho calor, estaba con botas de cuero y pantalón largo, le ayudé a sacarse las botas y como me dijo que debajo tenía pantalón corto le insistí para que se sacara el pantalón, cuando vi que estaba con calzoncillos largos no podía parar de reírme” recordó.

Y así se entretienen y acompañan, entre risas, mates y anécdotas, una hermosa manera de pasar las horas de una forma muy gratificante, escapando a la soledad de sus hogares.

El Centro de Abuelos

Aidé Pacheco lleva adelante el espacio desde hace 19 años y son, coincidentemente, 19 los socios que concurren de lunes a viernes, aportando una cuota mensual de $50 que utilizan para comprar lo que les haga falta.

“Siempre nos llegan familias a pedir algo de alimento y no les podemos decir que no, porque sabemos que las necesidades cada vez son más grandes”.

Reciben ayuda de parte de un proyecto de Nación, “antes rendía mucho más ahora tenemos que ir viendo qué comprar, nos dan 30 o 35 mil pesos por mes y con eso nos vamos manejando como podemos” dijo.

“Con eso compramos más o menos 15 mil de carne, 10 mil de verduras y el resto de alimentos secos, la Municipalidad nos manda leche, paté, azúcar a veces, lo que tienen nos traen”, comentó muy agradecida.

Aseguró que “igual los CAAT a los que más necesitan les van dando cajas o bolsones con alimento, esa ayuda social se ve, igual hay gente que viene a pedirnos y después nos enteramos que no necesitaba, por eso ahora vamos a conocerlos primero”. Citó un ejemplo, “nos habían dicho de un abuelito en situación de abandono, cuando llegamos a su casita estaban con él cuatro muchachones vagos al lado del fuego que ninguno trabaja, entonces así no sirve”.

En noviembre del año pasado falleció Iván, el compañero de Aidé, por lo que ahora cuenta con el acompañamiento de sus cinco hijos, “es un vacío muy grande pero hay que seguir adelante” se lamentó.
Cuando ella llegó al Centro Amanecer ya estaba en funcionamiento, “lo abrió Thelma Tarifeño con un grupo de abuelos, Margarita, Carmen Aguilar, Susana Escobar, Tomasa González y su hermana, pero casi todas han fallecido,  pero hay que seguir poniéndole el hombro”.

“Yo era moza y por la edad ya me echaron entonces entré al proyecto Comer en Familia de Provincia, como promotora social, siempre me gustó trabajar para la gente, empecé a recorrer los barrios, yo atendía a las familias de La Lomita, Abedules y 6 Manzanas”. Agustín, un asistente social, le enseñó muchísimo “Thelma se tenía que especializar para otro puesto y me ofreció quedarme acá a pedido de los abuelos”.

No es la primera crisis económica que debe atravesar como responsable de Amanecer, “trabajo mucho y estoy atenta para lograr convenios, a veces se pone difícil entre que finaliza uno y comienza otro”.

“Aprendí a ser previsora así que nunca nos quedamos sin insumos para cocinarles, incluso confían en mí y a veces, los proveedores me dejan mercadería para pagarles la semana siguiente”.

Canastita

Con un grupo de mujeres mayores implementaron un sistema de la canastita semanal, cada semana ponen treinta pesos y sortean una canasta con mercadería, con ese dinero compran la siguiente, una ayuda para que lleven a sus hogares. Cuenta con 21 productos, verduras, leche, aceite, azúcar entre otras cosas. “Lo más importante es colaborar con nuestra gente” dijo muy conforme con lo que realizan.

Cuentan con un menú diferente cada día, todo hecho con muy buena calidad y mucho amor. “Siempre depende de los precios, pero por lo general los lunes les hacemos polenta o tallarines con tuco, martes guisos, miércoles sopa y pizzas o tortilla, canelones o zapallitos rellenos, los jueves algún arvejado y viernes pollo o pescado o milanesas”. Todo de elaboración casera, hecho por Aidé y algunas voluntarias que se acercan a dar una mano.

Los hombres y mujeres mayores llegan mucho antes del almuerzo, a media mañana ya están ahí para compartir unos mates o té con leche, pan casero o tortas fritas y esperan el momento de la comida compartida. Además se llevan su porción abundante para calentar en sus hogares y tener una rica cena.

Alrededor de las 14 horas regresan a sus casas, además cuentan con dos talleres semanales, uno de tejido y otro de reciclado, “los talleristas vienen de la CEB, todavía no hemos recibido de PAMI ni de Provincia, ojalá comiencen pronto esos”.

Susana Alegría

Te puede interesar
Ultimas noticias