¡Del dolor a la esperanza!

Hoy debería ser un lunes más cómo cualquier otro, toque de timbre temprano y ponerse a trabajar como todos los días. Pero no fue así...

La rutina y cotidianeidad cambio tan rápido que no nos dio tiempo a reaccionar.

Te fuiste a bailar zambas, chacareras y porque no un malambo sureño a patita pelada como nos tenías acostumbrado. Porque si de bailar se trata no hay otro igual, buen bailarín pero si había que tocar guitarra y bombo también salías sin hacerte rogar. O tal vez a jugar algún partido de fútbol, habilidoso, excelente jugador pero muy rústico cuando te enojabas.

Un jugador de toda la cancha, nunca dejaste a ningún compañero a pata.

En el aula hiciste de todo: estudiar, jugar, molestar, pelear con los profes, siempre inquieto nunca sentado. De vez en cuando salías a hacer visitas cortas pero efectivas a los preceptores y también al director.

A partir de ahora ya nada será igual, el dolor es inmenso e inexplicable; pero como toda experiencia en la vida sea buena o mala, siempre nos deja una enseñanza.

Y vos querido Mati nos enseñaste a vivir a pleno, a darlo todo sin guardarse nada, a disfrutar de cada instante, nunca perdías el tiempo, hiciste todo y de todo, siempre con pasión.

Nos enseñaste a quererte sin límites, fuiste buen compañero y estudiante, solidario, afectuoso y responsable, también el sabandija más tierno de toda la escuela.

Seguro estarás con el abuelo, “Tatita” cómo le decías, planeando alguna travesura para divertirse juntos.

Querido amigo Mati, quedate tranquilo que vamos a hacer honor a todo lo que nos enseñaste en estos años compartidos, y te vamos a recordar siempre con una sonrisa, divertido y alegre, y muy inquieto, como a vos te gustaría.

Y transformaremos el dolor en esperanza.

¡Volá alto campeón, serás por siempre nuestro guía!

Profe Esteban

P.D.: Esta carta fue redactada por Esteban, un profesor de Matías Muñoz, el joven de 15 años que murió en la jornada de futsal del domingo y que jugaba en Nehuen de Pilcaniyeu.