19/03/2019

En invierno o verano, las personas con discapacidad pueden disfrutar de la montaña

Susana Alegría
En invierno o verano, las personas con discapacidad pueden disfrutar de la montaña

Por medio del deporte adaptado Germán Vega junto a la Fundación Challenge Argentina, logran que aquellas personas que han tenido alguna lesión medular puedan volver a disfrutar de la montaña. Ya sea en el invierno con el esquí o durante el verano, tal como lo realizado el fin de semana pasado con el trekking.

Un grupo del Centro de Rehabilitación Integral Patagónico (CRIP) cumplió su sueño de sentir el viento, el ruido de los árboles o el cantar de algún río, experiencias que desde que perdieron la vista, no habían vuelto a vivir. No conformes con todo lo que abarcan, además suman a los adultos mayores a que puedan disfrutar de nuestros cerros.

Germán Vega desde hace dos años que trabaja con la Fundación Challenge Argentina en estas actividades muy puntuales, esquí adaptado para personas con lesión medular alta, llevando a la persona en silla de ruedas de manera asistida con un instructor atrás y un auxiliar adelante. Además del esquí independiente, como el que él realiza, orientado para aquellos que tienen una lesión más baja y eso les permite mayor movilidad. “Nuestro objetivo en estos casos no es solo que vivan la experiencia, sino que apuntamos a independizarlos”, dijo.

Primer instructor mundial

Vega fue el primer instructor a nivel mundial. “Yo hacía snowboard todas las temporadas, tuve el accidente en el 2005 y al año siguiente ya estaba de nuevo en las pistas”. Le enseñó Kirtem, una estadounidense que vino de vacaciones con su esposo. “Cuando vieron que estaba desesperado por aprender la técnica, me invitaron a San Martín de los Andes y a los dos días de clases, ya me independicé”, contó.

Recordó “al principio me llevaba con riendas, cuando sentís una cierta seguridad te las sueltan y cuando pasó esquiando al lado mío, se me cayeron las lágrimas”.

Pensaba que nunca más iba a poder disfrutar de la magia de la nieve y la montaña en invierno, “cuando uno hace las cosas con pasión, todo va saliendo adelante” afirmó.

Luego fue contactado por Santiago Pinedo, un instructor reconocido de nuestra ciudad, “quiso ayudarme a perfeccionar mi técnica, dos años esquiando juntos hasta que llegó un momento que me dijo que estaba listo para ser instructor”. Tanto durante el curso como en el examen final, Vega pidió que no tuvieran diferencias para con él por su condición física.

Mucho tiempo antes del accidente, Germán trabajaba con chicos con discapacidad, “es como que la vida me fue preparando para lo que vendría después, ya sabía lo que era andar en silla de ruedas, no tener determinada movilidad, pero no lo había vivido”. De pronto estaba en el lugar del otro y al año ya trabajaba en el área de Discapacidad del municipio, entonces empezó a tomar todo más por dentro. “Hice un proyecto de Turismo Accesible y traía gente con lesión medular baja que no me daba un rédito económico grande, pero era todo suma de experiencia”. Él necesitaba aprender cómo se vivía en una silla de ruedas, en base a vivencias en primera persona, testimonios de personas de Francia, España, Chile y muchos otros países.

Trekking

Para el trekking adaptado se utiliza una especie de bicicleta, pero cuatro ruedas, manejada por detrás por un instructor; la persona va sentada delante y es todo descenso desde la Roca en Catedral hasta la base. “Son las primeras sillas de este estilo que se han introducido en Latinoamérica, estamos abriendo el juego a los adultos mayores, porque a quién no le gusta recorrer un bosque o bajar por senderos que ya, por la edad, no podrían hacerlo por sus propios medios”, comentó.

Los costos no son fijos, “por un lado a todas las personas que tienen posibilidad de pagar, se les cobra un bono voluntario y es ese dinero precisamente el que subsidia el que una persona de bajos recursos pueda vivir la experiencia”, detalló. La logística lleva gastos de combustible, alimentos, vestimenta, equipo de protección y una serie de cosas que se deben cubrir.

El fin de semana

Este fin de semana fueron cinco integrantes del CRIP, a donde asisten personas ciegas y con disminución visual. “Se comunicaron con nosotros, tenían ganas de tener esta experiencia, ellos tienen los sentidos agudizados, entonces lo disfrutaron mucho, pero también podemos enseñarles a esquiar, no tenemos dudas”.

La bajada duró aproximadamente una hora y cuarto, con paradas para dejar reflejado el momento en fotografías y videos.

“Primero nos reunimos con la gerenta general del cerro y con el Ente Regulador, la predisposición de todos fue excelente, no es simple introducir un deporte nuevo en la montaña, pero entre todos, se pudo lograr”, dijo Vega.

El accidente

Al recordar el momento en el cual se accidentó contó “los primeros dos o tres días me quería morir, pero después tuve la esperanza de volver a la montaña”.

Cuando comienza con una charla, Vega ni se presenta, “entro y les pido que cierren los ojos, que viajemos y soñemos, que imaginemos que tenemos 32 años, estamos en la cresta de la ola, ya tenemos recursos económicos, ya sabemos lo que queremos, abrimos y cerramos los ojos y de golpe, estamos en silla de ruedas y será así el resto de nuestras vidas, ¿Qué se les cruza por la cabeza, qué piensan?”.

Les muestra a las personas que están en sus mismas condiciones que se puede seguir viviendo de otra manera, que no hay que bajar los brazos, solo hay que aprender cómo trabajar, cómo tener sexo y un montón de cosas, “yo apliqué una fórmula que es actitud más esfuerzo, eso no falla jamás”, finalizó.

Susana Alegría

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