Homenajearon a mujeres que día a día luchan por un Bariloche mejor

La sucursal Bariloche del Banco Credicoop realizó un reconocimiento a mujeres de nuestra ciudad que trabajan de manera casi anónima, en pos de mejorar la calidad de vida de sus semejantes.

Fue distinguida la función que cumplen en la Comisaría de la Mujer, el Merendero Los Corazones de Beatriz, Fundación Gente Nueva, la Municipalidad de Dina Huapi, Fundación Cerca de ti, Asociación de Artistas Plásticos, Nuevos Caminos del Estacionamiento Medido, la Cooperativa del Hospital Zonal y Las Damas de Rosa, BALCEC, la Asociación de Recicladores Bariloche, escritoras, docentes, concejales, bomberos voluntarios y la Fundación de Bomberos Voluntarios de Ruca Cura y la Fundación Petisos.

Dora Vai, la vicepresidenta de la Comisión de Asociados, y Máximo Schneebeli, de la Secretaría de Educación de la filial local de dicha institución, en diálogo con El Cordillerano comentaron: “el encuentro está enmarcado, con un poco de retraso, dentro de lo que es el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, dentro de la comisión compartimos con nuestras compañeras y compañeros la idea de homenajear a mujeres de Bariloche para que cuenten y compartan sus historias de luchas y pasiones”.

Una manera muy interesante de hacer visible la tarea de las mujeres que contribuyen a formar una sociedad más justa. No fue simple armar el listado porque en cada área, en cada barrio y en cada grupo de personas, se destaca la labor de alguna mujer.

“Cada mujer es protagonista en su actividad pero el resultado final es lo que se logra en conjunto, donde tiene una presencia de gran valor” agregó Schneebeli.

Cabe destacar que se trata de un banco que tiene asociados, y no clientes, “hacemos distintas actividades que tienen que ver con los principios cooperativos donde la mujer cumple un rol muy importante”, explicó Vai.

Quiso compartir con los lectores unas líneas redactadas por ella para la comunidad, “nosotras las mujeres con nuestro saber y entender, sin dejar que subestimen nuestra inteligencia, con amor, coraje y mucha constancia, ayudando, amamantando, criando, luchando, cantando, tejiendo, cuidando nuestros hogares, participando, alimentando, estudiando, pero sobre todas las cosas amando. Nosotras las mujeres latiendo y construyendo una sociedad más justa”.

El evento

Luego de las palabras de bienvenida a cargo de Vai se compartió un breve video acerca de las actividades y los servicios que brinda el banco a nivel social. Después se escuchó a las mujeres homenajeadas que quisieran dar su testimonio, viviéndose momentos de gran emoción ante la oratoria de cada una de ellas. No hubo mejores ni peores relatos, simplemente historias de vida, de lucha y perseverancia.

El Ballet Tolkeyén estuvo presente para regalar tres danzas tradicionales, compartiéndose además un ágape y copa de bienvenida. Luego de los relatos, comenzó el momento de los sorteos, con importantes premios, además del obsequio de reconocimiento que se entregó a las homenajeadas.

Un hermoso acto revalorizando el trabajo de mujeres barilochenses que, a pesar de los inconvenientes, continúan abriéndose paso en un presente cada día más adverso.

Historias de vida

Son muchas las gratificaciones de esta clase de encuentros, pero quizás la más importante, es el hecho de que se conozcan entre sí las grandes artífices sociales de nuestra ciudad.

La primera que tomó la palabra fue Silvina Andrade, docente jubilada que comenzó su carrera en zona rural. “Vivía en Buenos Aires y cuando me casé decidimos irnos a vivir a la Patagonia, entonces fuimos al Consejo de Educación a plantear nuestra inquietud y así me derivaron a la provincia de Chubut”. Vivieron en una carpita y la escuela era un espacio dividido en cocina, aula y dormitorios con baños afuera, “el lugar era la precordillera rodeada de coihues y la población era de pueblos originarios, ahí me di cuenta de lo poco que se conocía sobre sus vidas”. Finalizó diciendo que con el paso del tiempo se dio cuenta que los verdaderos maestros eran ellos y no la docente, “ellos me enseñaron cómo es el espíritu del hombre de campo y del tehuelche, con ese apego, respeto y cariño a la tierra, con un deseo de que sus hijos estudiaran y progresaran en sus vidas”.

María Elisa, creadora de la Fundación Cerca Tuyo, relató que hace 12 años le diagnosticaron cáncer y parte de su tratamiento debió pasarlo en Buenos Aires, al regresar decidió comenzar a trabajar para que se logre en nuestra ciudad un centro de radioterapia. “En el 2009 se juntaron 15 mil firmas pidiéndolo y hoy finalmente contamos con ese espacio en el predio del Centro Atómico”, recordó.

Ana pertenece a una cooperativa de trabajo llamada Nuevos Caminos, que nació hace cinco años y trabajan con adolescentes abriendo puertas laborales a los jóvenes y con adultos que no han podido salir adelante. “Gracias a su labor en el estacionamiento medido pueden llevar a sus hogares la comida para sus familias, también incorporamos a aquellas personas que han tenido problemas con adicciones o que han estado privados de su libertad”, explicó.

Elena Durón, fundadora y coordinadora durante mucho tiempo de la Fundación Petisos, dijo: “si bien hace 16 años comenzamos a trabajar con niños y niñas, luego fueron creciendo y ahora tengo el orgullo de seguir presente en la vida de los hijos de los pequeños del inicio”. Destacó “trabajar con mujeres siempre enseña y yo he aprendido mucho de cada una de ellas, se crece con las personas que uno decide transitar su vida”.

También habló una joven de la asociación de 58 familias que trabaja en el Vertedero Municipal, “40 somos mujeres y hace 14 años que luchamos siempre para salir adelante, para que cada vez sea en mejores condiciones, al principio eran tareas a cielo abierto, este recorrido nos ha enseñado muchas cosas”. Habló del maltrato que sufrieron con su hija en una etapa de sus vidas, “la asociación nos ha enseñado a que tenemos derecho y que debemos pelear para vivir con dignidad”. Lo que para la gran mayoría es basura, para ellos es material de trabajo, “eso lo recuperamos y vendemos directamente a las fábricas, así nos ganamos el sustento diario”, contó.

De la Comisaría de la Familia dieron un testimonio basado en pedidos de ayuda que reciben diariamente, de cómo las afecta cada una de las situaciones de violencia que viven las mujeres, y difundieron el pedido de no dudar en solicitar ayuda, ante casos que se conozcan o se estén padeciendo.

Las representantes de Bomberos Voluntarios contaron que “día a día luchamos por la inserción de la mujer en un espacio que siempre estuvo ocupado por hombres, hoy trabajamos codo a codo contando con el acompañamiento de todos ellos dentro del cuartel”. Remarcaron que “estamos junto al sufrimiento diario de la gente que solicita nuestra ayuda en una emergencia y tratamos de hacerlo de la mejor manera posible”. Señalaron que las capacitaciones son semanales, cada sábado dedican parte de su vida particular para ponerla en aprender y prepararse para una mejor asistencia. “Queremos ser cada vez más profesionales, estamos al servicio de la comunidad, somos voluntarios por lo que todos tenemos nuestros trabajos y familias de manera paralela”.

Beatriz Curruhuinca del Merendero del barrio Nahuel Hue, conmovió con sus palabras. “Hace cuatro años que abrí las puertas de mi casa poniendo un merendero y recibir a los nenes, dándoles alimento y cariño”. Agradeció a parte de la comunidad que colabora con el merendero “es muy difícil seguir adelante, pero la cara de ellos al verlos llegar me llena de felicidad, me preguntan si hoy van a tener algo de comida y decirles que no, me parte el corazón, pero hay días que ya no sé a quién pedir ayuda”, dijo muy conmovida. Pidió que sigan contando a la gente de Bariloche que hay un merendero en el Nahuel Hue que necesita de la ayuda de todos, así como otros tantos, en distintos sectores de la ciudad. Confió que la fuerza que la impulsa a seguir, son los chicos y que lo hace con el corazón, “yo no pido un sueldo ni ser famosa, solo quiero poder darles vestimenta y alimentos a mis chiquitos”.