2022-04-16

“Mi primer mandado” el reality japonés que tiene Netflix donde se envía a menores a realizar compras solos

Llegó a Netflix “Mi primer mandado” un reality japonés que en muchos usuarios generó rechazo. ¿Cuál es el detrás de este programa?

Se abrió un debate en torno al reality que es un reflejo de la cultura japonesa donde le generan independencia a sus hijos como clave de desarrollo.

La popularidad del programa en Japón es un reflejo del alto nivel de seguridad pública del país, así como de su cultura de crianza.

“Es una forma típica de criar a los niños en Japón y un símbolo de nuestro enfoque cultural, que puede sorprender a personas de otros países”, dijo Toshiyuki Shiomi, experto en desarrollo infantil y profesor emérito de la Universidad Shiraume Gakuen de Tokio a The New York Times.

Cada episodio dura poco o menos de 15 minutos y siguen a niños de dos o tres años que hacen mandados ante la atenta mirada de los ciudadanos. Ellos no saben que están siendo documentados, puesto que el equipo detrás de cámaras se esconde a lo lejos para retratar una experiencia que sea lo más verdadera posible.

Los infantes caminan por los pasos peatonales y acuden a lugares muy concurridos completamente solos, mientras un narrador va describiendo sus acciones. Este formato logra que la audiencia se emocione conforme ellos van completando sus tareas y regresan seguros a casa.

Sin embargo, eso no evita que algunos desconocidos se les acerquen en el camino, debido a que van sin un acompañante por las calles y se topan con múltiples adultos. Esto último ha llevado a que el título sea calificado como una forma de entretenimiento en la que se “abandonan” a los niños a su suerte.

Yuka, de tres años, se baja del borde de la acera en un paso de peatones que divide una calle de cuatro carriles. “Aunque el semáforo esté en verde”, dice un narrador en voz en off, “¡ella sigue mirando si pasan autos!” es así como comienza el primer episodio.

Disgusto entre los espectadores

La serie de Netflix ha generado polémica en países como Estados Unidos, donde la crianza parece no tan relajada como en Japón.

Mientras algunos ven adorables niños cumpliendo metas y sintiéndose importantes, otros plantean que “Mi primer mandado” les plantea objetivos inapropiados para su desarrollo. Y no son pocos los que entran en pánico al observar a los pequeños aparentemente solos en el ajetreo de una jungla de cemento.

El profesor Shiomi dice que los padres en Japón tratan de inculcar a sus hijos un tipo particular de autosuficiencia. “En la cultura japonesa, la independencia no significa discutir con los demás o expresarse”, dice. “Significa adaptarse al grupo mientras se gestionan las tareas diarias, como cocinar, hacer recados y saludar a los demás”.

En las escuelas japonesas, es habitual que los niños limpien las aulas, señaló. Y en casa, los padres dan incluso a los niños pequeños una mesada para sus gastos y esperan que ayuden a preparar las comidas y a realizar otras tareas.

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