2020-08-03

HASTA EL 15 DE NOVIEMBRE

Caso Micaela Bravo: por pedido de la defensa prorrogaron etapa de investigación

Argumentando que la situación sanitaria desatada por el COVID-19 dificultó su trabajo, el defensor oficial Marcos Cicciarello solicitó una prórroga de la etapa de investigación preparatoria en el marco del caso en el que se investiga la responsabilidad de una mujer, en la muerte de Micaela Bravo. La fiscalía y la querella no objetaron la solicitud, por lo que el plazo se estiró hasta el 15 de noviembre.

En abril de 2019, la fiscal Betiana Cendón había logrado sentar en el banquillo a Angélica Roxana Paine (48), atribuyéndole la responsabilidad por el crimen de Micaela Bravo, uno de los tantos que ocurrieron en marzo de 2016 y conmocionaron a la ciudad. Fue un gran paso adelante porque la investigación por lo ocurrido con la joven, había naufragado hasta ese entonces demandando una enorme tarea investigativa de la fiscalía.

Ahora, cuando la instancia de control de acusación estaba al alcance la mano y el juicio oral y público asomaba como próximo, el defensor oficial Marcos Cicciarello argumentó que en virtud de la emergencia sanitaria, tuvo diversos inconvenientes para completar la recolección de elementos probatorios que le permitan sostener su teoría del caso y reclamó una prórroga. Ante el consentimiento de la fiscalía y la parte querellante, la etapa de investigación penal preparatoria se prolongó hasta el 15 de noviembre, por decisión del juez de Garantías Ricardo Calcagno.

Según definieron algunas fuentes consultadas, la posición de las partes acusadoras fue darle a la defensa todas las posibilidades que garanticen una defensa eficaz, pese a que según se indicó, tanto fiscalía como querella estaban en condiciones de llevar el caso a la etapa de control de acusación y requerir la habilitación del juicio oral y público contra Paine.

El mes de marzo de 2016, marcó a la ciudad por varios acontecimientos impactantes. El femicidio de Ruth Sagaut, el crimen de Natalia Báez y la inicial desaparición de Micaela Bravo, entre ellos. Y fue justamente el caso por el crimen de Micaela, el que más tardó en comenzar a resolverse.

Es que inicialmente la investigación a cargo del entonces fiscal Eduardo Fernández naufragó sin hallar elementos importantes que permitan arrojar luz sobre lo ocurrido. Más tarde tomó el caso la fiscal Cendón, quien trabajó arduamente en la recolección de elementos hasta que pudo acusar formalmente a Paine, por el homicidio simple de Micaela Bravo, su nuera.

Las claves para empezar a torcer la historia, fueron una serie de pericias realizadas a partir de un allanamiento de carácter científico que se realizó en el domicilio de Paine, en el barrio 2 de Abril, durante el año 2018 y otras evidencias científicas previas, que aportaron un sinfín de elementos indiciarios sobre los que la fiscalía y la querella, sustentan su acusación.

Al momento de formular cargos contra Paine, Cendón detalló más de ochenta declaraciones testimoniales recogidas en el expediente, actas de diversos procedimientos policiales y pericias científicas que aportan varios elementos de relieve. Por ejemplo, la existencia de nueve pelos en las manos de Micaela, cuyo ADN señaló que le pertenecían a Paine, lo que revela una maniobra defensiva y una situación característica de un enfrentamiento entre mujeres.

Además, hubo coincidencias entre unos restos plásticos hallados en el pantalón de la víctima y junto al cadáver, con otros recolectados de un carro que se le secuestró a la acusada, un cuchillo y plásticos que rodeaban la huerta en su domicilio. Como en otros casos de relevancia, fue vital la participación pericial del investigador Rodolfo Guillermo Pregliasco.

UNA LARGA LISTA DE INDICIOS - La historia del caso

El hecho ocurrió el 23 de marzo de 2016 en el corazón del barrio 2 de Abril y el paradero de la joven fue incierto durante semanas. Su búsqueda fue frenética hasta el 6 de abril de ese año, cuando su cadáver, en avanzado estado de descomposición, fue hallado en un descampado ubicado entre la ruta de Circunvalación y la Ruta Juan Marcos Herman.

Aquel día Micaela fue vista en el jardín Mundo Nuevo. La joven había salido después del mediodía de su domicilio para ir hasta el establecimiento a dejar a una sobrina. Pero nunca regresó a la casa de su madre, adonde Micaela se había mudado tras separarse de su esposo Patricio Vargas. El cuerpo, según lo determinó una pericia entomológica, estaba en el lugar del hallazgo desde el 24 de marzo de 2016 aproximadamente, aunque recién lo encontraron en abril de aquel año.

Micaela Bravo tenía 28 años. Desde los 16 años asistía a la iglesia Antorcha de Fe. Allí había conocido a Patricio Vargas, el hijo del pastor, con quien se casó y tuvo tres hijos. A finales de 2015 la pareja se disolvió y ella se instaló en la casa de su madre, con sus tres hijos.

Poco después la mujer comenzó una relación con Juan Carlos Colipi, a quien conocía de la iglesia. El joven tenía 19 años y asistía a la iglesia junto a Angélica Roxana Paine, su madre. El nuevo vínculo amoroso entre Colipi y Micaela no cayó bien en la congregación, ella legalmente todavía era la esposa del hijo del pastor. Pero a pesar de la resistencia de los miembros de la iglesia, incluida la madre de Colipi, ambos continuaron juntos y hasta asistieron a la iglesia, enfrentando la situación.

La investigación avanzó muy poco en los primeros meses. La autopsia determinó que la joven tenía una herida punzo cortante en el tórax y había sufrido varios golpes antes de morir. Poco después una autopsia psicológica y ciertos elementos recolectados, acorralaron a la sospechosa. Todos los indicios confluyen en que el crimen fue cometido por una mujer, a la que la víctima temía y de la que intentó defenderse.

Mariano Colombo

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