2020-06-03

A cinco años del primer Ni Una Menos, las redes estallan y el acompañamiento se fortalece

Este 3 de junio se cumplen cinco años de aquella histórica convocatoria que marcó el fortalecimiento y la masividad de los movimientos de mujeres y disidencias en la Argentina. Referentes de organizaciones feministas de la ciudad señalan que, si bien las mujeres se animan a denunciar más, hay mucho trabajo por hacer en articulación con el Estado para que quienes están atravesando situaciones de violencia logren abandonar esos círculos.

Allá por 2015, en ochenta ciudades del país, se convocó a una movilización en repudio al femicidio de Chiara Páez, de 14 años, que fue la gota que colmó el vaso de la demanda del cese de la violencia de género. Aunque los reclamos venían hace mucho tiempo, pocas veces habían encontrado tanta masividad hasta ese momento. A partir de entonces y bajo la consigna “Ni Una Menos. Vivas nos queremos” cobró fuerza la visibilidad de las distintas violencias que sufren las mujeres. Más adelante, con el tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el país, las movilizaciones se acrecentaron con la consigna “Sin aborto legal no hay ni una menos”.

“A nivel local, si bien en ese llamado se sale y se instala el ‘Ni Una Menos’ como una especie de núcleo para las organizaciones, los partidos, gremios y sindicatos, en 2018 empieza ya a tomar una identidad propia y se conforma como organización en sí. Así se consolida la Asamblea Ni Unx Menos Furilofche como un movimiento aparte, creamos las páginas, y empezamos a funcionar como asamblea. El año pasado decidimos cambiar el Bariloche por Furilofche, también en la búsqueda de una construcción identitaria plurinacional. Sostenemos el nombre de asamblea porque creemos que es necesaria esa construcción y, si bien seguimos siendo núcleo de otras organizaciones y partidos, somos una organización en sí misma, con sus características, sus propias condiciones de laburo, redes sociales y demás”, contó Cecilia Andrade, de la Asamblea Ni Unx Menos Furilofche, en diálogo con El Cordillerano.

Desde aquel 3 de junio de 2015 hasta la fecha, se han registrado 1.450 femicidios, cifra que supone que un femicidio cada 30 horas en todo el país.

A raíz de estos crímenes, alrededor de 1.527 niños y niñas han perdido a sus madres, según datos del observatorio “Ahora que sí nos ven”. En el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus, en Argentina fueron asesinadas 57 mujeres, el 70 por ciento de ellas en sus hogares.

“Es un movimiento que va creciendo y se va multiplicando en los distintos territorios. También ha transformado profundamente las formas de lucha en contra de las violencias machistas. En este último tiempo, vemos que han aumentado las denuncias, porque junto con el Ni Una Menos también se va consolidando el ‘no estás sola’ y las mujeres empiezan a animarse a denunciar” señaló Cecilia. En relación con esto, contó que, en su caso, a la organización se acercan en su mayoría mujeres jóvenes, generalmente con hijos e hijas, que sufren distintos tipo de violencia por parte de sus parejas o exparejas: “nos manejamos mucho con las redes sociales, entonces por ahí tenemos más llegada a mujeres jóvenes con hijos que sufren violencia física y económica. Hay muchos casos en que quizás ya se produjo la separación, pero el hombre sigue extorsionando a través de los hijos, con el dinero que le corresponde entregar. La violencia está presente en todas las edades, pero es más bien un rango joven el que se anima a denunciar o el que le pone el cuerpo a la denuncia de alguien más que conocen, madres, hermanas, amigas, tías. Hay muchos niñes de por medio, siendo víctimas colaterales o directas de la violencia”.

La emergencia por violencia de género

Laura Bayona, de la Comisión Pro Encuentro Nacional de Mujeres, señaló que la Campaña de Emergencia en Violencia contra las Mujeres se ha presentado en varias oportunidades a nivel nacional con el pedido de una ley que contemple esta problemática. “Ahora estamos haciendo propuestas, porque si nos quedamos solo en el dolor y los problemas no podemos avanzar. Entonces, apuntando a mejorar desde nuestra experiencia como organización, que tiene muchísimos años, proponemos que salga la Ley de Emergencia. Para eso necesitamos presupuesto y sabemos que en este momento es muy difícil, por eso desde nuestro lugar estamos apuntando a que se apruebe el impuesto a las grandes fortunas, para que de esa manera podamos exigirle al gobierno invertir parte del dinero en prevención y erradicación de la violencia. Necesitamos más casas refugio en todo el país, también asesoramiento letrado para las víctimas, porque te hacen pagar un abogado si para la ley ya tenés un ingreso mínimo, pero si ganas 16 mil pesos es muy difícil que puedas afrontar este costo, el hombre en estos casos no paga el abogado que lo defiende”, indicó.

En este sentido, Bayona indicó que están trabajando más que nunca con voluntarias barriales, ya que el contexto de aislamiento agrava las situaciones de hacinamiento y violencia para muchas personas que están atravesando situaciones de violencia: “nosotras derivamos a las mujeres a los dispositivos que están funcionando del Estado, somos como una primera guía para orientar a las mujeres. A veces para muchas con solo contarte lo que les pasa, y que haya alguien escuchándote y que te diga algo esperanzador y de qué forma podés salir, ya es un montón. La violencia es un círculo al que la mujer siempre está expuesta a volver. A veces acompañamos un caso de una mujer que logra salir de ahí y a los meses vuelve a eso, y otra vez y otra vez, porque hay dependencia económica, psicológica, que esa mujer tiene que sanar para romper ese círculo y hacer otro camino. Nosotras las incentivamos a darse cuenta donde estar, y que ellas tienen que accionar para tomar una decisión”.

Con todo esto, también en el contexto del pedido de la Ley de Emergencia, se demanda la “incorporación de 100 mil promotoras en todo el país que trabajan gratuitamente y ad honorem en los barrios, queremos que se reconozca este trabajo y a las referentes barriales, que se las forme y en un futuro se les recompense económicamente, porque realmente es una lucha muy ardua que se da en todos lados y es parte de algo que el Estado debería cubrir. También es importante para que las mujeres puedan abandonar los círculos de violencia, tengan un salario mínimo, vital y móvil. Obviamente habrá un equipo que evalúe y defina cuando debería terminarse, pero ese ingreso serviría para cortar la dependencia psicológica. Es importante que haya prioridad al acceso a la vivienda, asistencia psicológica, de otro modo es dificilísimo salir”.

“Aunque no estemos en las calles tenemos una cita”

Este año, dado el contexto de crisis sanitaria, gran parte de las organizaciones ha decidido no convocar la movilización de cada año: “Creemos que hemos construido un poder muy importante, el 8 de marzo en esta ciudad llenamos nueve cuadras, lo que nos pone en un lugar de mucha responsabilidad, porque sabemos que ante nuestra convocatoria las mujeres responden. Por esto no nos parece responsable llamar a la calle. Hay compañeras que dentro de la asamblea han decidido salir a hacer intervenciones artísticas en el Centro Cívico, teniendo en cuenta todas las medidas sanitarias correspondientes. Sabemos también que las mujeres del partido de Izquierda convocaron a concentración, pero nosotras preferimos no hacerlo” indicó Cecilia Andrade.

De esta forma, la propuesta es “tenemos una cita”, y apunta a visibilizar y compartir en las redes sociales los pedidos del cese de violencia y femicidios. “Este 3 de junio, aunque no estemos en las calles, tenemos una cita con nuestras muertas. De ahí nos invitamos a llamarlas a la memoria, escribiendo sus nombres en un papel, si tenemos la posibilidad podemos imprimir sus fotos, nombrándoles, porque si algo hemos aprendido en este recorrido es que lo que no se nombra no existe. Encenderles una vela, hacer una especie de ritual en casa, en la vereda, donde pensemos que corresponda. El feminismo comunitario nos ha enseñado que el fuego transforma. Por eso, aún aislades vamos a hacer estallar las redes y transformar desde nuestras casas esa pena y ese dolor de las ausencias. Seguimos creciendo sostenidas en nuestras redes feministas. Estamos presentes más que nunca en este contexto, estamos atentas a los pedidos de acompañamiento y estamos acompañando casos. Para nosotras y para nosotres, tejiendo redes”.

Martina González/ Foto: Facundo Pardo

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