Se realizó inspección ocular en el Manso Inferior

Se concretó este miércoles una inspección ocular en la zona del Manso Inferior en marco del juicio que se lleva a cabo por la muerte de Omar Inostroza. Estuvieron en lugar los jueces, algunos testigos y los tres acusados, los hermanos Héctor Nicolás y Jorge Luis Orrego y Ricardo Gastón Montero.

Hoy volverán a la sala de audiencia donde se espera la declaración de más testigos, incorporación de material probatorio y posiblemente los alegatos.

Contundente relato 

En la audiencia del martes, el testimonio de Osvaldo Calfu, único testigo que no guardaba relación de parentesco con la víctima y que además dijo que tenía cierta relación con los acusados, fue por demás elocuente. Pero su testimonio fue perfectamente ratificado por otro grupo de jóvenes que aquel día estaba en el lugar junto al joven fallecido: Andrea, Leandro e Iván Díaz (todos hermanos entre sí) y José Luis Aranda (todos primos del fallecido). Además, declararon Juan Carlos Díaz y Adrián Altamirano, confirmando las versiones dadas por los otros testigos.

De acuerdo a las versiones brindadas durante la audiencia, tras festejar el año nuevo en familia, un numeroso grupo de jóvenes y adolescentes se dirigió hasta el camping La Isla, ubicado en el Paraje Manso Inferior, a unos 600 metros de la escuela 92, lugar en el que había una fiesta.

En un momento determinado se produjeron algunas discusiones y Adrián Altamirano fue blanco de una agresión por parte de otros asistentes al baile. Al ver a su amigo en el suelo y siendo golpeado, Omar Inostroza quiso intervenir y los forcejeos, golpes y empellones se multiplicaron, al tiempo que más personas se sumaban a la gresca.

De un lado los dueños del lugar y sus amigos y del otro Omar Inostroza junto a sus primos y amigos, todos adolescentes. Al verse superados y en problemas, el grupo que acompañaba el chico fallecido decidió escapar del lugar al trote.

Así fue como se fueron desbandando y tomando diversas direcciones y sin tener conocimiento previo del lugar, el joven Inostroza tomó un sendero que lo llevó directo a un barranco y más allá las frías y correntosas aguas del río Manso. Asustado y viéndose en peligro, Inostroza se vio acorralado y aún sin saber nadar y temiéndole al agua, decidió arrojarse al río.