25/12/2017

El Hogar Emaús sigue creciendo con un balance anual muy satisfactorio

El Hogar Emaús fue creado hace 9 años para albergar a aquellos hombres que no contaban con un lugar para alimentarse y pasar la noche, desde esa idea inicial muchas cosas han surgido en todo este tiempo, mejorando notablemente la calidad de vida de los muchachos. 

El Hogar Emaús sigue creciendo con un balance anual muy satisfactorio

Por Susana Alegría
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El hogar ha creado un Consejo, el cual se reúne de manera mensual y dentro de muy poco tiempo estarán finalizados los trámites para tener una Personería Jurídica y convertirse así en una fundación, lo que les dará más libertad de movimiento.

Una manera muy práctica que han encontrado para relacionarse con los beneficiarios del hogar, ha sido por medio de los diversos talleres que dictan semanalmente, esto, sumado a las comisiones, dio y sigue dando resultados muy satisfactorios.

Algunos de los talleres les han interesado tanto que eligen quedarse en el edificio por más tiempo, significando menos horas deambulando por las calles.

En otros aprenden oficios los cuales les genera una salida laboral, vendiendo lo que elaboran o artesanías que luego pueden comercializar. Algunos de los ejemplos son la venta de pan rallado, el que se puede adquirir en el hogar, o alfombras artesanales muy originales y talabartería.

El taller de percusión les llena el alma de alegría, porque la música transforma a las personas y en este caso, simplemente compartiendo un rato con ellos en ese horario, se nota la afinidad que logra el grupo por medio de los tambores.

Los martes por la mañana tienen pintura con Fernanda, algunos parten de un lienzo en blanco y otros, continúan lo ya empezado en clases anteriores, despertando la creatividad con el análisis previo de revistas y libros de grandes pintores. Los jueves por la tarde es más relajado, Ángeles los acompaña para que cada uno elija un dibujo y lo pinte, mates de por medio.

Otro de los talleres que pusieron en funcionamiento es el de danzas tradicionales y ya se los ha podido apreciar en presentaciones en fiestas y encuentros de diferentes barrios.

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Salida laboral

Tres de los muchachos está cobrando un subsidio, dos financiados por el Municipio y otro por Emaús, por las tareas que realizan en la cocina del hospital zonal, en la parroquia San Francisco de Asís y para la tecnicatura en Vivero de la Universidad Nacional de Río Negro, respectivamente.

Cuidado de la salud

Un factor importante ha sido un financiamiento que consiguieron de parte de la Comisión Organizadora de las Mil Millas, una cifra que han destinado a odontología, realizando atenciones indispensables, y a oftalmología, por lo que ahora cada uno de los muchachos cuenta con los lentes que necesita. Se renovó nuevamente el subsidio otorgado, aumentando un poco el importe, por lo que continuarán en ese camino de mejorar la salud.

El alcohol

Dentro del Hogar Emaús está totalmente prohibido el consumo de bebidas alcohólicas, pero cuando salen a la calle, es una decisión personal el consumir o no. Aquellos que piden la ayuda necesaria para comenzar un tratamiento de la enfermedad, la logran por medio del acompañamiento de todos, con terapias individuales de profesionales, grupos de autoayuda y el apoyo los que trabajan allí.

Asimismo una enfermera los visita tres veces por semana, y un médico mensualmente, de ser necesaria una derivación la hacen a un centro de salud o les sacan los turnos correspondientes en el hospital zonal.

Acercamiento familiar

Una de la principales situaciones que vive la mayoría de los muchachos, es la soledad, algunos tienen a sus familias en la ciudad pero no están en contacto con ellas y otros, directamente no saben dónde buscarla.

Han creado una comisión que se dedica exclusivamente a este tema, y ya han tenido la satisfacción de haber logrado reencuentros, como el caso de una familia que lo creía fallecido, por lo cual ahora ese nexo se restableció para gran alegría de todos.

Insertados en la sociedad

Los muchachos participan de manera activa de la vida social de nuestra ciudad, se los puede ver en cada desfile, fiesta patria, encuentros culturales, incluso, participando de la peregrinación a la Virgen de las Nieves. Siempre son muy aplaudidos por todos, que es una forma de demostrarles el cariño que despiertan, ya son parte del Carnaval, del Aniversario de Bariloche, de las muestras anuales de la Escuela Municipal de Arte La Llave, entre otros.

A nivel educativo también han llegado las satisfacciones porque algunos de ellos ha decido retomar sus estudios primarios en instituciones de horario nocturno, sumándose a la iniciativa operadores y voluntarios.

Solos no pueden

La capacidad de gestión de todo el equipo que compone la gran familia de Emaús, ha sabido ir articulando con instituciones puntuales para llevar adelante cada uno de los proyectos que se proponen, algunos son la presentación del proyecto en la SEDRONAR, la coordinación del trabajo del pasante de la Carrera de Antropología de la UNRN, y la inclusión a los usuarios del hogar en el subsidio de capacitación y empleo.

Han logrado algunos subsidios para alimentos por medio de Caritas. En lo que respecta a la salud, articulan con el hospital zonal y con el Centro de Las Quintas.

Con el programa Usinas Culturales Río Negro, se continúa la articulación por los talleristas que desarrollan sus acciones en el hogar. 

Están recopilando material, historias y anécdotas para ver si al cumplir diez años, lo festejan con el nacimiento de un libro del hogar.

Viajar el alma

Hace muy pocos días gracias al apoyo de Provincia con el aporte de hospedaje y de un micro que puso a disposición de los muchachos, pudieron contar con unas pequeñas vacaciones en el Balneario El Cóndor, donde fueron muy bien recibidos.

Allí realizaron paseos y recorridos por Viedma, pusieron la patita en otra provincia al cruzar el puente de Carmen de Patagones y varios de ellos, pudieron conocer el mar y darse un buen chapuzón.

Jorge Linquiman es uno de los grandes referentes del hogar, junto al padre Pepe; tiene a su familia en Viedma y aprovechó la ocasión para visitarlos con todos sus muchachos, compartiendo un rico almuerzo.

No fueron todos porque se les explicó que sería compartir cinco días de manera grupal, y algunos decidieron quedarse en el hogar, porque no se sentían preparados para estar tantos días alejados de la bebida. Para otros fue un gran desafío que superaron gracias al compañerismo.

Son muchos los desafíos que se han impuesto para este próximo año, los que seguramente irán cumpliendo dada la energía que cada uno pone en esta tarea.

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