Alumnos de Angastaco en viaje de estudios visitan Bariloche

Por Juan Carlos Montiel
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Entre Angastaco y Bariloche hay una distancia de 2.316 kms, pero tanto educandos como educadores se mostraron felices de llegar a esta ciudad; contaron que son parte de la Comunidad de Pueblos Originarios Diaguita-Calchaquí, y que el grupo por primera vez visita la Patagonia. La primera excursión fue al cerro Otto.

Un viaje distinto “a lo que conocemos”, dijo la directora y agregó que “este viaje se logró gracias al esfuerzo de los padres, directivos, docentes y la colaboración de vecinos de nuestro pueblo y de Bariloche”.

Silvia Ontiveros ubicó su pueblo ante el cronista de El Cordillerano. El lugar se encuentra enmarcado en los Valles Calchaquíes, a 275 kilómetros de Salta capital. Tiene una extensión de 2.532 kilómetros cuadrados y una población de alrededor de 3.000 personas, que viven a una altura de 1990 m.s.n.m.

También la directora informó que el clima de Angastaco es seco y árido, la economía de la zona se basa en la producción de vid, vino, cereales, frutas, especias como pimentón, anís y comino, y al aporte de trabajos que ofrece el sector estatal. La fiesta patronal del pueblo es el 8 de diciembre, donde se venera a la Virgen del Valle.

La belleza natural que los visitantes, a poco de llegar, admiraron de San Carlos de Bariloche, no le va en zaga a los Valles Calchaquíes, donde se pueden apreciar magníficas postales con formas caprichosas de las montañas, con colores y un cielo absolutamente admirable. Todo producto de una geografía serrana, en donde llama la atención el contraste entre el verde intenso de los cultivos y el suelo arenoso de los valles.

Silvia, también en conversación con el programa El Expreso Periodístico que conduce Antonio Zidar, por Rivadavia-Bariloche El Cordillerano radio (93.7), resaltó “Los Colorados” como un lugar de ensueño situado a pocos kilómetros de Angastaco, “es algo que realmente vale la pena conocer, aunque es casi imposible describir en detalle la topografía del lugar, ya que es un enorme anfiteatro natural rodeado de montañas multicolores en las que predomina un rojo intenso”. (Con datos de portaldesalta.gov.ar)

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El grupo

Los estudiantes que viajaron son: Liseth Sandra Soledad Aguirre, Edith Jaquelina Cardozo, Daniela de los Ángeles Cruz, Brenda Elizabeth Romero Villa, John Alberto Aguirre, Enrique Ismael Cutipa, Leandro Facundo Chaile Cardozo, Iván Facundo Rivadeneira. Además, viajaron como acompañantes: Silvia Liliana Ontiveros (directora), Daniel Sebastián Torres (profesor), Jorge Elías Rejas (profesor), Irma Ester Ríos (madre acompañante), Washington Rivadeneira (padre acompañante), Eduardo Robador (profesor).

“Lo pasamos de diez”

El contingente salteño visitó ayer las instalaciones del cerro Otto, subieron a la montaña, disfrutaron de hermosas vistas y “nos divertimos muchísimo, este lugar es magnífico”, indicó el alumno John Alberto Aguirre (17) quien explicó que “ya termina el secundario y va el próximo mes a rendir examen con la idea de ingresar a la Armada para hacer la carrera de sub-oficial”. Sobre Bariloche destacó “la belleza natural” del entorno y “todos nos recibieron muy bien, en este primer día lo pasamos de diez, con muchas sonrisas y a pura diversión”. Agregó que “además del paisaje también el centro es muy lindo”. La familia de John se compone de padre, madre y 4 hermanos.

Por su parte, Sebastián Torres, uno de quienes acompañan al grupo (14 en total), indicó que “cuando nos despertamos, desde las cabañas, nos sorprendimos con un espectáculo natural incomparable”. Los visitantes en horas de la mañana recién tuvieron la oportunidad de admirar paisajes, ya que llegaron en la madrugada de la víspera.

Torres también coincidió en el “buen trato que nos ofrecieron los barilochenses, y esto -dijo- es muy distinto a los paisajes que tenemos nosotros, donde todo es muy árido y acá existen bosques, coníferas, todo para ver…”.

Por último reseñó que “estamos muy cansados, aprovechamos estos momentos (era la hora 20) para recargar pilas ya que mañana (por hoy) tenemos otra larga jornada y vamos a visitar las instalaciones del Instituto Balseiro”.

Sobre tierras de pueblos originarios

Ester Ríos acompaña a los salteños en calidad de referente de la Comunidad Diaguita Calchaquí. Contó que su pueblo “tiene similares inconvenientes que los que tienen los indígenas de la Patagonia”, con respecto a las tierras.

“El Estado Nacional debe regular las tierras que pertenecen a nuestro pueblo, se debe encontrar una solución para que los invasores no se adueñen de territorio que es indígena” por tradición ancestral, resumió.   

Desde mediados del siglo XVIII las parcialidades indígenas asentadas en la localidad de Angastaco dependían de la Misión Franciscana del Rosario de Calchaquí, ubicada en el paraje de San Isidro, cercana a Cafayate.

El pueblo "de la aguada del alto", según su traducción en lengua kakana, rememora las crónicas de las resistencias de los indígenas, especialmente de Juan Calchaquí, y luego del falso inca "Pedro Bohorquez", cuyo lugar de residencia fuera el actual yacimiento arqueológico de Pucará de Angastaco.

Cuenta el pasado sobre la trágica historia del Fuerte de Tacuil, muy similar a la de Masada, donde luego de resistir hasta las últimas consecuencias, sus pobladores indígenas, antes de someterse a servir al invasor, se arrojaban al vacío de aquellas montañas, ante la mirada impávida del español.

Las iglesias

La directora Silvia mencionó en el reportaje radial que en Angastaco existen un par de iglesias. El templo más antiguo data de 1945, fue construido por el vecindario del lugar con materiales de la zona: adobes, techo de caña y piso de ladrillo, en el predio de la familia Cruz. Está emplazado en el "Viejo Pueblo" de casa de adobe, con calles que no son ya de piedra sino polvo y que se fue quedando atrás, como parte de la historia de Angastaco.

También existe un recinto religioso más nuevo, que con un estilo arquitectónico colonial fue construido por la Municipalidad de Angastaco entre los años 1976-1979. El artífice de esta construcción fue el arquitecto Guillermo Lee, bajo cuya dirección se levantó la obra que fuera inaugurada el 8 de diciembre de 1979 por monseñor Diego Gutiérrez Pedraza, obispo de la Prelatura de Cafayate.