Cecilia Lagar anunció estreno de nueva película

Por Adrián Moyano
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El próximo lunes Cecilia Lagar estrenará “Me enamoré de un fantasma”, película a la que califica de comedia futurista. La cita se pactó en Villa Huinid pero para la primera función ya no quedan más entradas. Ante ese éxito inicial, la directora organizó una segunda proyección que se desarrollará a partir de las 22. El espacio es reducido, de modo que se recomienda moverse con antelación.

“Yo digo que la película es futurista”, le dijo la directora a El Cordillerano. “La idea fue hacer una comedia y es interesante, porque la propuesta de colores de los personajes invita a algo irreal. Ya se sabe que se va a ver algo de ficción, no hay naturalismo planteado… Si se quiere, se podría decir que es una comedia porque hay partes que me causan mucha gracia pero por ahí es mi mirada y además, es mi película (risas). Siento que es muy divertida aunque hay mensajes lineales, como la falta de agua y también la falta de hombres”, adelantó, un tanto enigmática.

Antes de establecerse en esta ciudad, Lagar supo del BAFICI y otros avatares de la industria cinematográfica en Buenos Aires. Pero su nueva producción tiene bastante de barilochense. “Convoqué a los actores, el primero que se sumó y fue como una génesis del proyecto, fue Fabián Díaz, un gran compañero y amigo. Le dio mucho entusiasmo al grupo… Partí de transmitir confianza en mi propuesta y finalmente, se sumó Silvio Gressani, que hace algo extraordinario”.

En relación al teatrero, Lagar confió que “es un actor que tiene mucha experiencia y está muy acostumbrado a investigar con el tipo de teatro que hace”. Frente a la cámara, los protagonistas tuvieron que tener en cuenta que “la película tiene una propuesta estética diferente, uno entra a un mundo de ficción… Yo planteaba situaciones, ellos iban improvisando y eso fue muy interesante, no había un guión o estructura establecida. Partimos de una anécdota muy tonta pero eso nos llevó a varias líneas y bifurcaciones de personajes”, explicó.

Junto a Díaz y Gressani “participan varios actores, muchos son de Buenos Aires. Vinieron especialmente porque me conocen de trabajos anteriores, y bueno, confiaron en mi delirio para dirigirlos. Cuando no hay dinero de por medio, como en este caso, el actor tiene que confiar y así está protegido. Si no confía, se tiene que ir... Simplemente les dije: quiero filmar, quiero hacer humor y todos los que se sumaron confiaron. Vino Ramiro Vayo, un actor con mucha experiencia que acaba de trabajar con Federico Luppi y de acá, también participó el músico Andrés Pentreath, que tuvo una participación extraordinaria. Es brillante lo que hizo”, definió Lagar.

Entrenamiento

En la filmografía de la realizadora hay que contabilizar “Segunda Luna de Miel” y “Si se pudiera saber”, pero el más reciente “es un cortometraje. Lo hicimos acá en una secuencia de tiempo muy corta. Fue como un entrenamiento, se llamó Crème brûlée… En ese trabajo, creo que empecé a dar pinceladas de un tono grotesco y absurdo. En este, me di la licencia de quebrar la mirada. Creo que hay un quiebre estético”, explicó la cineasta.

Si bien en su momento Lagar estuvo a la espera de recursos por parte del INCAA, “todas mis producciones fueron a pulmón, jamás recibí subsidio alguno. Me encantaría que eso sucediera, pero siento que soy muy buena en producción. Eso estudié en ORT hace muchos años. Y tengo eso, sé producir trabajos… Entonces, tengo una pasión por el cine, estaba esperando un subsidio del INCAA, en ese momento el fomento de Ópera Prima tardó dos años en decidirse y en el medio, tenía ganas de filmar, hice un corto y ese entró al BAFICI. Pero nunca tuvo presupuesto.

Yo creo que hay magia, porque este trabajo que estoy por presentar lo empecé a filmar hace menos de un año y ya está terminado. Ahorré, ahorré y ahorré… No me compré zapatos (risas) pero el trabajo está terminado y estoy feliz, porque hay gente que recibe mucha plata del INCAA y no puede terminar. Yo me siento bendecida”, se ufanó Lagar.

Cuando “Me enamoré de un fantasma” empiece a circular, “me encantaría hacer reír a mucha gente, porque reír es lo mejor que le puede pasar al humano. Uno está en el aquí y ahora y por un instante, todo se detiene y entra en una energía que es única: la risa. Me encantaría que la vea mucha, mucha gente. Lo que el universo quiera para la película”, deseó la directora. Sin embargo, advirtió que si bien “el público necesita humor, no se le da mucha cabida. Necesito un aliado que me acompañe en todo lo que sea producción porque no tengo mucha idea de eso, un productor que quiera sumarse a este proyecto que ya está terminado”. Se refería la directora al circuito de festivales y demás posibilidades de proyección.

Sello barilochense

Para Cecilia Lagar es motivo de orgullo que su nueva realización se hiciera “totalmente en Bariloche. Eso se nota, todo transcurre en el taller del artista Federico Marchesi. Fue muy hermoso y Federico fue muy generoso al prestarnos el lugar. Al filmar acá encontré que la gente está más predispuesta a ayudar, tal vez en Buenos Aires al haber tantas producciones es diferente y la vida también es diferente”, comparó.

Al momento de concretar el proyecto “encontré mucha solidaridad cuando fuimos a pedir ayuda en todo lo que fuera producción. Siento que a la gente le interesa, que el cine une… Está buenísimo y siento que la película puede servir como ejemplo para los realizadores que están estudiando en El Bolsón: se puede… Simplemente, hay que tener ganas de filmar y de dar con esa maquinaria que el cine necesita para que se pueda realizar”, proclamó la realizadora. Tiene resultados para mostrar.