15/03/2017

Valerio está enfermo y no cuenta con ningún ingreso para subsistir

- NECESITA DE LA AYUDA DE TODOS -  Javier Valerio es un abuelo de 67 años que vive en el barrio Arrayanes desde hace más de 40 años. Su oficio es el de zapatero pero ya nadie le lleva calzado para arreglar. Tuvo un ACV en las fiestas de fin de año y además es diabético. No cuenta todavía con una pensión por lo que no tiene ningún ingreso económico y por eso hace un llamado a la solidaridad de los barilochenses.

Valerio está enfermo y no cuenta con ningún ingreso para subsistir
Cuenta con algunas máquinas para el oficio de zapatero.
Cuenta con algunas máquinas para el oficio de zapatero.


Por Susana Alegría
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“Me están sacando muchas vueltas para hacerme una pensión, siempre me piden más papeles y yo no entiendo nada de eso”, comentó a El Cordillerano, mientras compartía unos mates. 

“Era el único zapatero del barrio pero ahora es muy raro que me traigan calzado para arreglar entonces no tengo con qué comprar todo lo que se necesita para vivir”, dijo.

Trabajó en negro, por eso no cuenta con recibos que puedan facilitarle esa pensión, “siempre los papeles fueron un problema para mí, fíjese que hace unos días recién pude tener mi DNI”.Su familia

Javier tiene ocho hijos y algunos nietos, pero la situación económica de ellos les impide ayudarlo demasiado, sólo le acercan algo de alimento y dinero para recargar las garrafas.

Cuando se le preguntó de qué vive, contestó “un poco de mis chicos y todo lo demás de los vecinos”, comenzando a llorar muy afligido.

Luego del ACV que tuvo hace unos meses permaneció más de una semana en terapia intensiva “estaba sentado y no me acuerdo más, sólo me quedó como secuela un dolor de cabeza muy fuerte que no se va”, explicó.

Por ser hipertenso y diabético debe comer determinados alimentos pero al no contar con dinero, come lo que le dan, “me dijeron que consuma verduras frescas, nada de sal ni frituras pero no puedo elegir, como lo que consigo nada más”, agregó Javier. Los medicamentos agradece por recibirlos en el Centro de Salud del Arrayanes.

El ánimo tira para atrás

Durante la charla se mantuvo amigable y tranquilo, pero al momento de contar sobre su rutina diaria y estado de ánimo, se desmoronó emocionalmente. “No puedo creer estar viviendo así, siempre tuve mi trabajo y fui yo quien ayudaba a los demás, ahora ya no sé qué hacer con mi vida”, resaltó.

Sus días pasan uno tras otro, mirando el pequeño televisor blanco y negro, tomando mate cuando tiene yerba y viendo jugar a sus dos gatitos entre la leña que tiene para alimentar la salamandra.

Para ser concretos, Javier necesita de todo, pero lo más urgente es una pequeña heladera donde guardar los medicamentos. Ya no le queda casi nada de leña por lo que está utilizando algunos cajones de madera que le acercaron. “Cuando me dan dinero recargo las garrafas, vienen a 97 pesos pero no los tengo”, declaró.

Máximo Calfuquir, presidente de la junta vecinal está gestionando para conseguirle por lo menos, una caja con verduras por semana, pero hasta el momento nadie le ha dado el visto bueno. 

“Desde el CAAT vinieron una sola vez pero según ellos, no necesito nada, busqué a la asistente social en la salita del barrio pero siempre está ocupada y no me puede recibir”, comentó.

Sólo tiene un servicio eléctrico muy precario y una sola canilla afuera de la piecita en la que reside, de donde extrae el agua. Al fondo del terreno está la letrina que es compartida por varias familias que viven en el predio.

El terreno cuenta con un desnivel importante por lo que, apenas comienza a llover, el agua baja entrando a su vivienda, “me arruina las pocas cosas que tengo”. “Durante todo el año la paso mal y en el invierno la paso peor”, dijo tristemente.

Por cualquier clase de ayuda pueden llamar al presidente del barrio al 154380179 quien los acompañará a la casa de Javier o recibirá las donaciones.

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