El viernes, coincidiendo con el aniversario de Bariloche, el centro de Salud del barrio El Frutillar cumplió 39 años de vida en el alto de la ciudad.

En sus inicios contaban solo con dos espacios físicos pero con enorme esfuerzo y ladrillo a ladrillo, contando con el apoyo incondicional de vecinos y algunas empresas, han logrado llegar a tener un centro de salud acorde a las necesidades. Falta mucho por hacer pero el camino que recorren no es nada simple.

La Salita, tal como la llama la gente, depende del Hospital Zonal Bariloche por lo que corresponde desde allí, brindar asistencia médica al territorio destomado. Sin embargo, llega gente de otros sectores de la ciudad, sabiendo que será bien atendida.

No se trata solo de prestación médica inmediata, allí hacen un abordaje mucho más amplio con campañas de prevención y concientización y generando espacios para construir juntos una comunidad sana.

Para lograrlo articulan de manera permanente con instituciones barriales, escuelas, junta vecinal y de la mano de asistentes sociales.

Mantienen reuniones permanentes con gente del CAT (Centro de Articulación Territorial) y de Desarrollo Social de Provincia, para definir situaciones globales, por ejemplo mejorar las luminarias, o situaciones puntuales como conflictos familiares con los que hay que trabajar de distintas áreas pero unificados en estrategias.

También cuentan con agentes sanitarios que están en los detalles de cada paciente, olvido en la aplicación de inyecciones o retirar determinado medicamento, un seguimiento a cada situación de riesgo social o sanitario que tienen registrada, hasta que logren el autocontrol o toma de conciencia.

Estos 39 años son motivo de festejo además por el enfoque social que desarrollan. Siempre hay un antes y un después en la vida de los profesionales que pasan un tiempo en la Salita. Siempre con la integración como eje son un claro ejemplo de todo lo que está bien encaminado.