11/12/2018

El principio de neutralidad permite rescatar valores internacionales en desuso

Ante la tensión política internacional y la permanente escalada de las crisis, urge resaltar valores y principios que en las últimas dos décadas cayeron en lamentable desuso, entre ellos, la soberanía y la igualdad de derechos entre los Estados. También es necesario resaltar los conceptos de integridad territorial, libre determinación y la no intervención en los asuntos internos de cualquier Estado.

Cuando más adversa se torna la coyuntura, más necesario es promover y alentar la solución de los conflictos internacionales por medios pacíficos, de manera que no se pongan en peligro la paz y la seguridad. En este marco, las políticas de neutralidad contribuyen a fortalecerlas, tanto en las regiones directamente afectadas como a escala mundial. La vocación por la neutralidad desempeña un papel importante en la consecución de relaciones pacíficas y amistosas, que sean mutuamente beneficiosas entre los países.

Además de erigirse en un factor clave para crear condiciones de negociaciones pacíficas, la política de neutralidad permanente se relaciona de manera estrecha con instrumentos de la diplomacia preventiva y la mediación, los buenos oficios, las misiones de constatación de los hechos, la negociación, el uso de enviados especiales, las consultas oficiosas, la consolidación de la paz y las actividades específicas de desarrollo.

En el mismo sentido, la neutralidad juega un papel clave en el fortalecimiento de la coordinación de la asistencia humanitaria en situaciones de emergencia. Los países que se declaran neutrales desempeñan un papel importante en la provisión y entrega de ayuda humanitaria en situaciones de conflicto o de desastres naturales. A raíz de todos los conceptos precedentes, la diplomacia preventiva se conforma como una función básica de las Naciones Unidas y ocupa un lugar primordial entre las funciones de su secretario general.

Se conmemora hoy precisamente, el Día de la Neutralidad, una de las efemérides más novedosas en el calendario de la ONU, ya que se instituyó el año pasado. La Asamblea General hizo suya la propuesta de Turkmenistán, que precisamente, en 1995 logró el reconocimiento como Estado permanentemente neutral. Se define a la neutralidad como la situación jurídica que deriva de la abstención de un Estado a participar de una guerra entre Estados.

La actitud implica el mantenimiento de una actitud de imparcialidad hacia los beligerantes y el reconocimiento por parte de los contendientes, de esa abstención e imparcialidad. Hay que recordar que el artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas obliga a los Estados miembros a resolver sus controversias internacionales por medios pacíficos y también, a que se abstengan de amenazar o utilizar la fuerza en sus relaciones.

Como puede advertirse, hace rato que en Washington no releen el documento fundacional de la ONU… La resolución por la cual se instituyó el Día de la Neutralidad, subraya que las políticas nacionales de neutralidad de algunos Estados pueden contribuir al fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales. También desempeñan un papel importante en el desarrollo de relaciones mutuamente beneficiosas entre los países del mundo.

No es el curso que toman los acontecimientos en los últimos tiempos. Horas atrás, dos bombarderos estratégicos rusos arribaron a Venezuela y generaron lógica irritación en Estados Unidos. Desde su condición de potencia imperialista, Washington nunca respetó el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados, pero la respuesta de Moscú no hará más que enturbiar todavía más el panorama en el norte de Sudamérica.

Las provocaciones entre las dos grandes potencias se dan de bruces contra la actitud de la Secretaría General de la ONU, que se esfuerza para centrar su labor en la prevención y en la diplomacia para la paz, en desmedro de la “cultura de la reacción”. Se entiende por diplomacia preventiva a las medidas que se adoptan para evitar la escalada en las disputas que pueden convertirse en conflictos y una vez desatados, limitar su propagación.

La diplomacia preventiva se realiza de maneras diferentes y en distintos foros, tanto públicos como privados, pero su expresión más común es el trabajo de los enviados diplomáticos que se despliega en las zonas de crisis, cuyo objetivo es fomentar el diálogo, la avenencia y la resolución pacífica de las tensiones. También puede incluir los esfuerzos del Consejo de Seguridad o del propio secretario general para disuadir el uso de la violencia en los momentos críticos.

Si se tiene en cuenta a sus integrantes, es un contrasentido que sea el Consejo de Seguridad el ámbito sobre el cual recae la responsabilidad principal de mantener la paz y la seguridad. El órgano desempeña también un papel esencial en el apoyo a las medidas preventivas y con sus acciones, puede enviar señales importantes que disuadan la violencia y abran el camino para las medidas preventivas. Que haga su tarea, entonces.

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