HOMICIDIOS DE CARDENAS Y CARRASCO

| 16/10/2018

Miguel Saiz: “Transmití un mensaje muy cortito: no quiero una muerte más”

Miguel Saiz: “Transmití un mensaje muy cortito: no quiero una muerte más”

La continuidad del juicio que se sigue contra jefes y empleados policiales por las muertes de Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco, tuvo su primera pata política con la presencia entre los testigos del exgobernador Miguel Saiz y quien fue su ministro de Gobierno, Diego Larreguy.

Además, declararon varios miembros de la Unidad Criminalística de Alta Complejidad de la Policía Federal Argentina. Un nuevo cuarto intermedio hasta la mañana de hoy, con más testimonios.

Horas después de ocurridos los fatídicos hechos del 17 de junio de 2010, el gobernador Miguel Saiz convocó a la plana mayor de la Policía rionegrina a la jefatura, que se ubica en la parte trasera de la Casa de Gobierno en la capital provincial. "Me dieron las explicaciones sobre las noticias que había y les transmití un mensaje muy cortito: no quiero una muerte más”, expresó el exmandatario ante los jueces Marcelo Barrutia, Emilio Riat y Juan Lagomarsino, y agregó “los jefes compartían el criterio de sostener la paz social”.

En su relato explicó que estuvo informado de lo que ocurría por los medios de comunicación y a través del Ministerio de Gobierno. “Yo recibí al padre de Bonnefoi y le dije que la provincia iba a hacer todo lo posible para que se esclarezca el hecho, como sucedió, sin injerencia política alguna”.

Luego explicó que “La información que me llegó a mi es que podía haber existido alguna tumbera entre los manifestantes. Nadie tenía conocimiento que entre la policía se hubiera usado postas de plomo” y además explicó que recibió la noticia telefónica de lo ocurrido con Diego Bonnefoi y la primera versión que recibió fue la de un enfrentamiento con la policía. Luego le informaron de un tumulto importante frente a la comisaría 28.

Saiz fue consultado por la confianza del máximo mandatario provincial sobre la fuerza y respondió “En un cuerpo de cinco mil hombres hay más confiables y menos confiables. La institución tiene respeto y apego por los derechos humanos”. “Fue una situación difícil, porque se quería prender fuego la comisaría” señaló y reveló que recibió información de algunos uniformados heridos, pero ninguno de gravedad.

 

Tras brindar su testimonio en la sala, el exgobernador atendió algunas preguntas de la prensa en el exterior del edificio, pero tuvo que irse apurado y escoltado por la Policía ya que familiares de las víctimas lo insultaron. “Es la obligación que uno tiene de aportar los conocimientos que tenía sobre el hecho que está siendo objeto de investigación, más allá que para venir tengo que hacer más de 1.100 kilómetros. Dando mi visión, mi aporte y las respuestas a las preguntas que me hicieron”, decía Saíz.

Tras algunas preguntas contestadas, el exgobernador fue apuntado por los familiares de las víctimas que se encontraban en el exterior de la sala, quienes lo acusaron de ser el “jefe y la cabeza de la Policía en Bariloche”, lo llamaron “asesino” y le espetaron “tenés las manos manchadas con sangre”, por lo que tuvo que irse apurado y escoltado por la Policía.

 

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