SE PREVÉ EL RODAJE PARA 2019

| 11/07/2018

Juan Palomino quiere actuar en la película de El Brote

Juan Palomino quiere actuar en la película de El Brote
Juan Palomino, uno más de El Brote.
Juan Palomino, uno más de El Brote.

El consagrado actor conoció al elenco barilochense días atrás. Participó de ensayos y quedó maravillado con el trabajo que lidera Gabriela Otero, con quien había compartido el rodaje de “Guerreros y cautivas” 30 años atrás.

Sabíamos que entre otros proyectos y realidades, El Brote trabaja en un documental cuyo rodaje prevé comenzar el año que viene, bajo la dirección del gran Néstor Ruggeri. El film llevará como título “No está muerto quien pelea”, el mismo de la obra que más persistentemente sostiene sobre los escenarios. Sabíamos que en 2018 el grupo cumple 21 años de existencia y que su futura película logró algunos apoyos institucionales, aunque todavía resta financiamiento. Estábamos al tanto de estos y otros detalles, pero no sabíamos que Juan Palomino acaba de involucrarse en la iniciativa. Y que en cierto sentido, los orígenes de El Brote tienen una relación al menos indirecta con su trayectoria.

El actor trabajó recientemente con el elenco barilochense, aunque ya retornó a Buenos Aires. Desde allí, compartió con El Cordillerano el porqué de su participación en “No está muerto quien pelea”, la película. “Hay que remontarse 30 años atrás, cuando Guerreros y cautivas (1989) nos permitió conocernos con Gabriela Otero. Dentro del trabajo, ella como Clarita y yo como el cabo Cardozo, establecimos un vínculo de compañeros, de colegas”.

En aquella lejana oportunidad, “ella me había hablado de su experiencia en Carmen de Patagones en un psiquiátrico y del trabajo con una machi. Ya estaba haciendo una experiencia con respecto al pueblo mapuche y a la teatralidad dentro de un hospital neuropsiquiátrico… Yo venía de una experiencia similar en Melchor Romero, donde formé un grupo de teatro en el 82-83. Guerreros y cautivas fue en el 88-89 y Gabriela ya tenía esa impronta, ese latido y pulsión. Tenía muy claro lo que quería como actriz, actriz social y como mujer que no solamente estaba proyectando una carrera, sino también una forma de vida”, subrayó Palomino.

El capítulo siguiente es más reciente. “30 años después nos volvimos a encontrar y conocí El Brote. Evidentemente, es la resultante del proyecto que había iniciado cuando ella tenía 18 o 20 años en Patagones y Viedma. La reencontré a través de otra mujer, otro personaje emblemático de la cultura mapuche: Aimé Painé. Fui a filmar la serie a Neuquén, después se produjo el estreno y conocí al vicegobernador (Pedro) Pesatti. Él conocía a Gabriela y de alguna manera, fue el responsable de que retomáramos el contacto, después de que le comentara que yo había trabajado en Guerreros y cautivas”.

Persistencias

Desde entonces, Palomino trabajó en más de 30 películas, si contamos solo su trayectoria cinematográfica. Sin embargo, hay intereses que permanecen durante toda la vida. “Empezamos a hablar y ella me contó lo que era El Brote, que en 2018 cumplen 21 años y que tenían en proyecto un documental. Eso me interesó y quise formar parte de esa historia, primero viendo de qué manera podía colaborar”, compartió el laureado actor. “No tenía dudas sobre lo que me iba a encontrar porque de algún modo, Gabriela sigue siendo aquella chica de 20 años que ahora concretó un sueño, cuenta con un espacio y trabaja con estos argentinos y argentinas en un lugar maravilloso como Bariloche, mostrando esa otra parte que no es tan maravillosa, esa otra postal que no se ve”.

A fin de cuentas, “surgió la invitación y no dudé. Cuando tuve un tiempo me fui para allá (Bariloche) y me encontré con lo que imaginaba: aquel sueño de profundo contenido, revelador y de profunda interpelación, dentro de cada obra que se ha ido construyendo… Para mí fue muy emocionante estar trabajando con los compañeros y compañeras de El Brote, con el equipo, haciendo algunos ejercicios, coordinando con Gaby... Tuve la oportunidad de participar de un ensayo y realmente, fue muy conmovedor”, compartió.

Para Palomino, se trató del paso inicial para un camino que quiere continuar. “Esa fue la experiencia en primera instancia”. Sobre sus anfitriones, confió que “fue revelador haber construido una épica que trasciende al teatro como hecho meramente de entretenimiento. Si bien está implícito el entretenimiento, también está la interpelación… Una obra de teatro y en este caso, lo que lleva adelante El Brote bajo la mirada y la conducción de Gabriela, es maravilloso. Muy pocas veces sucede el hecho mágico, el hecho épico de encontrar en un espejo reveladoras formas, reveladoras poéticas. Uno como colega, como ciudadano y espectador, se deja atravesar por esas emociones”.

A la hora del balance, “para mí la experiencia de estar dentro de El Brote fue en principio, un viaje al pasado: reafirmar ese pasado con este presente donde evidentemente, Gaby tenía más que claro lo que quería construir con el arte, el estudio, la investigación. No solamente del teatro, del hecho artístico y dramático que es el arte escénico… Sino también lo trascendente que es el arte escénico dentro del universo de la psiquiatría, de la externación, de muchas veces la marginalidad y fundamentalmente, en un contexto como Bariloche, donde esa otra parte está ahí, latiendo e integrándose a la sociedad”, dictaminó. Tamaño reconocimiento.

Contundente humildad

La participación de Juan Palomino en “No está loco quien pelea” se concretará de diversas maneras. “En principio, en colaborar desde la producción con el proyecto donde está Néstor (Ruggeri) y después, involucrarme también para ser parte de la historia. Pero eso lo van a determinar ellos, si puedo o no, también a partir de la propia historia de Gaby, de su sueño y del proyecto”.

Con llamativa humildad si se tienen en cuenta su trayectoria y galardones, aspiró a sumarse “como actor en un lugar donde la actuación y los proyectos que tienen que ver con la poética teatral puedan cobijarme. Digo esto porque también vengo de haber generado un espacio que prevaleció en el tiempo en el Hospital Alejandro Korn, en la localidad de Melchor Romero (provincia de Buenos Aires). Entonces, intuyo la incorporación al proyecto del documental como un actor más que participa de la experiencia de El Brote. Como observador y como colega, pero fundamentalmente, como otro actor que se incorpora a esa forma de la poética tan singular que tiene El Brote”. Conmovedora aspiración.

Te puede interesar
Ultimas noticias