11/04/2018

La Argentina, segunda en el campeonato de la nafta cara

Si se considera América Latina, la Argentina es el segundo país más caro a la hora de llenar el tanque de nafta. Pero a diferencia de Uruguay, vecino que lidera el incómodo ranking, este país es productor de petróleo y posee una dilatada tradición petrolera nacional que comenzó a tambalear en los 90, conoció vaivenes en la “década ganada” y retomó la senda de los intereses trasnacionales durante la gestión de Cambiemos.

En la madrugada de la víspera, YPF SA dispuso un nuevo aumento, que sumó a un 12 por ciento de incremento en sus combustibles durante los últimos cuatro meses. Dicho sea de paso, las interminables recomposiciones que avala el Ministerio de Energía de la Nación, se dan de bruces con el pretendido objetivo de poner en retirada a la inflación. Se sabe, desde fines del año pasado hay críticas en el gabinete nacional contra Juan José Aranguren porque teóricamente, “se corta solo”.

La idea es un tanto ingenua: suponer que el titular de esa cartera asume sus decisiones sin contar con el beneplácito del presidente y de la conducción económica, implica desconocer cómo funciona el ejercicio del poder en la Argentina. Y queda cada vez más claro que con la llegada del actual elenco al gobierno, el sector energético de origen trasnacional es uno de los más beneficiados.

Por otro lado, quedan en evidencia los límites que no quiso o pudo cruzar el kirchnerismo, cuando nos habló de recuperar la petrolera para el patrimonio “nacional y popular”. Precisamente, hasta la llegada de Carlos Menem al poder y como empresa del Estado, YPF sirvió de contrapeso a los precios que pretendían fijar las compañías que operaban en el país. No solo moderó las alzas, además capturó una porción importante de la renta petrolera.

Los memoriosos recordarán que buena parte de la infraestructura vial de la Argentina e inclusive, centrales hidroeléctricas que aún hoy prestan servicios, se construyeron al volcar los excedentes de aquella renta a la transformación de la infraestructura del país. Durante la gestión de Cristina Fernández no retornó la petrolera a la órbita del Estado, simplemente éste compró la mayoría de las acciones sin modificar su estatus jurídico de sociedad anónima.

La diferencia no es solo jurídica sino también de lógica. Al funcionar como cualquier otra petrolera del ámbito privado, YPF SA tiene que adecuarse a los vaivenes del mercado, en vez de incidir sobre sus cotizaciones. Tiene que responder a sus accionistas… Es verdad que el Estado retiene la mayoría, pero no la totalidad. Y se sabe, los vínculos estrechos que tiene Aranguren con las grandes corporaciones del petróleo no son secretos para nadie.

Con el nuevo incremento que practicó la empresa “de bandera”, la Argentina sigue como el segundo país más caro en materia de combustibles de América Latina, ya que el litro se ubicó en 1,44 dólares. Está por encima del promedio mundial, que permanece en 1,16 dólares. Entre los vecinos, Uruguay lidera la tabla con 1,78 dólares mientras que en la región, el lugar más barato para ir a cargar es Ecuador, con 0,38 centavos de dólar el litro.

Los datos corresponden al sitio especializado Global Petrol Price, cuya actualización más reciente data de comienzos del mes. Con el incremento, la Argentina consolidó su indeseable segundo puesto. El cálculo se hizo con el dólar a 20,51 pesos a partir de las versiones Premium de los surtidores. En la madrugada de la víspera, la YPF “macrista” encareció otro 3 por ciento sus productos, después de que Axion y Shell hicieran otro tanto.

Con la nueva “corrección”, las naftas de YPF se encarecieron 12 por ciento en lo que va de 2018 y 17 por ciento si amplía la mirada a cinco meses. Global Petrol Price remarca que el precio medio de la “gasolina” en el mundo es de u$s 1,16. Desde ya, “hay una diferencia sustancial en estos precios entre los diferentes países. Como regla general, los países más ricos tienen los precios más altos, mientras que los países más pobres y los países que producen y exportan petróleo tienen precios significativamente más bajos”, destacó el sitio.

La Argentina es una auténtica excepción: su producción de petróleo no es tan significativa como para que se considere un país petrolero pero es un país “con petróleo”, como se dice en la jerga. Sin embargo, hace podio en Sudamérica con Uruguay y Chile, que no cuentan con yacimientos. El portal especializado da una pista: “Las diferencias de precios entre países se deben a los diferentes impuestos y subsidios. Todos los países tienen acceso a los mismos precios del petróleo en los mercados internacionales, pero se imponen diferentes impuestos. Como resultado, los precios son diferentes”. ¿En todos se antepondrán los intereses de las trasnacionales a los de la gente?

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