29/03/2016

El Centro “Ojos de Cielo” festejó dos años de gran labor

Se cumplieron dos años de un sueño, un proyecto que crece, tropieza, se levanta, aprende, lucha y sigue entre risas, silencios, tristezas y humanidad.

El Centro “Ojos de Cielo” festejó dos años de gran labor
Cantando y batiendo palmas.
Cantando y batiendo palmas.

Por ello se cantó el feliz cumpleaños a la Asociación Civil Centro Ojos de Cielo, que intenta lograr el gran objetivo de tener el terreno propio, para seguir cumpliendo en la contención de niños, niñas y adolescentes en el barrio Villa Llanquihue.

El Centro Ojos de Cielo es un lugar de contención para chicos y chicas, que utiliza el deporte comunitario como herramienta para la inclusión social.

Está ubicado en el Oeste de nuestra ciudad, en el barrio Villa Llanquihue y hace dos años que debe alquilar un espacio, soñando siempre con tener una respuesta de las autoridades para contar con un terreno y el espacio propio.

Villa Llanquihue está ubicada a la altura del kilómetro 23 de la Avenida Bustillo, es un barrio con situaciones de vulnerabilidad social, pero al estar en un lugar turístico pasa desapercibido. La realidad muestra que existen muchos barrios en los que sus habitantes tienen los derechos vulnerados, en toda nuestra ciudad.

Nancy, referente del lugar, señaló que “las familias de esta zona necesitan de la contención social que brinda la Asociación Ojos de Cielo, donde sus hijos están abocados al deporte, al debate constructivo y formativo y al trabajo comunitario, como herramientas de abordaje de diferentes problemáticas sociales, como las diversas adicciones, violencia de género y falta de inclusión social”.

Luego explicó que “la Asociación Civil Centro Ojos de Cielo es un lugar sin fines de lucro, poniendo el amor al servicio, un lugar donde estos jóvenes y niños son contenidos, se les brinda la posibilidad de participar en distintos eventos deportivos, reciben talleres: coro, plástica y danzas urbanas (Usinas Culturales de la Provincia Río Negro) y otros talleres rotativos a cargo de la asociación, generando los aportes para sostenerlos”.

Asimismo, reciben apoyo escolar y se les brinda una merienda reforzada. Además este año los más chiquitos asisten todos los jueves por la mañana, cuentan con el desayuno, un taller de plástica y después almuerzan.

Poseen dos grupos de entrenamiento: el equipo “naranja”, que conforman los jóvenes y adolescentes, y “los naranjitas”, del que forman parte los más pequeños. Las familias realizan diferentes ferias y eventos para solventar gastos, explicó la referente del lugar.

Todos los grupos entrenan tres y hasta cuatro veces por semana por el bosque y los distintos senderos naturales de los alrededores. El trabajo se hace a pulmón y con la suma de voluntades, más la ayuda desinteresada de muchos comerciantes que colaboran para sostener la merienda y el mantenimiento del centro.

“La importancia de un pueblo, de una Nación, la importancia de una persona, siempre se basa en cómo sirve a la fragilidad de sus hermanos. La vida se vive sirviendo. Servir significa en gran parte cuidar la fragilidad, significa atender los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo; invita a amar, a no desentendernos del rostro del que está a nuestro lado”, argumentó Nancy.

Por esto -dijo Nancy-, “ruego al Señor que nos regale políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los más vulnerables. Es imperioso que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos”.

En el final agradecieron por hacer conocer el proyecto y por: “integrarnos al Proyecto Provincial; Red Solidaria; Peña de Independiente; a los Comerciantes; a nuestras familias y a todos los que diariamente ponemos ganas, tiempo y amor al milagro de dar. Por otro año más juntos, soñando con tener nuestro espacio propio”.

En medio del festejo, no faltó la reflexión y como símbolo y muestra del trabajo cotidiano, relataron una parte de la novela corta “El Principito”:

“Te amo" -dijo El Principito. "Yo también te quiero" -dijo la rosa. "No es lo mismo -respondió él-. Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar." "Ya entendí" -dijo la rosa. "No lo entiendas, vívelo" -agregó El Principito.
{galeria}cieli28032016{/galeria}

Te puede interesar
Ultimas noticias