Sacar el pollo de la nevera. Preparar el calabacín, rallando los que haga falta hasta obtener unos 900 g. Disponer sobre una muselina o paño fino limpio, o varias capas de papel de cocina, dentro de un colador grande y sobre un recipiente que recoja el agua. Espolvorear con sal, remover y dejar unos 20 minutos.
Precalentar el horno a 220ºC sin aire. Disponer el pollo sobre una tabla limpia grande y secar con papel de cocina. Si no lo tenemos preparado "en mariposa", podemos hacerlo nosotros. Disponer con la pechuga hacia abajo y cortar con unas buenas tijeras a ambos lados de la espina dorsal para retirarla. Dar la vuelta al pollo, poner encima una sartén o cazuela pesada y presionar para romper el esternón y aplanar el ave.
Colocar ya listo otra vez con las pechugas hacia abajo sobre la rejilla de la rustidera que vayamos a usar, o sobre la bandeja del horno. Cortar las puntas de las alitas y, con cuidado separar la piel de la carne sin romperla, pasando los dedos y el dorso de la mano por toda la superficie bajo la piel. Es más fácil con guantes adecuados desechables engrasados con aceite.
Escurrir bien el calabacín presionando para sacar el máximo de agua y llevar a una fuente. Mezclar con todos los demás ingredientes, salpimentando ligeramente, hasta formar una masa maleable. Rellenar con esta mezcla el pollo introduciéndola bajo la piel, generosamente, hasta darle una bonita forma hinchada, procurando no romper la piel.
Pintar con aceite de oliva, salpimentar y cubrir con una buena cantidad de hierbas provenzales. Hornear 20-25 minutos hasta que se dore bien, bajar la temperatura a 180 ºC y continuar el asado unos 50 minutos, o hasta que la temperatura interior de la parte más gruesa marque 70 ºC. Rociar de vez en cuando con los jugos de la bandeja y dejar reposar antes de trinchar.
Las guarniciones clásicas del pollo al horno son el clásico arroz blanco, un cremoso puré de patatas o la también popular opción de patatas fritas. Ahora bien, por la contundencia del plato, que gana en saciedad con el relleno, recomendamos optar mejor por una ensalada ligera y simple de hojas verdes o tomate fresco. El puré de manzana también le va de lujo.