ATROZ CRIMEN DE MIGUEL GARNICA  

| 06/06/2023

Autorizaron salidas transitorias de una de las condenadas y retaron a la jueza que las negó

Autorizaron salidas transitorias de una de las condenadas y retaron a la jueza que las negó

El Tribunal de Impugnación de la provincia se expidió nuevamente a favor de que Teresita Del Tránsito Aguilar Leuquen acceda al beneficio de las salidas transitorias, mientras cumple la pena de 12 años de prisión que le impusieron como partícipe necesaria. Ya lo había hecho pero la jueza de Ejecución Penal de la ciudad, Sandra Ragusa, volvió a rechazar la petición. Por ello, le impusieron un severo llamado de atención.

Hace aproximadamente dos años, Teresita Del Tránsito Aguilar Leuquen, había quedado en condiciones de comenzar a acceder a los beneficios que plantea el sistema progresivo de confianza que dispone el cumplimiento de condenas penales. Así, requirió comenzar con el régimen de salidas transitorias, que implica el permiso para transgredir los muros del establecimiento carcelario, con la obligación de regresar a una hora determinada.

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Sin embargo, la jueza de Ejecución Penal Sandra Ragusa, consideró que los informes reunidos en el legajo no resultaban suficientes y rechazó la petición defensiva. Entonces la defensa apeló la decisión y el caso se elevó ante el Tribunal de Impugnación de la provincia, que, tras revisar los antecedentes del caso, ordenó remitir nuevamente el expediente al Juzgado de Ejecución, para que la jueza revise su posición y conceda el beneficio.

De nuevo la decisión en poder de Ragusa, volvió a ser rechazada, por lo que la defensa nuevamente llevó el planteo ante el tribunal de segunda instancia provincial. Con duros términos, los jueces volvieron a mandar el trámite al Juzgado de Ragusa, le impusieron un severo llamado de atención y le advirtieron que, de no hacer caso, la denunciarán ante el Consejo de la Magistratura.

En consecuencia, Aguilar Leuquen comenzará a gozar prontamente de las primeras salidas del Penal 3 en el que cumple su condena, que fue dictada en el 2017 y que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en instancias de apelación. No obstante, la mujer había estado detenida tiempo antes de ser condenada.

Aguilar Leuquen, fue condenada en una causa en la que también resultaron condenados a prisión perpetua su hijo Aníbal Chávez Aguilar y Claudio Maximiliano Bascur, su otro hijo Paul Chávez Aguilar a 9 años de prisión, mientras que otro integrante de la familia, al momento del hecho menor de edad, fue declarado responsable por encubrimiento, y al alcanzar la mayoría de edad le impusieron una pena de 2 años y 6 meses de prisión en suspenso. Más adelante, Víctor Tecas Vera, que había logrado permanecer prófugo de la Justicia, fue capturado, enjuiciado y condenado a cinco años también por la ayuda que desplegó para encubrir el crimen.

El atroz crimen de Miguel Garnica comenzó a escribirse la tarde del 29 de enero de 2015, en una vivienda de la calle Michay al 600 del barrio Eva Perón. En ese lugar, que habitaban varios integrantes de la familia Chávez Aguilar, Miguel Garnica fue ultimado de manera artera y luego enterrado en una letrina que los autores del hecho cubrieron con una pluralidad de elementos.

Según reconstruyó la sentencia Chávez Aguilar, Bascur, Aguilar Leuquen y varios integrantes del grupo familiar o allegados, ultimaron a la víctima tras atribuirle una agresión armada anterior, en contra de Segundo Eduvino Aguilar Leuquen (hermano de Teresita y tío de Aníbal, Paul y otros jóvenes involucrados).

Maximiliano Bascur golpeó a Garnica con una pala desde atrás, posiblemente en la cabeza, y cuando la víctima estaba en el piso, tanto Bascur como Paul y Aníbal Chávez Aguilar, dispararon armas de fuego en contra de la víctima en tres oportunidades. Teresita Aguilar Leuquen, mientras esto ocurría, alentaba a los autores materiales y además recomendaba hacer desaparecer el cadáver.

Tras indicar el lugar apropiado para deshacerse del cadáver, Teresita asumió la función de “campana” pues permanentemente vigiló el tránsito de la calle para evitar ser descubiertos, mientras los otros actores del crimen ataron el cuerpo con un cable coaxial, lo envolvieron en las bolsas de nylon que había adquirido el menor en la despensa de la esquina y utilizaron también cinta de embalar.

Posteriormente, los imputados, con la colaboración de Víctor Tecas Vera -quien también estuvo presente y había llevado palas al domicilio sabiendo lo que iba a ocurrir-, destruyeron y quemaron la parte externa de la letrina, cavaron en la misma e introdujeron allí el cadáver de Garnica al cual cubrieron con cemento fresco, después agregaron basura y finalmente taparon el lugar con tierra.

Dado el nivel de prolijidad con el que actuaron, el cuerpo fue descubierto varias semanas después de la ocurrencia del hecho, luego de dos allanamientos negativos, cuando los investigadores decidieron muñirse de una retroexcavadora, para buscar el cadáver. Así lo encontraron en avanzado estado de descomposición y con el cemento amoldado al cuerpo.

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