Hijo del reconocido periodista y conductor radial, se trata de su primer álbum. 10 temas en los que conviven la raíz folklórica y la canción de autor, con acento en las tierras que pisamos. El sábado en Moma.

Dice Fernando Jalil que con la expresión “Bitácora del amanecido”, quiso representar “la idea de alguien que se amanece dando vueltas a un asunto, pensando en nuestro paso por esta tierra, nuestra condición y nuestra realidad. Si uno puede plasmar esos sentires y pensamientos en una bitácora, tal vez el viaje no sea en vano”. Como el concepto tiene su profundidad, así se llama el álbum que presentará el sábado (3 de junio) desde las 21 en Moma.

Desde ya, también es el nombre de uno de los 10 temas que componen la obra. Se trata de “un compendio de canciones creadas por mí y grabadas entre 2021 y 2023, en estudios GPM, a cargo de Gabriel Pirato Mazza”, puntualizó la información que el músico remitió a El Cordillerano. Si bien al principio la intención fue financiarlo desde la autogestión, en 2022 recibió una beca por parte del Instituto Nacional de la Música (INAMU).

Además de Jalil, participaron del registro “en la ejecución, interpretación y arreglos musicales” Gerardo Rodríguez (General Roca), Luis Linconir (Bariloche) y José Luis Gómez (Ingeniero Jacobacci), procedencias que aporten una distribución geográfica considerables. Además, Jalil convocó a varios invitados e invitadas de esta ciudad, tales como Anahí Mariluán, Pepa Díaz, Pablo Lara, Carlos Andrade, Fernando Emner y el propio Pirato Mazza.

Como no podía ser de otra manera, “el disco cuenta también con la intervención, en uno de sus temas, del locutor y periodista Leonardo Jalil Bayer”. Cuestión de familia. Completaría la ficha técnica consignar que el arte de tapa estuvo a cargo de la artista plástica Florencia Bernat. Si bien se presentará en vivo ahora nomás, está disponible en plataformas digitales hace un tiempo.

Fernando “invita a recorrer diversos momentos o paisajes sonoros, enmarcados en el género de raíz folklórica y la canción de autor. Las líricas presentes nos hablan desde nuestro territorio, tratando de dejar preguntas abiertas que sean completadas por el oyente. Es así como en el álbum coexisten mundos frágiles, inviernos esperados y resistidos, el capricho ancestral del amor, la añoranza del trabajador golondrina, el cuidado de la inocencia y el retumbar de tambores en el interior de alguna casa barrio adentro”, según la descripción.

A modo de sintética biografía, confió el músico que vino al mundo en Bariloche “cuando arrancaban los años 90. Transité mi infancia entre gente de radio, en épocas donde las radios comunitarias cumplían un rol clave en la comunicación social”. Precisamente, así se llama -Gente de Radio- la FM donde su padre aportó su voz inconfundible, durante un período de fiero castigo para los sectores populares.

“En aquellos lugares, me pude acercar a la música latinoamericana, al folklore criollo, al candombe, al rock nacional e internacional y a algunas armonías del jazz que se colaban en cortinas de radio”, rememora Fernando, tres décadas después. “A los 16 años tomé una guitarra y compuse mis primeras canciones para tocar en una banda de rock barrial”. Luego, llegó el momento de migrar para optar por una formación.

En efecto, en 2011 Jalil logró estudiar Composición y Música Popular en La Plata. De paso, aprovechó “la vuelta para recorrer, en varias oportunidades, algunas geografías que nutrirían mis próximas composiciones, en las que se comulgan el monte santiagueño, la puna boliviana, las pampas rioplatenses y los puertos chilenos”. Cuatro años después, el barilochense estaba de nuevo en su ciudad natal.

“Comienza a trabajar en la docencia y a formar una familia. Ya en su lugar, vuelve a reencontrarse con la música de estos lados, donde el chamamé, la milonga sureña, la ranchera y la polca comparten suelo con el tayil mapuche y su sabiduría ancestral. En Bitácora del amanecido, Fernando hace una selección de músicas compuestas en estos últimos años, tratando de ser honesto con su búsqueda artística, con sus vivencias personales, pero sin despegar los pies del territorio que lo vio nacer”, completa la información.

A instancias de El Cordillerano, anticipó el músico: “En adelante tengo la intención de continuar compartiendo estas y otras canciones que quedaron en la fila. Ojalá puedan darse algunas situaciones para hacer una pequeña gira por la provincia”, anheló. “Como sea, siento que de alguna manera se cierra un círculo al momento de compartir el trabajo realizado con los demás. O se abre, quizá”. Mejor así.