En el 2001 Roberto Parra se consagró en Gran Hermano pero apenas pudo cobrar un cuarto del premio de 200 mil dólares. Sin embargo, invirtió lo que ganó y eso le permite ganarse la vida hoy en día.. 

Roberto Parra se ganó el cariño de la gente a tal punto de que se convirtió en el segundo ganador de Gran Hermano. Es que la gente empatizó con su historia de vida y con la imperiosa necesidad de quedarse con los 200 mil dólares de premio. Si bien ganó, apenas pudo cobrar menos de un cuarto del premio debido a la crisis del 2001. ¿A qué se dedica hoy? 

120 días estuvo Roberto Parra dentro de la casa de Gran Hermano, luego de ganarle la final a Silvina Luna salió victorioso de la misma. Sin embargo, el mismo día que él salía Domingo Cavallo, Ministro de Economía de aquel entonces, decidió implementar el Corralito. 

Es por eso que el ganador del reality tuvo varias complicaciones para obtener el premio. “Yo cobraba a los dos meses. Pero con De la Rúa se fue todo al tacho. La devaluación me mató”, comentó sobre cómo se vio perjudicado con la situación económica del país. 

“Nos fuimos a hacer un programa a Mar del Plata en el verano para Telefe y cuando volví terminé cobrando menos de 50 mil dólares. Me costó sacarla del corralito. A Solita Silveyra -la conductora de ése reality- y a Marcelo Corazza -ganador de la primera edición de Gran Hermano- les pasó lo mismo, toda la plata les quedó adentro del banco por confiar. Fue un horror”, recordó lamentándose. 

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Con el dinero que logró cobrar de aquel premio decidió invertirlo en la industria textil. Es que decidió poner una fábrica textil en la cual realiza y vende uniformes y también vestimenta de trabajo. A sus 51 años, y a más de 22 de lo que fue su participación en el reality, continúa dedicando su tiempo en esta labor. 

Sin embargo, no es lo que imaginaba para su futuro luego de participar del reality: “Me hubiera gustado que Telefe me diera una posibilidad de seguir en la televisión. Quería ser notero o periodista deportivo. También actor, golpeé varias puertas para ver si podía hacer teatro”.

“Pensar en Gran Hermano me lleva a que me gustaría seguir estando cerca de los medios, lo que siempre anhelé. También se me viene el recuerdo del cariño de la gente. La juventud. Y esos momentos vividos que hoy se reflejan en las redes sociales, pero que en ese momento no había”, expresó. 

Hoy en día se encuentra soltero y vive junto a su perro. Además, encontró en la religión un lugar en el cual canalizar las distintas situaciones que pasó en su vida: “Estoy teniendo una comunión con Dios hace algunos meses. Después de tener una vida con muchos golpes me miro al espejo y digo que puedo seguir peleando porque estoy vivo”.

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