CUMPLE 83 AÑOS

| 17/03/2023

Centro Cívico: ¿Cuál era el lugar original donde se lo quería construir?

Centro Cívico: ¿Cuál era el lugar original donde se lo quería construir?

Este viernes 17 de marzo, el Centro Cívico cumple 83 años desde su fundación en 1940. Pero su historia comenzó unos años antes.

En 1937, fue proyectado conjuntamente con la avenida Costanera, la ampliación del pequeño pueblo y la mejora del puerto. La finalidad era crear una vía de acceso de incomparable calidad paisajística que ofreciera hacia un lado la panorámica vista del lago Nahuel Huapi y hacia el otro, obras modelo adecuadas a la imagen de ciudad turística que se pretendía imponer.

El objetivo del entonces director de Parques Nacionales, Exequiel Bustillo, apuntaba a recrear la tradicional plaza de armas de la ciudad hispanoamericana, que impuso el trazado cuadricular de calles como modelo urbano vigente en América Latina durante casi cinco siglos.

Ernesto De Estrada se desempeñaba como jefe de Arquitectura y Urbanismo de Parques y se le encomendó la proyección urbana de Bariloche mediante la implantación de diversos edificios públicos: Palacio Municipal, Juzgado de Paz, Oficinas de Turismo, Comisaría, Aduana y Correos y a ese conjunto le agregó un museo, una confitería, una biblioteca con un salón de actos y una plaza seca para reuniones cívicas.

Estrada prefirió agrupar edificios en lugar de tenerlos sueltos y distribuidos por diferentes lugares del pueblo, por lo que se puso manos a la obra y en muy poco tiempo diseñó un croquis perfecto. “Todo constituía una masa arquitectónica concebida con arte y gracia, que sin duda entraba por los ojos. Me quedé encantado y lo felicité (a De Estrada)”, contó Bustillo en sus memorias.

La propuesta inicial fue planteada para los terrenos ubicados frente al lago Nahuel Huapi, donde ya existía una plaza, pero como las dimensiones de la parcela eran insuficientes, surgió la necesidad de adquirir terrenos linderos, que eran de propiedad privada.

¿Dónde era ese emplazamiento? Bustillo había proyectado que el Centro Cívico se erigiera centralmente en lo que actualmente es la calle Vicealmirante O'Connor, en su intersección con Frey. Pero con sus “alas” desplegadas, casi llegaba hasta Beschtedt (hacia el Oeste) y a John O'Connor (hacia el Este).

Esto implicaba que debían sumarse a la idea los terrenos contiguos, donde hoy está ubicada la Iglesia Catedral de un lado y consultorios médicos y una exestación de servicio, del otro. De haberse construido allí, los arcos, por ejemplo, hoy estarían sobre la calle Frey mirando hacia el Nahuel Huapi y no en Mitre, de frente al cerro Otto.

La publicación en el diario La Nación del lugar seleccionado despertó las apetencias especulativas de los propietarios, que comenzaron a demandar valores muy elevados por esas tierras, situación que hizo inviable su adquisición y que significó un gran revuelo en aquella pequeña aldea de montaña.

“Su ubicación fue otro motivo de lucha. La que se había elegido en primera instancia hubo que abandonarla, debido a las exigencias de precio de los dueños del terreno. Entonces, nos decidimos por otro sitio de veinte mil metros cuadrados, que no era el ideal, pero que nos fue facilitado por la familia Capraro que nos ofreció en venta (creo que a $3 el metro cuadrado), dándonos de esa manera la solución”, graficó Bustillo.

Pero el propio director de Parques Nacionales indicó que los intereses inmobiliarios no cesaron, por lo que buscó posicionar el tema públicamente y cambiar la opinión. “Se hicieron telegramas a los diarios, criticando la ubicación escogida a fin de poder vendernos sus terrenos a buen precio”, expuso Bustillo.

En un determinado momento, el problema se complicó más, porque cuando ya se había llamado a licitación, los vendedores recalcitrantes ante la perspectiva de ver ya perdido su negocio, rectificaron su precio, pretendiendo suspender la licitación.

Todo un escándalo para la época. Ni siquiera la dirigencia del momento se quedó afuera de este trajín. Vale mencionar que por entonces en Bariloche había cinco concejales, de los cuales uno oficiaba de intendente.

La Municipalidad tenía tan solo tres empleados (un cobrador de impuestos, un recorredor y un secretario), claramente no tenía sede propia ya que no había terrenos libres y aptos para tal fin, por lo que funcionaba en una casona rentada ubicada en Mitre al 1000, propiedad de la familia Gelain.

En 1935 quien trabajaba como jefe comunal era Camilo Garza, que cedió una chacra de su pertenencia que tenía destinada a la siembra, para que allí funcione el municipio y un campo deportivo (donde actualmente está el Corralón y el Estadio Municipal).

En 1937 asumió como intendente nada más y nada menos que don Emilio Frey, quien para entonces tenía un extenso currículum: asistente del perito Francisco Moreno, uno de los fundadores del Club Andino Bariloche, primer director del Parque Nacional del Sur, empresario e impulsor de la actividad turística en la región. Con todos estos antecedentes, conocedor y amigo de cada vecino, el intendente Frey decidió intervenir en el conflicto por el emplazamiento del Centro Cívico.

Queriendo congraciarse con los propietarios de la calle Vicealmirante O'Connor, fue en busca de soluciones conciliatorias, por lo que le escribió una carta a Bustillo solicitando que se tenga en cuenta a los oferentes desechados, quienes habían bajado ostensiblemente el precio de la tierra y su valor ya se emparejaba con el de la Sucesión Capraro.

En uno de los pasajes de la misiva, Frey sugirió: “La Dirección (de Parques Nacionales) optará por ubicar al Centro Cívico en los terrenos de Capraro y quedarían defraudadas las aspiraciones del pueblo en su gran mayoría. En este caso, y a fin de conciliar ambos proyectos, sugiero una variante que no afectaría al presupuesto, que sería la de construir el edificio de Correos y Telégrafos en la manzana fiscal número 5 y los demás edificios formarían el Centro Cívico en los terrenos de Capraro”.

Al leer las palabras de Frey, que eran las pretensiones de los dueños de las tierras donde hoy se emplaza la Catedral (que en ese momento no estaba erigida), Bustillo entendió que ellos serían los únicos defraudados, más allá de los argumentos del entonces jefe comunal. Además, ese desmembramiento del proyecto, alteraba los planos, costos e inclusive la licitación que ya estaba en marcha, por lo que la idea fue rechazada.

“Los intereses privados durante mi administración, respetados como la Constitución manda, jamás pasaron encima de la conveniencia pública”, respondió Bustillo en forma tajante.

Las tierras que ofrecía Luisa Capraro contemplaban la cercanía a la costa de lago y a pesar de estar ubicadas “en las afueras del pueblo”, tenían a favor, una superficie más amplia y la existencia de un importante puerto.

En ese espacio, habían estado asentados el aserradero, la carpintería, el molino harinero, los talleres, viviendas del personal y el almacén de ramos generales que Primo Capraro le compró a la Compañía Comercial y Ganadera Chile-Argentina, de capitales alemanes.

Una vez adquiridas esas dos hectáreas, todo lo que allí estaba en pie, fue demolido o desarmado. La liberación de construcciones facilitó la implantación de los nuevos edificios y un completo tratamiento paisajístico que incluyó la parquización de las manzanas aledañas al conjunto cívico, donde también se incorporó el desnivel natural marcado por el cauce del arroyo sin nombre, que alimentaba el molino.

El proyecto se inició en abril de 1937, contuvo 418 planos. La obra se empezó el 1° de diciembre del mismo año y se demoró 17 meses, todo un récord. La ejecución demandó un total de $884.585 y estuvo a cargo de la prestigiosa empresa Christiani Nielsen, que subcontrató a Enrique Lunde y designó como su representante técnico, al ingeniero Anker Andersen.

Ernesto de Estrada expresó su voluntad de recrear el sentido historicista de las plazas latinoamericanas en su proyecto y valoró las perspectivas del lago Nahuel Huapi, creándole una suerte de escenario, debido a la importancia asignada a la plaza y a su apertura hacia la avenida Costanera y al lago.

El proyecto original, como se puede ver en los croquis, sufrió modificaciones. Por lo tanto, los arcos quedaron despegados de la torre central y ese cuerpo del edificio quedó separado por una calle (Independencia). Pero esto permitió que el conjunto quedara muy cerca de la sede de Parques, que había sido ideada y construida pocos años antes por Alejandro Bustillo.

Finalmente, Estrada se dio el lujo de que su proyecto se convirtiera en un conjunto que formara una plaza con un verdadero Centro Cívico y procuró que tuviera el carácter pintoresco típico de montaña que prevalece hasta la actualidad.

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