Chiara Ferragni es una influencer italiana de 35 años con más de 28 millones de seguidores en Instagram. Fue elegida para conducir el Festival de la Canción de San Remo de este año. Se presentó con un vestido ajustado, semitransparente, color piel, lleno de brillantes.

Nadie esperaba un discurso intimista y a la vez un reclamo feminista. A modo de carta leyó de manera calma un texto epistolar dirigido a la niña que fue. Algunos párrafos están dedicados a las exigencias para triunfar siempre: “Hay algo que me hace sentir mal: en algunos momentos de mi vida, cuando lloraba en mi habitación o cuando desfilaba por las alfombras rojas más importantes había un pensamiento en mi cabeza: no me siento suficiente. Cuando se me viene a la cabeza, solo pienso en abrazarte muy fuerte, porque cada cosa negativa que pienso sobre mí, también la estoy pensando sobre ti. Y tú no te lo mereces”; “Me gustaría decirte que sí lo eres y siempre lo has sido. Todas las veces que no te has sentido suficientemente buena, suficientemente hermosa, suficientemente inteligente: lo eras”.

También afirmó que nunca es fácil ser madre: “Nuestra sociedad te ha enseñado que cuando te conviertes en madre tienes una nueva identidad y será lo que te define: eres solo una madre”. Y acierta con esta reflexión: “¿Cuántas veces la sociedad nos hace sentir culpables porque las mujeres trabajamos y estamos lejos de nuestros hijos? Prácticamente siempre. ¿Y cuándo se hace lo mismo con los hombres? Nunca”. “Eres una buena madre, no perfecta, pero lo suficientemente buena”. Chiara es madre de dos hijos, Leo y Vittoria.

Afirma que las mujeres son juzgadas siempre por como visten, como trabajan, por el cuerpo. "El cuerpo de nosotras, las mujeres, nunca debe causar odio ni vergüenza"; “Ser mujer no es un límite, díselo a todos tus amigos, grítaselo a todo el mundo y lucha por cambiar las cosas”. El público conmovido y emocionado la interrumpió en varias oportunidades con aplausos. Fueron nueve minutos de emoción y reflexión.

El sexismo está normalizado, y esto no es normal. No debería serlo.