COLUMNA ABIERTA

| 15/12/2022

Cuando la comunicación no nos nutre

Muchas veces, al comunicarnos con los demás, no nos damos cuenta de que llevamos a cabo ciertas acciones que no favorecen el vínculo, pues no son para nada nutritivas. Te invito a analizar cuatro de ellas:

  1. Cuando castigamos con el silencio

Son esas personas irónicas, sarcásticas, que hablan con indirectas o muy despacio. Si bien, aparentan ser amables, por detrás, pueden destruir al otro. Por ejemplo, expresan: “No te ofendas, te lo digo por tu bien, pero…”, para después herir con sus dichos sin importar las consecuencias. Suelen lastimar a quienes los rodean con su lengua filosa, o por el contrario no hablan porque buscan castigar con el silencio. Es lo que se conoce como la “ley del hielo”.

En el fondo, las personas que callan cuando deberían hablar tienen una gran dificultad para verbalizar lo que desean, lo que sienten, lo que piensan. Entonces, para evitar el conflicto, y por miedo a ser rechazados, se callan en el momento, pero accionan pasivamente a modo de venganza. Para comunicarnos nutritivamente, es fundamental poner en palabras lo que nos pasa y, sobre todo, expresar nuestros deseos con calma, para que los otros sepan lo que sentimos y esperamos.

  1. Cuando enviamos mensajes contradictorios

Esta actitud contradictoria solo genera confusión en uno mismo y en los demás. Supongamos que un hombre le regala a su pareja una blusa blanca y una azul y le anuncia: “Mi amor, son para vos”. Cuando ella toma la blusa blanca, él le pregunta: “¿Y la azul no te gusta?”. Haga lo que haga esa mujer, ya perdió.

Lo mismo sucede con una persona que se queja porque está muy ocupada y, cuando alguien le ofrece su ayuda, comenta: “Lo estás haciendo mal; dejá que mejor lo hago yo”. Dicha actitud emite un mensaje totalmente contradictorio (“quiero tu ayuda, pero no la quiero”) y solo consigue que el interlocutor quede atrapado allí.

  1. Cuando mandamos indirectas

Hay gente que acostumbra esperar a que los demás adivinen su mente. Por ejemplo, un hombre tiene ganas de reunirse con sus amigos, pero su pareja le sugiere ir a dar un paseo en el auto. Él le cuenta: “Hoy mis amigos se juntan a tomar un cafecito”, pero ella no le da importancia y le habla del clima. Entonces él se enoja y piensa que ella solo desea controlarlo. Aprendamos a explicitar lo que queremos.

  1. Cuando nos quejamos todo el tiempo

Quien habla negativamente, y vive quejándose o murmurando, hace que sus dificultades se refuercen. Los problemas no se resuelven hablando, sino actuando. Por eso, en cuanto de nosotros dependa, escojamos siempre palabras nutritivas que construyan una atmósfera positiva. Si bien, todos percibimos la realidad desde distintos ángulos, nadie tiene la verdad absoluta. Cada uno ve el vaso medio lleno o medio vacío de acuerdo a su situación. Pero todos tenemos libertad para decidir cómo hablar y comunicarnos.

Y vos, ¿cómo te estás comunicando?

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