El escritor y futbolero Diego Rodríguez Reis, pasa a revista a una serie de obras que ameritan su disfrute, mientras todo parece suceder en el lejano Qatar. Hasta Borges y Bioy Casares escribieron sobre el más pasional de los deportes.

Si hasta Borges y Bioy Casares se dejaron llevar por la fiebre del fútbol, ¿cómo no ahondar en su relación con la literatura en tiempos mundialistas? Prolífico escritor, pero antes que nada febril lector, El Cordillerano quiso saber qué recomienda Diego Rodríguez Reis para acompañar con lecturas el desarrollo de certamen ecuménico tan expectante para la Argentina. Oriundo de La Boca, el vecino de Villa La Angostura se tomó tan en serio el pedido, que garabateó velozmente un pequeño ensayo, al cual el cronista no se atreve a tocar, de tan minucioso e ilustrativo. A fin de cuentas, entre la biblioteca y el potrero apenas si hay un par de cuadras de distancia. Con ustedes, las palabras de Diego.

Fútbol y literatura

En el siglo VI a. C., el poeta y filósofo griego Jenófanes, en oposición a la tradición clásica que postulaba dioses antropomórficos, propuso una versión inédita de Dios: un Dios redondo, Dios como una esfera eterna. También Platón diría que la esfera es la figura perfecta, dada su uniformidad y carencia de aristas, forma singular en la que todos los puntos de la superficie equidistan del centro. Veinticinco siglos después de que Jenófanes inventara un dios redondo, la humanidad le daría forma a un nuevo deporte, una nueva religión, un nuevo dios: el fútbol. La forma de ese dios sería, curiosamente, la misma: redonda. He aquí mis recomendaciones sobre la literatura que ha producido esta pasión.

Lo clásico: “Cuentos de fútbol argentino”, compilados por Roberto Fontanarrosa (Alfaguara - 2003).

En este volumen, Fontanarrosa compila lo que podemos llamar el “canon” literario- futbolístico argentino. Hay cuentos extraordinarios e inolvidables: los “Apuntes del fútbol en Flores”, de Alejandro Dolina; “Gallardo Pérez, referí”, de Osvaldo Soriano; las “Escenas de la vida deportiva”, del propio Fontanarrosa. También hay otras obras, menos célebres, pero no por ello menos logradas, como “Insai derecho”, de Humberto Constantini; “La música de los domingos”, de Liliana Heker; “El mundo de los inocentes”, de Luisa Valenzuela y “Ver o jugar”, de Marcos Mayer. Y una rara avis literaria: el cuento “Esse es percipi”, un texto futbolero escrito a cuatro manos entre Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, publicado bajo el seudónimo de H. Bustos Domecq. En el prólogo, “Cortito y al pie”, Fontanarrosa confiesa: “No crecí queriendo ser como Julio Cortázar. Crecí queriendo ser como Ermindo Onega. Por eso llegué a la literatura por la puerta de atrás, con los botines embarrados y repitiendo siempre el viejo chiste: mi fracaso en el fútbol obedece a dos motivos. Primero: mi pierna derecha. Segundo: mi pierna izquierda”. Un mosaico de ficciones futboleras argentas.

Lo político: “Fútbol argentino”, Osvaldo Bayer (Sudamericana - 1990).

“¿Por qué el fútbol no puede ser tema para un historiador, para un sociólogo, para un politólogo? ¿Acaso no es parte de la vida misma ese extraño y mágico influjo ejercido por veintidós jugadores y una pelota, sobre el mundo entero?”, pregunta Osvaldo Bayer en las páginas iniciales del libro. El proyecto inicial fue la escritura de un guion para un documental sobre la historia del fútbol argentino. El film finalmente se estrenó en 1990. Los catorce capítulos que componen el volumen van desde aquel 20 de junio de 1867, cuando en el coqueto Buenos Aires Críquet Club se disputó el primer partido de fútbol en nuestro país, hasta el glorioso 29 de junio de 1986 (exactamente 119 años y 9 días después), cuando la Argentina se consagra por segunda vez campeona del mundo, de la mano de un iluminado y criollísimo Diego Armando Maradona.

Lo regional: “Fuerte al medio”, varios autores. (Hat Trick Imprenta de Libros – 2019).

En el prólogo, Ariel Scher señala: “En este libro, un libro colectivo, un libro en el que cada cual suena con su voz, pero la mejor voz es la coral, las oraciones de un texto meten goles, tiran paredes, se abrazan y son abrazadas con las oraciones de los otros textos”. Veinte autores de la región le dan voz a estos relatos, historias y crónicas futboleras: Fabricio Abatte, Jordi Aguiar Burgos, Horacio Beascochea, Sebastián Busader, Javier Cantarini, Francisco Carnese, Mario Cippitelli, Rodolfo Chávez, Mario Figueroa, Edith Galarza, Nicolás Horbulewicz, Juan Pablo Iozzia, Daniel Lineares, Javier Marcucci, Pablo Montanaro, Gabriela Nemiña, Juan Pablo Quintana, Sebastián Sánchez, Néstor Tkaczek y Sebastián Valero. Relatos futboleros escritos por periodistas, escritores y escritoras del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, en la buena tradición del maestro Osvaldo Soriano.

Lo personal: “El caño más bello del mundo”, Diego Tomasi. (Hojas del Sur - 2014).

“Pensamiento futbolero de Juan Román Riquelme”, se subtitula este libro, lo cual ya establece de qué lado de esta división de aguas futbolísticas se encuentra el autor: de la vereda de quienes adoran a Román, frente al bando de quienes lo aborrecen. Escritores, periodistas, filósofos, músicos, jugadores y entrenadores analizan la obra futbolística del crack y exponen sus teorías al respecto del juego en general: desde Ricardo Bochini hasta Ángel Cappa, desde Víctor Hugo Morales hasta Alejandro Dolina, desde Juan Sasturain hasta Martín Kohan y hasta el mismísimo Indio Solari. Diego Tomasi reconstruye la filosofía futbolística del llamado “El último diez”, teniendo como escena central y eje temático el emblemático caño que Riquelme le hiciera al jugador por entonces riverplatense Mario Yepes el 24 de mayo del año 2000.