La Comisión de Árbitros de la FIFA seleccionó 36 árbitros, 69 asistentes y 24 operadores VAR para el mundial de Qatar 2022. Por primera vez hay mujeres integrando este grupo. Son 3 árbitras, Stephanie Frappart (Francia), Salima Rhadia Mukansanga (Ruanda) y Yoshimi Yamashita (Japón), y 3 asistentes, Neuza Back (Brasil), Karen Díaz Medina (México) y Kathryn Nesbitt (EE.UU.). Representan casi el 6% del total.

Stephanie Frappart tiene muchos antecedentes. Desde 2011 forma parte de los réferis oficiales de la FIFA. Se inició internacionalmente con el Campeonato Europeo Femenino Sub-19 de la UEFA 2011-12 disputado en Turquía. Luego la Copa Mundial Femenina de Fútbol Canadá 2015. En 2018 fue designada para la final de la Copa Mundial Femenina de Fútbol Sub-20 en Francia. En el 2019 arbitró los torneos masculinos de la liga francesa, la Supercopa de la UEFA, así como la Copa Mundial Femenina de Fútbol de ese año.

A fines del 2020 le tocó la UEFA Champions League. Tanto en el 2019 como en el 2020 fue elegida como mejor árbitra del mundo según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS).

El 1° de diciembre, Frappart con la asistencia de Back y de Díaz Medina, hicieron historia al arbitrar el partido entre Alemania (4) y Costa Rica (2), ambos eliminados de la competencia, en el estadio Al Bayt de la ciudad de Al Kho.

También estuvieron Said Martínez (Honduras) como cuarta árbitra y Kathryn Nesbitt (EE.UU.) como encargada del VAR. Fue la primera vez en 92 años en la historia de los mundiales. Stephanie se caracteriza por su correcto trabajo.

Comenta que le interesan las evaluaciones técnicas que le hacen. Sabe que siempre pesan más las malas decisiones que los aciertos. Reconoce que los jugadores y directores técnicos son más mesurados que los hinchas y los medios de comunicación. Trata de concentrarse en el juego cuando escucha desde la tribuna que la mandan a lavar los platos. A los 38 años, luego de haber sido jueza en más de 300 partidos, sabe que es inspiración para muchas mujeres jóvenes. Y más en tierras donde la mujer está sometida culturalmente. Tal vez el único rasgo progresista de la FIFA en este mundial insólito.