La cantante le dedicó unas sentidas palabras a su primogénita en relación a su cumpleaños número 12.

Antonia llegó a su vida hace 12 años atrás, justó cuando la Soledad Pastorutti estaba pisando los 30 años, un cambio de década que se venía con todo para ella. Habiendo llegado a la música de tan pequeña, que se convierta en madre fue todo un acontecimiento para la gente que seguía viendo en la sola aquella niña que revoleaba el poncho con suma energía.

Primero llegó el amor y el casamiento con Jeremías Audoglio, el famoso novio “no famoso”, que tenía la Sole y de quien estaba más que enamorada. Aquella relación fue tan buena y tan fuerte que decidieron formar una familia y entonces Antonia se robó la escena con su aparición.

Para refrendar el amor que tiene por su heredera, la Sole posteó una foto con ella en su cuenta de Instagram y le dedicó unas sentidas palabras: “Lo mejor que me pasó en la vida…te amo con el alma hija y deseo que siempre seas feliz!”.

Además de Anto, el matrimonio también tiene una segunda hija, llamada Regina y los cuatro forman una familia tan linda como unida. Si bien Sole se muestra bastante en público, acorde a su trabajo y a su participación en la Voz Argentina, su vida privada no suele mostrarse tanto al público.

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Las familia sigue residiendo en Arequito, Santa Fe, de donde es oriunda la cantante y sus hijas van al mismo colegio al que fue ella con su hermana Natalia. “Los días de Anto y Regina son como los de cualquier niño criado en un pueblo del interior. Van al mismo colegio que fui yo y no tienen doble escolaridad, porque eso no existe acá”.

“Es una escuela pública y van todo los chicos de diferentes clases sociales. Eso se puede hacer aún porque al ser tan chiquito el pueblo, nos conocemos todos”, explicó la Sole un tiempo atrás mientas hacía referencia a la educación de sus hijas.

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“Hacemos una vida totalmente normal y por eso decidí vivir acá. No me imaginaba en Buenos Aires. Ahora estoy con calzas y zapatillas, cuando termino la nota, me voy al gimnasio en bici desde mi casa y no pasa nada”, remarcó la última coach campeona de La Voz.

De Arequito para el mundo, pero sin perder la esencia, así vive su vida la Sole, con más o menos exposición, con más o menos éxito en sus canciones, pero siempre en su pueblo, en su cable tierra, donde vivir tranquilo es la elección.