La policía le confisca 500 kg de mercadería a un pescador de la zona del Rif en Marruecos. Éste, en señal de protesta, se sube a un camión recolector de basura y según algunos testimonios la policía dio la orden de poner en marcha el mecanismo de trituración. Esta muerte fue el emergente que puso en marcha una serie de protestas sociales liderada por el movimiento Hirak que propugna de manera pacífica por los derechos culturales, sociales y económicos. Las manifestaciones fueron masivas y reprimidas de manera brutal por orden del gobierno. Todo esto se inició en el 2016.

En el 2018 el líder del movimiento quedo preso y Nawal Benaissa asumió sin proponérselo el liderazgo. Como antecedente había sido detenida cuatro veces durante 2017, en una de esas detenciones le hicieron borrar su perfil del Facebook con 80.000 seguidores. En el 2018 la condenaron condicionalmente a diez meses y una multa de 500 dirhams por participar en manifestaciones no autorizadas, insultar a los agentes encargados de hacer cumplir la ley e incitar a la comisión de delitos. La condena fue confirmada por el Tribunal de Apelaciones de Alhucemas en 2019.

Ella sostiene que protestar en Marruecos es difícil, pero para una mujer lo es mucho más, para dar una idea de esto comenta que sus propios padres no la apoyan y consideran indecoroso que una mujer se involucre en este tipo de cosas.

Sabe de desigualdades, por eso denuncia el mayor porcentaje de analfabetismo entre mujeres de su país. Entre otros reclamos recuerda la responsabilidad de España y Francia respecto a los bombardeos con armas químicas en la batalla de Annual de 1921, cuyas consecuencias son una mayor tasa de cáncer entre la población expuesta. Debió exiliarse en los Países Bajos, donde espera poder volver cuando revoquen la sentencia.