Eduardo Víctor González había sido acusado por tentativa de homicidio, pero las partes involucradas lograron un acuerdo pleno de juicio abreviado mediante el cual, con un cambio de calificación al delito de lesiones graves, el acusado evitó ir a prisión. Deberá realizar tareas comunitarias y abonarle un resarcimiento a la víctima.

El hecho investigado ocurrió el 1 de enero de este año, en horas de la madrugada, cuando en una reunión familiar para celebrar la llegada del año nuevo se produjo una discusión que acabó de la peor manera. Eduardo Víctor González (46) hirió gravemente a su cuñado, asestándole cuatro puñaladas.

Inicialmente el sujeto había sido formalizado de la investigación en su contra bajo la figura de tentativa de homicidio, pero por diversas circunstancias que se acreditaron en el expediente, las partes pudieron encontrar una salida alternativa al conflicto atenuando la calificación al delito de lesiones graves.

En primer lugar se acreditó que en medio de los festejos por el año nuevo, el acusado protagonizó una pelea con su pareja y luego con su cuñado, cuando este quiso intervenir tras la rotura de dos cristales de la vivienda ubicada en calle Peulla al 4900 donde se desarrollaba el encuentro.

El acusado había extraído un cuchillo de entre sus ropas y le asestó cuatro puntazos que ocasionaron serio riesgo de vida y que fueron categorizadas como lesiones graves.

Para el fiscal Gerardo Miranda, la investigación avanzó a paso firme y logró reunir una importante cantidad de evidencia, considerando que el acusado estaba identificado desde el minuto uno de la investigación.

Al respecto, Miranda describió que contaba con todas las actuaciones policiales, tanto del Gabinete de Criminalística como de la Brigada de Investigaciones, como así también los diversos informes médicos y fundamentalmente los testimonios recolectados en el legajo judicial.

Todo acorralaba a González que, horas después de haber cometido el hecho, se entregó voluntariamente ante autoridades policiales y entregó el cuchillo utilizado para agredir a su cuñado, el que todavía tenía manchas de sangre.

Para la fiscalía, el importante trabajo desarrollado en la investigación hubiera permitido ir a un juicio oral en el que únicamente se discutiría si efectivamente el acusado había tenido voluntad de asesinar a su cuñado, tal la calificación legal dada al hecho inicialmente. En tal sentido remarcó que el acusado no profirió amenazas previas ni posteriores al hecho y que, además, tal como sucedieron los acontecimientos investigados, tuvo tiempo y oportunidad de matarlo, pero sin embargo cesó la agresión, se escapó y luego se entregó voluntariamente junto al arma blanca utilizada. Fue tal la actitud del acusado que tuvo oportunidad de ocultar el arma o intentar limpiarla para eliminar las manchas de sangre y así ocultar evidencia fundamental, pero no lo hizo.

Ante la falta de antecedentes del acusado, fue posible la realización de un juicio abreviado en el que se declaró culpable, aceptando una condena de tres años de prisión en suspenso, sujeto al cumplimiento de diversas pautas de rigor y algunas que especialmente se establecieron para el caso.

El acusado no registraba antecedentes penales y se declaró culpable, aceptando la pena de ejecución condicional, con la obligación de respetar por el mismo plazo de la condena, una prohibición de acercamiento y contacto por cualquier vía para con la víctima y su entorno familiar, como así también abonarle 8 cuotas iguales y consecutivas de 50 mil pesos, hasta totalizar 400 mil pesos en modo de compensación, además de entregarle toda la documentación correspondiente y una moticicleta bajo el mismo concepto.

En paralelo, el acusado deberá completar cien horas de tareas comunitarias no remuneradas.