El legislador provincial Juan Martín, a la hora de destacar alguna cuestión relacionada con la visita que realizó Mauricio Macri a la zona, relata: “Pudimos estar con un emprendedor de Dina Huapi que lleva adelante una vermutería, un chico de Buenos Aires que vino hace muchos años”.

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Así, el político rionegrino considera: “Ese contacto estuvo muy bueno, porque Macri se pudo llevar una idea de lo que significa emprender en la Patagonia; en este caso, en Río Negro”.

Ezequiel Fritzler, el emprendedor en cuestión, cuenta que alrededor de un mes atrás, Juan Martín había pasado por su “vermut house”, en una recorrida por diferentes emprendimientos comerciales en la región.

En aquel momento, el político le consultó sobre distintas consideraciones en relación a su parecer sobre cómo la realidad nacional y regional se vincula, para bien o mal, con su negocio. 

El bartender, que no se define como partidario del PRO, pero tampoco del oficialismo, cuenta que, luego de aquella visita del legislador, cuatro días antes del arribo de Macri a su local, recibió un llamado donde le anunciaron que el exmandatario pasaría por su vermut house.

“Juan Martín me comentó que Mauricio quería visitar a algún emprendedor para conocer nuestra visión”, dice Ezequiel.

En tal sentido, el comerciante considera: “Las pymes generan el ochenta por ciento del trabajo del país. El foco siempre se pone en las grandes empresas que deben venir para generar puestos de trabajo, pero, en realidad, las pymes somos un gigante conformado por miles de emprendedores, donde cada uno brinda empleo”.

“Macri, después de que pasó por acá, fue a Bariloche, a escuchar a referentes importantes de la industria, a empresarios, pero estuvo bueno que le diera lugar al ‘chico’”, reflexiona el bartender, a la vez que señala que, en lo personal, se trató “de un honor y una responsabilidad”.

Así, se explaya: “Más allá del color político que tengamos los emprendedores, todos proyectamos nuestros negocios a más de cuatro años. Somos una especie de raza de gran poder de adaptación”.

“Tener enfrente a un referente del poder político significó la posibilidad de darle una óptica y, humildemente, tratar de expresar la problemática de mis pares, los microemprendedores”, apunta.

“La idea era que pasaba y yo le contaba lo que pensaba en pocos minutos, quizá veinte, porque había poco tiempo”, relata Ezequiel, que enseguida aclara que, finalmente, Macri “se quedó más de una hora”.

“Hicimos un brunch vermutero”, bromea, en relación a esa combinación de desayuno y almuerzo que se realiza en un horacio intermedio (el exmandatario pasó alrededor de las 10.30).

“Comimos unas pizzas con harina orgánica de El Bolsón y una fainá del bosque”, devela el gastronómico.

Al hablar de la conversación que mantuvieron, Ezequiel cita que el expresidente “hizo referencia a la cantidad de impuestos que se abonan en el país, y también al costo que paga siempre el Estado”.

“Yo le dije que los emprendedores, en realidad, no necesitamos mucha ayuda del Estado, lo que precisamos es que nos saquen un poco de piedras de la mochila, y le di el ejemplo de que, si pudiera pagar cinco puntos menos de IVA, seguramente contrataría a una persona más, porque la problemática que tenemos para crecer genera la duda de si tomamos o no a otro empleado, por todo lo que conlleva, ya que después hay que pagar aún más cargas”, expresa el comerciante, que, a la vez, reflexiona: “El Estado, por otro lado, tiene que gastar un montón de plata en mantener a personas que, lamentablemente, están fuera del sistema laboral”.

Ezequiel indica que, a todo eso, Macri asentía con su cabeza al mismo tiempo que añadía “que las leyes laborales tampoco ayudan a que se pueda tomar la decisión de tomar a un empleado”.

¿Pero qué pasó en relación a lo más importante? ¿Probó o no el vermut?

El bartender ríe: “Primero dijo que no iba a tomar… Además, era temprano. Pero, al final, le hicimos un vermut tonic y lo tomó. Le gustó mucho”.