NUEVA EXPOSICIÓN EN ESPACIO LA GLORIA

| 01/07/2022

Florencia Burton reconecta con la naturaleza después del paréntesis

Florencia Burton reconecta con la naturaleza después del paréntesis
Florencia junto a León y su compañero Martín Gray, quien hizo el marco de la obra que se ve detrás. Foto: Facundo Pardo.
Florencia junto a León y su compañero Martín Gray, quien hizo el marco de la obra que se ve detrás. Foto: Facundo Pardo.

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La muestra se denomina “Viento nómade” y, además, participan Cora Langbehn y un artista de Chiloé: Calfu Kurruf. Con curaduría de Ángeles Irala, tres lenguajes diferentes que tienen evidentes puntos de contacto.

Para Florencia Burton, ser parte de “Viento nómade” implica su primera muestra después del paréntesis pandémico. Así se denomina la exposición que se instaló en Espacio La Gloria, el lugar que consagra para la plástica el Instituto Arte y Parte. A instancias de la curadora Ángeles Irala, la artista comparte experiencia con Cora Langbehn y Calfu Kurruf, colega el último proveniente de Ancud. Un retorno que no solo ella esperaba.

El Cordillerano visitó el lugar mientras las y el artista colgaban sus respectivos trabajos. “Estoy presente con cuatro obritas que tienen mucha naturaleza y un poco el mensaje místico que está grabado en sus mensajes, los mensajes de la naturaleza y sus reinos: los árboles, los animales y todo eso que vibra en el invisible”, introdujo Burton. “Nosotros, los humanos, también formamos parte de esos reinos de la naturaleza”, definió.

Es una continuidad, respecto de la obra que ya le conocíamos. “Ese es el mensaje que a mí me mueve a través del arte: regresar a la naturaleza”, insistió. “En estas obras eso está bastante presente y también hay algunos elementos en el caso de una de ellas, El alma del violín, donde hay un violín como recostado sobre un árbol, como olvidado en lo profundo arbóreo del bosque”.

En el mismo trabajo “está presente un águila y nos rememora los orígenes antiguos del humano a través del sonido, de la voz, de los instrumentos musicales, pero de nuevo, con los códigos que vibran en lo invisible”, describió la artista. “Cuando el humano logra volver a ese estado natural, de reconexión, de silencio y contemplación, en realidad (dichos códigos) están más visibles y presentes de lo que uno cree, porque es el estado simple y natural de todo”, proclamó.

En la cuelga de "El alma del violín"

Para Florencia Burton “es la primera muestra, exactamente. Son cuatro obritas atesoradas porque a este paréntesis también lo tomé como un retiro interno, un ayuno en todo sentido, que fue muy interesante”, compartió. “Incluso, retomando el tema, a la misma naturaleza se la vio muy nutrida por el silencio del mundo tecnocrático humano desconectado. Fue lindo, así que de pronto no pinté tanto en lo que sería manifestar la pintura, pero sí me nutrí mucho pintando internamente”.

Además de la muestra, se inaugura nueva etapa. “Ahora, incluso con este impulso luego del solsticio, con este caminar del Sol en el hemisferio sur rumbo a la primavera, volvemos a abrirnos y a expandirnos”, definió Burton. “La pandemia se fue soltando y uno se puede volver a reencontrar, a expresar y mostrar. Creo que ahora sí comienza un nuevo ciclo con más fuerza, para poder volcar todo lo que pude amasar internamente”, avisó.

La pintora recibió la apertura de La Gloria con beneplácito. “Me parece un espacio muy agradable, muy amable e íntimo desde lo humano, con respeto y prolijidad, pero también con esa cosa de bohemia al estar interconectadas muchas disciplinas del arte”. Recordemos que en el Instituto Arte y Parte se imparten clases sobre todo de música, pero también de otros lenguajes artísticos.

“Recién es la segunda vez que vengo para montar, pero se siente en el aire la música, el compartir, el conocerse y el encuentro, desde lo nutritivo que es el arte hasta lo terapéutico por el abrazo humano, abrazar lo que tiene el otro para compartir desde el arte”, definió Burton. “Sacando (dejando aparte) esos entramados más del mundo, de las máscaras, las presencias, los deberes”, cuestionó.

En efecto, “acá no: vamos directo a esa alma que está pintando, pulsando o queriendo mostrar algo. Se siente que realmente, estás entrando a una casa para compartir con otros que te van a ver desde la mirada verdadera: la del alma”, subrayó la plástica. “Viento nómade” puede visitarse de martes a viernes de 14.30 a 20. Inmejorable manera de acompañar los rigores del invierno, con mensajes que vienen desde muy adentro.

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