La Corte Suprema de los Estados Unidos revocó el fallo de 1973 “Roe vs. Wade” y declaró que el aborto ya no es un derecho constitucional. Con esta decisión, cada estado tendrá libertad para definir si acepta o no la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 24 de gestación, como establecía la legislación nacional.

Así, se espera que casi la mitad de los estados prohíba el derecho al aborto, sobre todo en el sur y el centro del país. La decisión de la Corte responde a un pedido formal presentado por el estado de Mississippi, que buscaba prohibir este procedimiento después de la semana 15 de gestación.

“La Constitución no hace ninguna referencia al aborto y ninguno de sus artículos protege implícitamente este derecho”, escribió el juez Samuel Alito, en nombre de la mayoría. Además, señaló que es “hora de devolver el tema del aborto a los representantes elegidos por el pueblo”.

La composición del máximo tribunal de Justicia estadounidense quedó muy dispar tras la presidencia de Donald Trump. El ex mandatario nombró tres jueces conservadores durante su administración, dejándolos en una mayoría de 6, contra 3 liberales.

Por este motivo, el fallo también puede ser leído como una victoria de Trump. Lawrence Gostin, profesor de derecho sanitario, aseguró a AFP que la sentencia “es una de las más importantes en la historia de la Corte Suprema desde su creación en 1790″.

Por su parte, el presidente Joe Biden expresó que es un “día triste para la corte y el país”. Además, manifestó que la Corte Suprema cometió un “error trágico” y que “la salud y la vida de las mujeres de este país están ahora en peligro”.