24/05/2022

Habló el acusado de matar a Lola Chomnalez: “Nunca maté a nadie, ni a una mosca”

Leonardo David Sena, de 39 años, fue procesado por el asesinato de la menor argentina ocurrido en 2014 en Uruguay

Habló el acusado de matar a Lola Chomnalez: “Nunca maté a nadie, ni a una mosca”

La mirada está puesta en Leonardo David Sena, de 39 años, con dos antecedentes penales: uno por lesiones personales y otro por violación, que data del año 2009 y por el cual estuvo privado de libertad.

Tras siete años y medio de investigación, 40 indagados y un solo imputado que declaró haber visto a la jóven, la Justicia uruguaya llegó al presunto autor del homicidio. Una coincidencia entre el ADN de un recluso y el hallado en la mochila de la jóven asesinada fueron el puntapié inicial para alcanzar al hombre en cuestión, que fue encontrado viviendo con una mujer y sus cinco hijos.

Tras su detención y procesamiento, se continuó la investigación en su entorno y se supo que trataba de forzar a las personas de su ambiente para tener relaciones sexuales, aunque ninguno de esos casos habría sido denunciado, informó Willam Dialutto, corresponsal de Subrayado en el departamento de Rocha.

Leonardo David Sena negó haber matado a la adolescente argentina encontrada en diciembre de 2014 en las playas uruguayas de Barra de Valizas, aseguró nunca haberla visto y relató por qué se encontró su sangre en la mochila de la joven.

"No maté a esa chiquilla, nunca la vi", aseguró el principal sospechoso del asesinato y afirmó que solo tuvo contacto con su mochila, de la cual hurtó dinero al encontrarla tirada en la playa, según informó el diario El País de Uruguay.

Gracias al cotejo de las muestras de ADN, la Justicia uruguaya detuvo al hombre de 39 años, cuya muestra dio positivo en un porcentaje "que permitía establecer que era un familiar suyo el que había dejado un rastro de sangre". El letrado Carlos Williman, uno de los abogados de los padres de Chomnalez, dijo que la sangre del sospechoso "está en la mochila de Lola y además su sangre está mezclada con la de Lola" por lo que "está científicamente ubicado en el lugar del crimen".

En ese contexto, Sena atribuyó a una cortadura que se había hecho anteriormente la circunstancia de que su ADN apareciera entre las pertenencias de la adolescente.

El relato del detenido

“No. Nunca he matado a nadie. Ni una mosca. Quizás estuve mal todo este tiempo por no haber hablado. No maté a esa chiquilina. Nunca la vi, ni hablé. Trabajaba en [el supermercado] “333” en Valizas, en la entrada principal y bajaba todos los días a la playa (...)”, dijo ante la Justicia y agregó que vio la mochila en una de las salidas a la playa a tomar mate que le permitía su empleadora.

El juez Juan Giménez Vera contó en la sentencia que el hombre "en su relato, afirma que un día (concretamente, entre la noticia de la desaparición y el hallazgo de la mochila, declara que pasaron 3 o 4 días), estibando casilleros de cerveza, cayó uno que provocó la ruptura de una botella de vidrio, y al recoger los restos, se lastimó (cree) que el dedo índice de la mano izquierda, por lo que le pidió a una compañera de trabajo dos curitas, que se colocó en la herida. Seguidamente completó el termo con agua caliente y se retiró del supermercado caminando rumbo a la playa".

Sin embargo, le magistrado tomó la decisión del procesamiento y prisión preventiva por "la existencia y presunción de riesgo de que el imputado puede pretender sustraerse de la acción de la justicia en caso de que se realice el juicio sin encontrarse detenido, amén de tratarse de un delito que se castiga con pena de penitenciaría.

Según su declaración, al llegar a la playa encontró la mochila, la abrió, vio "que contenía una toalla, un monedero, un par de chinelas y no puede precisar qué otros objetos. Respecto al monedero afirma: “(…) Abrí con la derecha. Tomé el monedero con la mano izquierda, tomé la plata, la puse en el bolsillo y cerré y me fui. (…)”.

Además, indica que no vio documentos de identidad ni un libro y que dejó en el mismo lugar donde encontró la mochila y no en el mismo sitio en que fue hallada. “No lo saqué al documento ni lo toqué. Yo abrí el monedero", afirmó. Por otra parte, indicó que no conoce a un cuidacoches apodado “Peteca”, ni a nadie con el apelativo “Cachila”, a quien escuchó por televisión, pero no lo vio.

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