Cerca de las 10 de la mañana y una vez que tenía bien en claro los conceptos, Martina Carrizo, se puso a recorrer cada una de las viviendas que se le designó en las calles Luis Beltrán y Garibaldi en el barrio Ñireco. En total eran 38 casas por las que debía realizar el cuestionario determinado por el INDEC, o buscar el código en caso de aquellos que habían hecho el censo de manera online. 

La joven reside en el kilómetro 7, por lo que tuvo que hacer un largo recorrido para poder llegar a una de las escuelas de la zona a las 8 de la mañana. Según contó, se anotó vía online cuando se enteró que el INDEC buscaba personas que deseen ser censistas, pero una vez anotada demoró el llamado por parte del Estado, por lo que debió anotarse de manera presencial en una escuela.

José Luis fue otro de los jóvenes encuestadores. A él le tocó la calle Buenos Aires en Lomas de Monteverde.

Los censistas recibirán un pago cercano a los $6.000 por la tarea realizada. La misma es desde las 8 de la mañana hasta las 18 horas de ese miércoles cuando entregan todo el material recopilado a los jefes de secciones en las escuelas. 

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Por su parte, Martina indicó que en este sector la gente que realizó el censo de manera online fue mucho más que la esperada, casi la mitad de las viviendas. En ese sentido sostuvo que es mucho más sencillo cuando las personas ya tienen generado el código, de esa manera los censistas se ahorran mucho tiempo. Se estima que cada entrevista lleva entre 20 y 30 minutos, mientras que en 1 minuto se entrega el código generado de manera online. 

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La joven solo tuvo un problema con un código en una vivienda, en donde no había nadie y los datos que dejaron no eran correctos. Según detalló debe pasar hasta tres veces para asegurarse de que no haya nadie en esa vivienda o en otras donde la gente no atienda para poder ubicar a esa vivienda dentro de las que no atendieron. Posteriormente se les labrará las multas correspondientes por no haber atendido a los censistas.