El Tribunal de Impugnación de la provincia rechazó el recurso que planteó la defensa de varios integrantes de la Comunidad Collihuin, que resultaron condenados por usurpar un campo de otra comunidad con la que mantienen un histórico conflicto.

Los jueces Carlos Mussi, Adrián Zimmermann y Rita Custet Llambí, aceptaron dar curso a la impugnación ordinaria que intentó la defensa, pero tras el examen rechazaron cada uno de los planteos y confirmaron las condenas que recayeron sobre Mercedes Mabel Parra, Evaristo Néstor, Candela Mirna Solange y Patricia Mabel Collihuin, en el marco de un proceso que analizó una de las tantas consecuencias del dilatado conflicto entre las comunidades que residen en cercanías del paraje Chacay Huarruca.

En el caso intervienen el fiscal Francisco Arriel, el patrocinante de las querellantes -Guillermina y Lucía Reuque- Ezequiel Palavecino y la defensora Mariela Taboada.

En el caso se había dictado sentencia el 17 de diciembre del año pasado, cuando el juez Gregor Joos resolvió declarar a los nombrados como autores responsables del delito de usurpación y les impuso la pena de dos años de prisión de ejecución condicional a Evaristo Néstor, un año a Mercedes y Patricia y ocho meses de prisión de ejecución condicional a Candela.

Todos ellos fueron declarados culpables por un hecho ocurrido el 10 de noviembre de 2019 en horas de la mañana, cuando ingresaron parcialmente al Lote 68 de la Sección IX, ubicada en el paraje Chacay Huarruca, de la localidad de Ñorquinco y despojaron parcialmente de la posesión de dicho predio a Guillermina Alicia Reuque, Lucía del Alba Reuque y Santiago Fuentes, ejerciendo violencia física contra Guillermina Reuque. Además, la sentencia dispuso la restitución obligatoria del predio a la Comunidad Reuque.

Según las constancias del expediente, ese día la mujer agredida realizaba una recorrida en su predio y observó a una persona que estaba arreando animales caprinos (chivas) de su propiedad de un sector a otros dentro de su posesión de aproximadamente 1.200 hectáreas. En esas circunstancias cuando se acercó fue agredida físicamente por Mercedes Parra. Inmediatamente después comenzó un forcejeo hasta que se sumó a la agresión Candela Collihuin, al tiempo que repetía "esto es por acusar falsamente a mis hijos, te voy a matar, andá con los ojos abiertos por que en las sombras que veas en los montes voy a estar yo, me voy a cansar de cagarte a palos hasta matarte".

Consta en el legajo judicial que a la fecha todos los condenados ocupan una superficie de aproximadamente unas 1.000 hectáreas reivindicándolas como "territorio mapuche recuperado", acción que realizaron modificando los límites del campo que poseía la familia Reuque, instalando una casilla que es usada como puesto de control y realizando nuevos alambrados, poniendo una tranquera de hierro con postes de madera con un candado de gran tamaño y eliminado los alambrados existentes y una tranquera que se encontraba allí, cerrando un camino vecinal e impidiendo la circulación de toda persona por el camino antes mencionado.

En la sentencia se había destacado como esencial el testimonio de un empleado policial que acudió el día de los hechos al lugar y que más tarde tuvo intervención ante la presentación que realizaron los acusados: “Joaquín Collihuin acompañando a Evaristo, hicieron una exposición policial en la que se dejó constancia que se hacía presente ante la prevención policial como werken de la Lof Che Collihuin y acompañado del lonco de la Lof Evaristo Collihuin, para poner en conocimiento que mediante comunicado realizado en fecha 9 de noviembre de 2019 han ejercido los derechos de posesión ancestral y pacífica del territorio, de quien en vida fueran Felipe Collihuin y Mercedes Painefil, sito en Lote 68, Sección novena del paraje Chacay Huarruca.

Una relación que cambió con el tiempo y un homicidio que empeoró todo

Los Reuque y los Collihuin ocupan los campos en la zona hace cientos de años. Siempre tuvieron una buena relación y se asistieron mutuamente durante décadas. Cuentan que en el pasado no había alambrados que dividieran los campos y que bastaba la palabra para acordar y respetarse. Pero la muerte de los ancestros y el crecimiento de hijos, nietos y bisnietos cambió todo el escenario.

De hecho, el 7 de junio de 2005, Evaristo Collihuin asesinó mediante dos disparos de arma de fuego a Ademar Reuque, porque creyó ver en él un ademán de extraer un arma de su cintura. Collihuin fue condenado a ocho años de prisión, cumplió su pena y regresó al campo, donde es el líder de la comunidad que cada vez está más enfrentada a los Reuque.

Los Collihuin sostienen que esas tierras les pertenecen por derechos ancestrales y no aceptaron nunca las resoluciones, certificados y permisos de uso y ocupación y alambrado que extendió la Dirección de Tierras de Río Negro a la familia Reuque, como tampoco aceptaron la decisión que tomó la justicia cuando en la sentencia les impusieron la obligación de restituir el predio. Responden que son todas mentiras.