La emergencia hídrica es una realidad que afecta a toda la región y que es tema de preocupación y de búsqueda de soluciones por parte de los gobiernos de Río Negro y Neuquén.

En las últimas horas una baja extraordinaria en los ríos Limay y Neuquén comenzó a sentirse en Neuquén capital, con problemas en la captación de agua.

De sostenerse el problema, el impacto será cada vez más directo en el río Negro, afectando a las ciudades cuyas plantas potabilizadoras se abastecen de este curso.

La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), indicó que en la actualidad se erogando 170 metros cúbicos de agua desde las represas.  Son 130 litros menos, lo que repercute directamente en la capacidad del servicio.

En la vecina capital la bajante del Limay afectará según el Ente Provincial del Agua (EPAS), entre un 5 y un 10 por ciento de la población.

"Es un cuadro preocupante y tenemos que tomar medidas para concientizar a la población”, aseveró Fernando Frassetto, uno de los pronosticadores de la AIC, en una nota a este portal en abril de este año. En Santiago de Chile ya empezaron a racionar la distribución domiciliaria; en San Juan y Mendoza están trabajando a cuenta de las reservas subterráneas y Neuquén ya desarrolla la búsqueda de nuevos depósitos para poder abastecer a los parajes cordilleranos.