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| 15/05/2022

Rodado mixto

Rodado mixto
Fotos: Facundo Pardo
Fotos: Facundo Pardo

El joven Miguel ingresó al colegio industrial El Rayo de la Ciudad de Buenos Aires y ello le marcó su vida para siempre. Ahí aprendió música y mecánica, lo cual le permitió habitar la pasión por el clarinete, el saxofón y la construcción de bicicletas.

En la parte trasera de su casa está el pequeño y exquisito museo y su taller. En el patio hay una pequeña carpa, donde una joven pareja, compuesta por una Argentina y un francés, repone fuerzas para continuar rodando por la Patagonia, disfrutando de la generosidad del dueño de casa, que ofrece un refugio a los viajeros alrededor de la pasión por el ciclismo. Miguel Nitzsche se define a sí mismo como un “antropólogo ciclístico”, pues adonde vaya se interioriza de la historia ciclística de pueblos o parajes por donde pasa en su rodar. A veces esa pasión lo lleva a adquirirlas y restaurarlas. “En general trabajamos por encargos. Hacemos de competición pero ahora más que nada estamos haciendo las de viaje, equipadas con parrillas para llevar las alforjas”, dice Miguel mientras ingresa al taller donde trabaja junto a su hijo, heredero de la pasión.

“Me crié en el Gran Buenos Aires. Como era 'pata dura' para el fútbol y muy grandote de cuerpo, andaba en bicicleta. En esos años andaban en bici los niños, los que competían o los pobres. No era como ahora, no estaba de moda. Mi viejo, que llegó de Alemania a los 16 años en el 30, era administrativo de una empresa y andaba en bicicleta. Era un caso excepcional”. Miguel cuenta curiosidades de su museo, mientras de fondo se escucha el ruido de las máquinas del taller. Una réplica de una ganadora del tour de Francia 39, una Peugeot del 59 y una italiana urbana de la década del 50. Y llega a la conversación su otra pasión: la música. "De pibe me mandaban a estudiar guitarra, en el barrio. Después en el colegio industrial había una banda, ahí tocaba la batería. En ese colegio, ya en esa época, había de todo: talleres de artesanías, ebanistería, joyería, mecánica, diseño. Había de todo. Ahí un profe me dijo si quería aprender a tocar el saxo".

Terminado el colegio secundario, antes de radicarse en Bariloche en el año 83, el inquieto "ciclomúsico” llevó adelante las más variadas tareas: integró la banda de la Policía en Buenos Aires, trabajó como profesor de inglés, manejó máquinas retroexcavadoras. Ya radicado, trabajó en la CEB para, finalmente y ante la demanda de su taller, decidir dedicarse exclusivamente a ello. Así llegó a estos días, los que transcurren entre su museo, el taller y los escenarios, mientras disfruta de su jubilación. Se detiene junto a una bicicleta Pinarello y desgrana la historia: “Hace unos años pasó por acá un alemán que vio mi colección y me dijo que tenía una Pinarello. Cuando una de mis hijas andaba por España, él le mandó una encomienda desde Alemania y acá está".

Miguel Nitzsche a veces hace que sus dos pasiones confluyan, como por ejemplo en el verano, una de las bandas que integra se iba a presentar en Las Grutas, por lo que días antes tomó su bicicleta y se fue por Las Bayas, Mamuel Choique, Jacobacci y toda la Ruta 23 hasta llegar a el balneario. “Llegué a Las Bayas y me acerqué al destacamento de policía. Le pregunté si podía alojarme ahí y me dijeron que sí. Al rato comimos un cordero y uno de los presentes agarró la guitarra y la armónica y se armó lindo” dice con alegría este vecino, que integra bandas de jazz, blues y tango. Estuvo a cargo de la Banda Escuela de La Llave y también en Villa La Angostura. Fue uno de los creadores de la Banda Atómica, de dilatada trayectoria en nuestra ciudad. Hoy recibe encargues de vecinos y de otros lugares del país para fanáticos que desean tener una bicicleta hecha a medida y despunta el vicio en algunas carreras ruteras.

Una hermosa charla con Miguel, quien historia algo de los orígenes de la bicicleta a la par de comentarios sobre las orquestas de tango y anécdotas, mientras en el taller esperan hierros para seguir escuadrando, soldando y limando lo que va a ser una de sus creaciones, la que cada una llevará impresa su pasión y dedicación. Por momentos pareciera que cada caño o hierro tuviera su propia historia. Por ahí se ve la estructura de lo que será una bicicleta doble, piñones, platos, cadenas y demás elementos. Miguel, buscará algunos remansos donde navegar por internet para encontrar alguna bicicleta antigua para restaurar o recibir a alguien que se la trae. Mientras, hojea partitura para algún próximo concierto.

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