Ocurrió en San Miguel de Tucumán y fue el detonante para que el jefe del joven tomara una drástica decisión.

Martín Abraham tiene 19 años y el lunes pasado vivió un trágico hecho de inseguridad cuando trabajaba como repartidor para una de la dos sucursales de la reconocida sandwichería “El Turco”.

Mientras entregaba un pedido, fue abordado por un delincuente que, sin mediar palabra, lo atacó con un machete para asaltarlo y le cortó cuatro dedos de su mano izquierda. “El machetazo iba directamente al cuello o la cara. Martín levantó el brazo para defenderse y le cortó los dedos. No sabemos si lo quería matar o robarle la moto”, dijo Juan Pablo Delgado, amigo de la víctima y encargado de una de las sucursales.

El agresor huyó con rumbo desconocido y en la mañana de ayer la Policía provincial detuvo a un sospechoso. Se trata de Gabriel Rojas, de 22 años, quien cuenta con antecedente penales. En el allanamiento no se encontró el arma utilizada en el ataque.

Abraham se encuentra fuera de peligro. Lo que más lamenta Delgado es que está en estado de angustia y nerviosismo permanente, tomando medicación para las heridas. Además, recientemente fue papá. “Le quedó el dedo gordo nada más”, contó.

Explicó también que, desde que comenzó la pandemia, instauraron el sistema de reparto a domicilio para mantener la clientela. Sin embargo, los robos se convirtieron en una amenaza para el negocio. En casi dos años siete motos perdieron los cadetes en hechos de inseguridad, aunque jamás se llegó a este nivel de brutalidad.

Por este motivo Sergio Santillán, el dueño, decidió cortar el problema de raíz: suspendió los repartos nocturnos y reacomodó a los cadetes de la noche. “Lo que le pasó a Martín fue el extremo. Nuestro jefe nos reunió a todos y decidió, lamentablemente, sacar los repartos nocturnos. Había más de 15 cadetes. Los reacomodó a todos en la cocina para que no se queden sin laburo”, resaltó Delgado.