EMOCIONES ENCONTRADAS

| 26/12/2021

Gracias

Gracias

Esta palabra es la primera que me vino a la mente al sentarme a escribir para la columna que desde hace unos cuatro años publica “El Cordi”. Es época de eso, de dar gracias, con el corazón y con la humildad de saber que muchas cosas nos suceden porque alguien nos facilita caminos. En este caso, la página de un diario, para llegar a los lectores. Ya cayó la noche y en la sala solo se escucha el repicar del teclado, mientras el pinito parpadea insistentemente con sus luces, marcando el tiempo navideño. Aquel milagro del amor hecho hombre, que nació hace 2021 años, nos convoca alrededor de una mesa, para brindar, comer y abrazarnos, a reencontrarnos y, si fuera necesario, a perdonarnos. También la despedida de un año que se va, al cual cada uno recordará u olvidará, según haya ido en sus doce meses; también la expectativa del que llega y las ansias de que traiga más oportunidades.

Sin ser escritor, ni mucho menos historiador, he intentado desde esta columna dominical, ir dejando historias y relatos, testimonios y ficciones, que tienen que ver con nosotros, con nuestro terruño y con nuestra identidad. Son "emociones encontradas", andando por ahí, conversando con vecinos. También encontradas entre ellas: la risa con la pena, la ternura con el dolor.

Es momento de agradecer a los lectores, muchos de los cuales me cruzo en el andar cotidiano, lo cual nos confirma ese aire pueblerino que gracias a Dios todavía no hemos perdido. Hasta algunos se acercan para aportar datos, sugerencias y, por qué no, algunas críticas.

Por estas páginas han pasado desde viejos edificios hasta personajes que dejaron su impronta en nuestro Bariloche y que es necesario no olvidarlos. Ellos nos hablan de un tiempo pionero, de esfuerzos que fueron los cimientos para esta ciudad de hoy. Y también personajes de estos tiempos, animándose a veces a contar historias íntimas, honrando la confianza en quien escribe y en el medio, para ser publicadas.

Alguna vez, una amiga docente de las letras, que escuchaba mis consultas sobre escritura, me dijo: “Escribí con el corazón”. Eso es lo que trato de hacer, no sé si lo logro, pero lo intento. A veces, mientras doy vueltas y vueltas tratando de escribir, borrando y volviendo a empezar, frustrándome porque no me sale algo, entiendo a los y las periodistas del diario, a quienes veo diariamente en la redacción, haciendo humear los teclados, escribiendo para informar y me siento honrado, de poder entreverarme con ellos en esta humilde sección y aportar a la cultura, aunque sea este pequeño granito de arena.

Más arriba decía que el amor nació y se hizo carne dos mil años atrás. Es un hecho tan poderoso, que solo una lágrima de él sería suficiente para inundar al mundo. Levanto mi copa por ello, porque suceda. Felicidades y gracias.

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