La Colonia Dignidad, ahora llamada Villa Baviera, ubicada en el sur chileno, es tristemente conocida por una serie de hecho nefastos. Abuso de menores, centro clandestino de detención, tortura de al menos cien personas y desaparición de unas cuarenta, servidumbre y esclavitud de sus miembros, son algunas de los hechos que salen a la luz. La valentía de los denunciantes y el tesón de los organismos de derechos humanos han logrado que se haga justicia, al menos en parte. Todo esto puede verse en la miniserie documental de seis capítulos llamada “Colonia Dignidad: una secta alemana en Chile”.

Tomo comenzó en 1961 con la inmigración de un grupo de alemanes que deseaban una nueva vida, en comunidad, sin contaminación mundana, haciendo culto al trabajo y a la autosuficiencia, bajo la carismática conducción religiosa de un exsuboficial nazi llamado Paul Schaeder. En Alemania tenia en ese entonces cargos por pederastia y por eso huyo.

En el documental se registra la visita de Anna Schnellenkamp a su padre, uno de los cómplices sentenciados por asociación ilícita. Ella lo enfrenta, la hace preguntas incomodas, indaga sobre detalles. Hay momentos incomodos cuando insiste en pedir explicaciones. Hay personas que necesitan saber la verdad sobre los horrores ocurridos. Ella lo hace de manera directa, sin rodeos, a la vez que le toma las manos o lo palmea. A pesar de ser una víctima directa, él no deja de ser su padre.  

Ahora le toca a ella desarmar este “Estado dentro del Estado”, reorientar sus actividades productivas -una de ellas es generar un punto de turismo rural, lo que algunos consideran un desatino-, reinsertar a sus habitantes en el contexto social después de décadas de aislamiento. Mantiene su postura de remediar lo acontecido.  Colaborar con el documental es parte de esto.