UNA PAREJA DE ANCIANOS DESESPERADA

| 27/10/2021

“Estamos poniendo algunas tablas arriba del techo para que no se nos vuele por completo”

“Estamos poniendo algunas tablas arriba del techo para que no se nos vuele por completo”
Fotos: Matías Garay.
Fotos: Matías Garay.

Al atravesar diferentes calles del barrio Omega, se pueden observar las consecuencias del viento del domingo.

Los daños en algunas casas son notorios.

Una en particular llama la atención porque parece una lata a la que se le estuviera sacando la tapa. 

De la vivienda, sale Margarita Chamorro.

Cuenta que ella, en realidad, vive en una propiedad que se encuentra detrás, pero que ahí adelante están sus abuelos.

La anciana, de la cual ella heredó su nombre, mira por la ventana, apenada.

En el patio delantero, se ve una silla de ruedas que pertenece al abuelo, Juan, que tiene problemas de movilidad. 

“Se nos están levantando todas las chapas”, dice la nieta desde afuera, para luego completar: “Y no sabemos cómo solucionarlo”.

Así como en otros lugares del vecindario el viento, si bien persiste, ya no se siente con la fuerza del domingo. En este sector –vaya a saber por qué– hay como un microclima particular donde un pequeño remolino no para de sacudir la estructura.

“Estamos poniendo algunas tablas arriba del techo para que no se nos vuele por completo”, señala la muchacha.

Igualmente, aclara algo que en realidad salta a simple vista: “Una parte ya no está”.

“Desde adentro, el cielo se ve a trasluz. Del techo quedó solo una parte, lo demás parece transparente”, añade.

Sus abuelos tienen ochenta y tres años.

“Hoy pude estar todo el día con ellos porque tengo franco en mi trabajo”, dice la joven, quien señala que tanto ella como su primo, que también vive cerca, están permanentemente atentos a ellos. “Pero cuando tenemos que trabajar, quedan solos, como pasó el domingo en el momento del viento y estuvieron muy asustados porque se les movía todo”, apunta para luego manifestar: “Ellos tienen su jubilación, pero no les alcanza para comprar chapas nuevas y no conocen a nadie que venga a hacerles el techo…”.

“Parece que todo quedó suelto”, agrega.

“La verdad es que mis abuelos ya se empiezan a desesperar”, concluye.

Aquellos que quieran comunicarse con la familia para brindar algún tipo de material, o bien ayudar a arreglar las partes que se dañaron, pueden comunicarse al +54 9 294 433-1215.

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