RESISTENCIA DE LOS HOTELEROS “PIONEROS”

| 22/10/2021

En 1935, no era bienvenido el hotel Llao Llao en Bariloche

En 1935, no era bienvenido el hotel Llao Llao en Bariloche
El hotel emblema, cuando faltaba poco para su inauguración.
El hotel emblema, cuando faltaba poco para su inauguración.

Si bien no daba abasto durante la temporada de verano, el sector hotelero gastronómico hizo lobby para que no avanzaran los planes de Ezequiel Bustillo. ¿Por qué el sector público iría a construir un hotel?

Los planes de modernización que impulso la Dirección de Parques Nacionales en la década de 1930 no fueron recibidos con beneplácito por todos los sectores de la vida barilochense. Entre otros, fue considerable el descontento que expresó el sector hotelero, al enterarse de que, con fondos de las arcas públicas, se pensaba levantar un importante hotel que rivalizaría con los suyos. Inclusive, fue importante el lobby que se desplegó para que la repartición abandonara el proyecto que, finalmente, derivó en el Llao Llao.

Como comentara una semana atrás El Cordillerano, el déficit en la oferta del sector hotelero-gastronómico de Bariloche fue una constante en las primeras tres décadas del siglo XX. En el rediseño de la localidad que ideó Ezequiel Bustillo, se incluía el levantamiento de un nuevo hotel en la zona de puerto Pañuelo, que pudiera seducir a turistas de alto poder adquisitivo. Ese proyecto provocó irritación en el pueblo.

“La Asociación de Hoteleros manifestó su disconformidad ante la decisión de Parques de construir el hotel Llao Llao en la península San Pedro, de primera categoría y de inmensas dimensiones. En una carta que el director del Parque Nacional Nahuel Huapi, Emilio Frey, envió a (Ezequiel) Bustillo con fecha del 15 de marzo de 1935, se evidencian con claridad los temores que los empresarios turísticos locales poseían frente a la Dirección de Parques”, según estableció la historiadora Laura Méndez, en su libro “Estado, frontera y turismo. Historia de San Carlos de Bariloche” (Prometeo Libros – 2010).

La carta que elevara Frey a su superior jerárquico no tiene desperdicio: “Las otras noches hubo una reunión de hoteleros de Bariloche, en el Hotel Parque con asistencia de los representantes de Exprinter (señor Voiseau). Eves, Villalonga, Navegación Capraro, senador señor Patrón Costas, el director de Aduanas, señor Pinedo, etcétera”. Nótese la participación en el cónclave de encumbradas figuras de la política nacional, entre ellas, el senador salteño que estuvo a punto de ser presidente.

Según la confidencia de Frey, “se ha tratado la situación creada este verano por la falta de alojamiento en los hoteles de Bariloche, llegándose a la conclusión que los hoteleros estarían dispuestos a ampliar las mejoras y comodidades, pero que se abstendrían en atención de que la Dirección de Parques construirá el hotel en Llao Llao. Se ha hablado que siendo los hoteleros de Bariloche los verdaderos pioneers (sic) que han favorecido la afluencia del turismo construyendo con uso de crédito los hoteles que ahora poseen, cuyas deudas recién les son posibles mitigar, ahora se les quiere poner a un lado”, es decir, apartar del negocio.

Añadía el director del Parque Nacional Nahuel Huapi que para los hoteleros, “la Dirección de Parques en lugar de construir el gran hotel en Llao Llao, cuya obra creen prematura, deberá de ayudárseles de inmediato para reforzar y ampliar los hoteles de Bariloche y los demás diseminados por el Parque, a fin de que estuvieran en condiciones de poder albergar a todos los turistas que vengan en la próxima temporada”.

Como consecuencia de los designios de Bustillo, “se ha creado una mala atmósfera por la construcción del gran hotel, que ciertos hoteleros no dejan de inculcar a personas de representación, diputados, senadores, etcétera”. Cabe recordar que en 1935 transcurría la llamada Década Infame, que significó la vuelta al poder de los sectores conservadores después del interregno radical.

Sin embargo, aquellos apellidos ilustres no tenían la misma concepción sobre el rol que debe desempeñar el sector público que sus herederos políticos de la actualidad. “Los hoteleros han manifestado que el Estado no debe construir hoteles, que su construcción debe ser iniciativa de empresas particulares secundadas financieramente por la Dirección de Parques”, transmitió Frey a Bustillo.

Finalmente, la Nación se salió con las suyas y el hotel Llao Llao se inauguró el 9 de enero de 1938, apenas tres años después del planteo de los hoteleros tradicionales de Bariloche. Un incendio afectó sus instalaciones en octubre del año siguiente, pero con idéntica premura, se reinauguró en diciembre de 1940. Bustillo se salió con las suyas y el establecimiento, se convirtió rápidamente en alojamiento para turistas de alto poder adquisitivo, políticos y diplomáticos.

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