EL INVAP Y LA MADERA

| 17/10/2021

De los satélites a la carpintería

De los satélites a la carpintería
Foto: Matías Garay.
Foto: Matías Garay.

“Estuve tres años en INVAP, en el área satelital”, cuenta Federico Fernández Lubnicki.

Más allá de lo importante que es desempeñarse en esa institución, la frase no tendría mayor resonancia si no fuera porque Federico es uno de los treinta finalistas que persiguen el capital semilla de ciento cincuenta mil pesos del programa Emprendedores de Río Negro, impulsado por el banco Patagonia y la fundación Nobleza Obliga… por su labor como carpintero.

Oriundo de Cipolletti, llegó a Bariloche para sumarse a INVAP como ingeniero mecánico.

“La experiencia fue grandiosa, formidable, y aprendí un montón. Conocí gente de un nivel extraordinario”, señala.

“Trabajé en algo que no esperaba: la mecánica de la parte aeroespacial”, apunta.

Así, indica que intervino en los satélites Arsat (1 y 2) y también en el SAOCOM.

“Participé bastante, sobre todo en el primero, en lo que es dinámica de estructuras, particularmente en los ensayos de calificación para poder subirlo al lanzador: cuando el cohete despega se somete a vibraciones que lo pueden destruir, entonces tenés que modelar por computadora y demostrar que, cuando llegue el momento del lanzamiento, no le va a pasar nada malo”, explica.

“Incluso tuve la suerte de viajar a Francia como representante de INVAP en el ensayo de recalificación de la antena del ARSAT-1”, indica.

Puntualmente, fue a Toulouse, donde permaneció un par de semanas. “Pude ver como trabajaban en otro país de primer nivel y no me llevé ninguna sorpresa, porque más allá de la cantidad y tamaños de los satélites, la forma en que se desempeñaban no era más rigurosa que la de acá”, expresa.

Pero, tras aquellas experiencias más que satisfactorias, menciona que “el trabajo se había tornado muy de computadora y escritorio”.

“Siempre apunté a un tipo de trabajo dentro de la ingeniería, pero después me di cuenta que no era lo que más me agradaba. Me desempeñaba como especialista en cálculo y métodos numéricos… Me llevó tiempo y cumplir labores en distintos lugares descubrir que prefería otra cosa”, expone.

Así, casi sin querer, ingresó, por un amigo que se lo propuso, en el mundo de la carpintería. Fue apenas hace unos poco años… Hoy se lo ve feliz, en un proyecto familiar junto a su pareja, y es uno de los finalistas de un concurso por ciento cincuenta mil pesos... No está mal. 

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