ENTREVISTA A SOLAS

| 01/08/2021

Dietrich: “El kirchnerismo gobierna con la mentira, la improvisación” y Alberto “vive en un tupper”

Dietrich: “El kirchnerismo gobierna con la mentira, la improvisación” y Alberto “vive en un tupper”
Foto: Facundo Pardo
Foto: Facundo Pardo

El ex ministro de Transporte de la Nación durante la gestión de Mauricio Macri, Guillermo Dietrich, estuvo en Bariloche y rompió el silencio, luego de un año sin entrevistas. Eligió visitar la redacción de El Cordillerano, donde mantuvo una muy extensa charla con este medio, abordando la política rionegrina, la nacional, candidaturas, temas puntuales como el Transporte Urbano de Pasajeros y la política de subsidios durante su mandato (ver nota aparte).

Fue muy crítico con el gobierno nacional. También tuvo momentos más sensibles, donde recordó a dos amigos fallecidos por Covid. Dejó interesantes consideraciones y frases como: “Macri se fue del gobierno por la puerta grande y en andas por la gente”. Una conversación a fondo, donde no dejó tema sin tocar.

El Cordillerano: - ¿Qué está haciendo en Bariloche? Sabemos que está hace algunas semanas…

Guillermo Dietrich: - Estoy feliz de estar acá. Hoy la tecnología te permite trabajar desde cualquier lugar y yo soy un fanático de la tecnología. Amo la Patagonia y estoy mezclando mis tres vidas actuales: política, trabajo y familia. En cuanto a la política estoy teniendo reuniones con dirigentes, con los fiscales, con voluntarios, gente de la sociedad, por lo que estuve en El Bolsón, en Neuquén, en Villa La Angostura y en estos días estaré con Aníbal Tortoriello en Cipolletti. El trabajo lo sigo haciendo a distancia y acompaño a mi familia que hace mucho que no me tenía en vacaciones de invierno, por lo que estoy disfrutando con ellos.

E.C.: - Entiendo que ya se juntó con Tortoriello en su paso por Bariloche…

G.D.: - Sí, venimos hablando mucho. Tuvimos una reunión con el grupo de fiscales muy comprometidos que tenemos en Bariloche. Tenemos un gran candidato, Aníbal es una persona sumamente íntegra, con mucha experiencia en su vida privada donde es un empresario exitoso y que se metió en la política para aportar. Hizo un gran trabajo en Cipolletti, rompiendo un montón de negociados que había. Es una persona que va a representar muy bien nuestros valores en el Congreso.

E.C.: -¿Lo ve como candidato a gobernador?

G.D.: - Claramente. Hay una elección de por medio, pero es un tipo con mucha convicción. Es muy enfático, es un aporte espectacular a la política en Río Negro.

E.C.: - Quienes lo critican, dicen que le falta cintura política…

G.D.: - Puede ser. El mundo perfecto no existe y se va aprendiendo. Lo importante es que tiene mucha convicción y es muy finita la línea entre la convicción y el cabeza dura. Es una línea que tenemos que trabajar todos los que tenemos muchas convicciones.

E.C.: - Hay una interna dentro del PRO rionegrino, por ejemplo, Sergio Wisky apoya la lista de Mario de Rege…

G.D.: - Sergio es un amigo que hice con la política. Creo que hay momentos, me parece que este es el momento de Aníbal, pero después hay decisiones personales. Lo importante es que hay tres listas de Juntos por el Cambio (JXC) en Río Negro: una del PRO, dos radicales. Las cuales se están generando con mucha armonía. El ideal es que tengamos alternativas para que la gente elija lo que más le gusta. Puede haber una chispa interna, pero después para la elección general vamos a estar todos en la misma lista empujando. Yo estoy trabajando y apoyando la lista de Tortoriello, pero respeto a los dirigentes radicales.

E.C.: - ¿En la estrategia electoral, a ustedes les conviene la polarización del electorado, para ganarle a Juntos Somos Río Negro?

G.D.: - Sí, pero soy muy cuidadoso en las dinámicas locales. Conozco mucho la provincia, de hecho la crucé toda por la Ruta 23, recorriendo la enorme obra que hicimos. La realidad es que hay distintas facetas en esta elección donde se juega mucho la institucionalidad futura argentina y no tengo dudas que JXC es quien mejor la representa. No tenemos ningún compromiso con nadie, más allá de una buena relación con Alberto Weretilneck o con Gustavo Gennuso. Pero nosotros tenemos una postura política, que es la que defiende la mayoría de los argentinos, que es la de un país con diálogo, sin agresiones, con integridad, sin corrupción, con respeto a las instituciones con independencia a la Justicia, apertura al mundo. Nosotros somos el espacio que cuida eso y que lo va a defender pase lo que pase. Por eso en esta elección de medio término, los rionegrinos, deben votar por JXC porque van a estar defendiendo todo el tiempo eso, sin ninguna complicidad con el gobierno nacional. Cuestiones como la toma de los mapuches en Villa Mascardi, que es una tragedia. Ayer pasé por ahí y me impactó lo que vi. Parecía un lugar donde hubo una guerra. Y la angustia que sufre la gente, porque siente que hay un gobierno nacional que no los defiende en lo más mínimo y que en algún punto, pareciera ser cómplice. Todos los componentes de nuestro espacio como el PRO, la UCR, el ARI, el gran aporte de Miguel Pichetto, todos vamos a defender esos valores, porque somos gente que tiene mucha convicción en esto.

E.C.: - Habló de la Ruta 23, obra que usted prometió terminar en 2019. ¿Le molesta no haberlo cumplido?

G.D.: - Me duele, pero soy una persona muy optimista. Esa obra comenzó en la década del 80 y de ahí hasta 2015 no se hizo absolutamente nada. Y de los 300 kilómetros que faltaban, nosotros hicimos 240 o 270. Hicimos el 80 por ciento. Me pasó lo mismo con la Ruta 19 en Córdoba. Nos pusimos objetivos muy ambiciosos y nos faltó un poco. Siempre pensé que en dos años se terminaba, pero no pasó. La obra pública en la Argentina prácticamente desapareció y hoy la 23 debería estar terminada.

E.C.: - ¿Qué otras reuniones tuvo en Bariloche?

G.D.: - Tuve un encuentro con Gustavo Gennuso, que en un principio habíamos tenido una diferencia por un proyecto de ciclovía, pero no recuerdo bien. Pero él jugó muy bien con “la revolución de los aviones” y fue una voz que entendió rápidamente que por ahí iba la cosa y no especuló en nada. La conectividad aérea te cambia la vida. En 2015 hubo 800 mil pasajeros en el aeropuerto de Bariloche, en 2019 hubo 1,8 millones. En 2023 iba a haber 3,2 millones de pasajeros. Ese movimiento por Bariloche y la región sería fabuloso. Hoy se estima un número menor al de 2015. Entre 600 y 700 mil pasajeros. Gennuso vio eso y no especuló. También estuve con el gobernador de Neuquén. Tengo relación con dirigentes de otros espacios como ellos y después en las elecciones estamos en lugares diferentes. Pero creo que en la Argentina que viene en 2023, hay que buscar más consensos. Hay dirigentes que más allá de estar en espacios políticos distintos, entienden que se debe trabajar juntos sobre diferentes temas, que no hay que pelearse.

E.C.: - Es el ideal de lo que aspira la población… que los proyectos de gobierno, que los objetivos de la clase dirigente se mantengan en el tiempo y no cambien cada cuatro años…

G.D.: - Me gusta que digas clase dirigente, porque para mí esto es sindicalismo, empresarial, periodismo. Hay ciertas cosas que discutir, pero pongámonos de acuerdo. Como las tarifas y los subsidios en la energía. Qué sistema de provisión de energía queremos en nuestro país, o de sistema de transporte público. Las discusiones de fondo hay que darlas, que muchas veces no se dan porque el populismo las simplifica y te lleva a lugares de difícil salida. Esas cuatro o cinco cosas, la dirigencia debemos ponernos de acuerdo, competir en las elecciones, pero después ir y trabajar juntos en eso. Vamos a llegar a un piso, donde va a ser una responsabilidad moral hacer eso, porque estamos peor que nunca. Hay un montón de jóvenes que no vivieron el 2001 y empiezan a ver lo que es estar mal en serio ahora y no se ven perspectivas de mejora.

E.C.: - Yendo al plano nacional, ¿cómo se lleva con Pichetto? Alguna vez lo trató de estúpido porque usted estaba en Zoom desde Punta del Este… ¿Están enfrentados?

G.D.: - Alguien le dio una información incorrecta. Estuve el verano en Punta del Este, pero ya había vuelto. El día que Miguel dijo eso, yo estaba recorriendo las ciclovías con Juanjo Méndez. Con Pichetto no tengo ningún problema, lo valoro mucho. Estando él en el Senado, me pedía por la Ruta 5, cercana a su pueblo, Sierra Grande. Su aporte fue enorme y su lealtad también. Porque él entró y al poco tiempo nos fue mal en las PASO, podría haber actuado distinto y actuó con mucha fidelidad. Fue un gran vocero. Participó mucho en el gabinete. En aquel momento le escribí, le dije que no era así y quedamos en juntarnos algún día, está todo bien. Los problemas están afuera, la política es muy dinámica. También tuve discusiones estando en el gobierno, con Alfredo Cornejo, con José Corral. Pero todos queremos lo mismo en los temas importantes para el país. Pero a veces uno hizo un gesto o dijo algo y la otra persona lo interpretó distinto.

E.C.: - ¿Cómo ve la disputa de poder dentro del PRO? ¿Dónde se ubica usted?

G.D.: - En el rol que tengo hoy, que no estoy jugando por nada, pienso que hay muchas coincidencias que generalmente no se ven. Porque siempre se ven más las diferencias. He trabajado mucho y tengo una relación de mucha confianza con todos: con Mauricio (Macri), con Horacio (Rodríguez Larreta) y valoro mucho a ambos que me han ayudado a crecer en política y valoro el liderazgo de ambos. Siento que ahí puedo aportar. Pero creo en la mirada más amplia. Las coaliciones sistemáticamente explotaron por el aire. La Alianza en 2001 explotó a los dos años, la nuestra es una de las coaliciones más diversas, con personalidades muy diferentes como la de Elisa Carrió. También Alfredo Cornejo es un hombre de mucha personalidad y muchas convicciones. Creamos una alianza electoral para una elección que muchos pensaban que perdíamos, pero que ganamos y gobernamos en minoría durante cuatro años. Con un montón de dificultades, con diferencias internas que algunas se vieron y otras no. Pero las diferencias existieron.

E.C.: - De las que se vieron… el radicalismo siempre reclamó no tener protagonismo en el gobierno de Macri.

G.D.: - Para mí no es así. Había ministros radicales que tenían mucha voz. Había presidentes de los bloques radicales con mucha voz, como Mario Negri, Luis Naidenoff. Todas las semanas había una reunión de gabinete donde estaban ellos. Oscar Aguad, que es un radical que tuvo un rol muy importante dentro del gabinete, que siempre fue ministro. Muchas veces me dio muy buenos consejos y hoy lo siento un amigo. Tengamos en cuenta que fuimos un espacio político, donde después toda la dinámica no menor, se daba con gobernadores e intendentes que eran radicales. Por lo tanto, yo creo que la cosa ha estado mucho más equilibrada que lo que ciertas miradas creen. Pero yo iba al punto de que, terminamos el gobierno y seguimos unidos. Perdimos las PASO y seguimos unidos. Había mucha gente que decía: esto explota. Porque Lilita se va, los radicales se van, el espacio de Emilio Monzó se va de Juntos por el Cambio y no pasó nada de eso. Y hoy vamos a una elección de mitad de término, todos juntos. Eso tiene un valor enorme. Hoy el sistema es más horizontal, con liderazgos distintos y tenemos la posibilidad de elegir, para la gente, en un montón de provincias. Yo tengo una mirada bastante positiva de todo el proceso, tanto dentro del PRO, como de Juntos por el Cambio…

E.C.: - ¿Por qué cree que Macri habiendo sido presidente, hoy aparece con una imagen más desdibujada dentro del espacio?

G.D.: - No lo veo así. Creo que cada uno tiene que entender su rol. Saliendo de Mauricio, el secretario de Transporte de la ciudad de Buenos Aires, es Juanjo Méndez. Era mi jefe de Gabinete en la ciudad. Yo fui ministro de Transporte, él secretario. Éramos todos un equipo que yo lideraba. Trabajamos mucho juntos con total afinidad. Hoy Juanjo es una figura muy fuerte en la Ciudad de Buenos Aires, que está en los medios todos los días. Yo no estoy casi nunca. Estoy orgulloso de lo que ha crecido y es un proceso lógico de los distintos roles. Eso no significa que él me llame y me pide una opinión sobre algún tema o me convoca a una reunión de su equipo. A mí, a Germán Bussi o a Guillermo Kranzer. Y el rol de Mauricio ahí, es importantísimo. Lo valora mucho Horacio, María Eugenia (Vidal), yo. Mauricio tiene un rol fundamental dentro de nuestro espacio. Y tampoco estamos tan acostumbrados a esto. No tenemos tantos expresidentes y sus roles nunca han estado tan claros. En este caso, Mauricio es un expresidente no peronista, que se fue del gobierno por la puerta grande y en andas por la gente, que tiene la oportunidad de volver al poder y esto no pasó ni con Raúl Alfonsín, ni con Fernando de la Rúa, las dos experiencias más cercanas de gobiernos no peronistas.

E.C.: - ¿Y a quién se imagina candidato a presidente en 2023?

G.D.: - Soy de las personas que me considero privilegiadas de este país, por mi situación, sin embargo he vivido una angustia este año con… (carraspea) dos amigos íntimos que se murieron. El último fue Matías Medinger, que su padre fue uno de los fundadores de la Villa Catedral. Mi mamá con una angustia tremenda porque se vacunó hace cuatro meses y no le llega la segunda dosis y nadie tiene idea de cuándo va a llegar. Esa angustia la vivimos todos. A algunos nos pegó exactamente al lado. Hay padres que perdieron hijos por Covid, pero los perdieron porque no hubo una vacuna. Es tremendo eso. Todo el sector económico se destruyó a partir de las decisiones que se tomaron con la pandemia y la mala administración de la crisis. Restaurantes, hoteles, empresas de transfer, de turismo que cerraron, un montón de pymes. La situación es muy complicada. Nunca hubo una caída de la economía tan grande como la que tuvimos el año pasado. Entonces frente a eso, donde la preocupación de la gente está ahí, hacer elucubraciones de quién puede ser el candidato en 2023, es parte de la desconexión que tenemos los políticos con la gente. Si aparte de eso, ves como un análisis que en 2013, se especulaba quien sería candidato en 2015, todas las fichas estaban puestas en Sergio Massa. En 2009 para el 2011, todo apuntaba a Francisco De Narváez. En 2017 estaban todas las fichas puestas en que Macri reelegía. Entonces es tan dinámico, que creo que todos debemos enfocarnos en solidificar este espacio político que tenemos, que vayan creciendo dirigentes. Y si después tenemos cinco candidatos a presidente para 2023, es lo mejor que nos puede pasar…

E.C.: - El peronismo asegura que con Macri la administración de la pandemia sería mucho peor, con más muertes… ¿Cuál es su opinión?

G.D.: - Acá no importa tanto el quién, sino el qué. Yo opino que la mayoría de la sociedad está viendo por primera vez, que hay una forma de gobernar con la mentira y la improvisación, que se acabó y que no da para más. Eso es el kircherismo gobernando. La mentira: Pfizer nos pide los glaciares. De hecho, se acaba de firmar con Pfizer y no se los pidieron. Es mentira. La improvisación: cuando vos tenés un proyecto complejo, siempre hay que ser optimista, pero siempre hay que pensar el peor escenario. Un proyecto complejísimo era la compra de vacunas, con vidas detrás. Vos tenés que asumir que te pueden fallar dos o tres proveedores. Entonces, tenes que ir a siete proveedores. Tenés que estar cubierto por todos lados. No es que tenés mala suerte, es que las cosas malas pasan. Un ejemplo de eso, es por qué nosotros empezamos la obra del aeropuerto de Esquel. Porque Esquel es la alternativa de Bariloche y la realidad es que si explotan las tormentas, tenés que tener un aeropuerto con capacidad las 24 horas. De esa forma se toman decisiones en cosas complejas. El kirchnerismo no entiende esa forma de gobernar, no lo sabe. Quieren arreglar todo con alambre y eso es el kirchnersimo y el gobierno de Alberto Fernández.  Nuestro gobierno era todo lo contrario a eso, transformación, planificación, proyectos con expertos. Cuando nos equivocamos explicamos por qué lo hicimos. Y así hicimos transformaciones muy profundas.

E.C.: - Usted habla de la mentira, pero perteneció a un gobierno que llegó al poder prometiendo pobreza cero, un dígito de inflación y la construcción de 3 mil jardines de infantes… es fácil contrariarlo…

G.D.: - Pero la realidad, es que pobreza cero era una visión de país hacia dónde ir. El país que había que construir y, de hecho, lo fuimos haciendo. En 2017 llegamos a los mínimos de pobreza y después tuvimos la crisis de 2018 y los impactos que tuvimos. Pero pobreza cero es infraestructura, es el Metrobus a La Matanza, duplicar la conectividad de agua potable en Bariloche, conectividad para que vengan turistas a Bariloche y eso le da trabajo a la gente, es ir a China y gestionar para que nos compren más cerezas. Es un proceso. No es que mañana vamos a tener pobreza cero. Es cierto, que se planteó una cuestión aspiracional, como con los jardines de infantes y después no se pudo cumplir. Pero se reconoció que no se pudo cumplir. Antes hablábamos de la Ruta 23 y yo no digo que la terminamos, o que nunca dije que la terminaría. Sí, nosotros dijimos que la íbamos a terminar y no lo hicimos. Puedo explicar por qué: porque se cayó un contratista en uno de los sectores, porque tuvimos problemas hidráulicos que no estaban contemplados, pero los explico, podés compartirlos o no, pero no lo niego. Acá, nosotros no sabemos por qué no se compraba la vacuna de Pfizer. No sabemos. Y si hubiera llegado la Pfizer, mi amigo Matías Medinger hoy estaría vivo. Porque había 13 millones de vacunas, porque miles de personas no se hubiesen muerto. Es estadístico, que si tenés las dos vacunas, la mortalidad se reduce infinitamente y más en personas de 50 años.

E.C.: - Pero Pfizer no terminó de proveer a otros países donde había comprometido vacunas…

G.D.: - Pero por eso mismo, hay que ir con Pfizer, la vacuna china, con la de Moderna, con la Sputnik, porque puede pasar eso. Pero hoy Uruguay está con más del 60 por ciento de vacunados dos veces y tuvo muy pocos muertos.

E.C.: - Uruguay tiene la densidad poblacional menor a una provincia argentina…

G.D.: - No importa. Los americanos son cuántas veces más grandes que nosotros. Y los canadienses. Y los chilenos…

E.C.: - Dio diversos ejemplos complejos. Estados Unidos y Canadá concentraron cantidades enormes de dosis superiores a su población, Chile compró una vacuna (Sinovac) que hoy parece que no es eficiente y tiene que volver a vacunar…

G.D.: - Seguro, pero la realidad es que hoy Argentina es el país con más contagiados en el mundo por cantidad de habitantes y no se trata de ser un país grande o un país chico. Nosotros teníamos el acceso a esas vacunas, porque hicieron las pruebas acá, por lo que fuese. Y dijeron que no. No es que dijeron que sí, que cerraron todos los contratos y después todas las vacunas del mundo se las quedaron los chinos, los rusos y los americanos y no se las dieron a nadie. No fue eso lo que pasó. Hoy España les cierra las fronteras a cuatro países en todo el mundo, entre ellos Argentina, por esta cuestión. El problema no es que a veces las cosas salgan mal, sino que el problema es cuando vos las hacés mal. Y mucho más cuando mentís. Y cuando no explicás y lo único que decís es que la oposición tiene un arreglo con Pfizer. No, es así. No queremos un vacunatorio VIP, yo no fui a pedirle a la Ciudad de Buenos Aires que vacune a mis padres o a mí. Sino para la gente, porque la gente se muere. Acá estamos como si hubiese caído un avión todas las semanas durante dos años. El problema es que acá hubo un presidente que dijo yo priorizaba la salud sobre la economía, que haya un 10 por ciento más de pobres, pero nunca aceptaría que haya más de 100 mil muertos. Bueno, ya lo superamos y vamos a superarlo mucho más.

E.C.: -¿Ve algún aspecto positivo en el gobierno de Alberto Fernández?

G.D.: - Sí, continuaron en el tema de transportes de cargas, la línea que nosotros hicimos. Donde también continuamos algunas cosas que había hecho Florencio Randazzo. Ahí hay un ejemplo de política pública. Siguieron con el trabajo de SUBE que nosotros veníamos haciendo, donde también tomamos el trabajo de Randazzo y lo profundizamos muchísimo. Yo creo que, como en todo espacio, hay gente destacable sin dudas, pero el problema es que acá hay un ADN que es la mentira y la improvisación. El presidente dice que nosotros no hicimos obra pública, cuando tuvimos récord histórico de asfalto vial en 2018 y le pregunto a cualquier barilochense, rionegrino o argentino, si vio obras en las rutas, trasformaciones, va a decir que sí. Entonces, este tipo está en un tupper. Es una mentira eso que dice. Yo no salgo a responder cada cosa, porque la gente se da cuenta. No se puede gobernar más el mundo con improvisación, es cada vez más complejo. Hace 60 años podías manejar un negocio o una organización con improvisación, hoy no. Muchísimo menos un país.

 

 

 

 

 

 

 

 

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