EL ESCRITOR FALLECIÓ REPENTINAMENTE

| 22/06/2021

Juan Forn, en los recuerdos que atesora Luisa Peluffo

Juan Forn, en los recuerdos que atesora Luisa Peluffo
Forn, Isidoro Blaisten y Luisa Peluffo. Buenos Aires, 1989.
Forn, Isidoro Blaisten y Luisa Peluffo. Buenos Aires, 1989.

Cuando obtuvo el Premio Emecé de Novela en 1989, la barilochense intercambió varios conceptos con su colega, que por entonces se desempeñaba como asesor editorial. Invalorables papeles mecanografiados.

Al trascender el inesperado fallecimiento de Juan Forn, la escritora Luisa Peluffo compartió un recuerdo inestimable: los conceptos y sugerencias de corrección que el escritor le hiciera llegar en 1989, cuando la barilochense obtuviera el Premio Emecé por su novela “Todo eso oyes”. En aquella oportunidad, el jurado se integró con Isidoro Blaisten, Eduardo Gudiño Kieffer y Josefina Delgado, pero Forn se desempeñaba como asesor editorial.

El recuerdo también se conforma con las palabras que pronunció el escritor, traductor y editor, al momento de presentarse el texto en Buenos Aires. Pocas veces tan bien utilizado el verbo atesorar... Se trata de cuatro hojas mecanografiadas, una de las cuales lleva su firma manuscrita. “Es una novela más bien breve, intensa, plena de humor y de una especie de dramatismo esencial, casi regida por potencias arcanas, de la tierra, de la tierra del Sur, que todos sabemos que es particularmente áspera y por eso mismo, particularmente elocuente”, dijo aquella noche.

Forn falleció a los 61 años, como consecuencia de un infarto. Viernes de por medio, escribía para la contratapa del diario capitalino Página/12, un “clásico” para sus seguidores. “Hacía tiempo que el autor de Nadar de noche había dejado la escritura de ficción 'pura’, las novelas y cuentos, para hacer literatura o un periodismo literario forniano, que solo él podía cultivar con ese afán y curiosidad por indagar en las historias extraviadas, en la periferia de las lecturas canonizadas, en los pliegues de literaturas y culturas ignoradas o desconocidas”, escribió para su despedida, la cronista especializada Silvina Friera.

Para volver al recuerdo de Peluffo, en sus palabras de 32 años atrás, consideró Forn: “Todo eso oyes es una novela epistolar, pero de una rara forma de contacto epistolar, casi diría que es una potenciación de dicho género. Toda carta que uno escribe está dirigida, en realidad, a uno mismo. Cuando escribimos cartas no pensamos en el futuro, y el destinatario aparente de toda carta está en el futuro, al final de una cadena formada por la escritura de la carta, el trayecto hasta el buzón, el viaje a través del correo y la lectura que hará el destinatario de esa carta. En realidad, es a nosotros a quien nos escribimos en ese momento (las últimas tres palabras están subrayadas), a esa parte de nosotros que piensa en nosotros desde afuera”.

Gracias al testimonio que la escritora quiso poner en común, es posible saber que “Todo eso oyes” no era el nombre que había pensado para su trabajo y también, qué tan concienzudo era el trabajo de Forn como editor. Friera aportó un par de párrafos sobre esa etapa: “Empezó a quemarle la cabeza a la gente de la editorial con un leitmotiv: ‘publiquen libros argentinos’. Durante los nueve años que estuvo en Emecé logró que se incorporaran obras de autores como Rodolfo Rabanal, Vlady Kociancich, Abelardo Castillo, Alberto Laiseca, Isidoro Blaisten y Miguel Briante”. Y a través de un concurso, de Luisa Peluffo.

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